Lionel Messi, en zapatillas: el capitán se sentó en el banco, pero no se puso los botines

Messi junto a Rulli y De Paul, antes del arranque del partido
Messi junto a Rulli y De Paul, antes del arranque del partido - Créditos: @LA NACION/Anibal Greco

Ya era conocido el descarte de Lionel Messi para el último encuentro del Grupo A que la Argentina debía jugar contra Perú. Si bien el entrenador Lionel Scaloni, no bien finalizado el triunfo del martes pasado ante Chile (1-0), ya tenía decidido que los suplentes sumaran minutos este sábado, siempre que puede incluir a su capitán, lo hace. Sobre todo, si el propio futbolista se lo indica. Sin embargo, en este caso, desde un principio ya se supo que el 10 sería preservado debido a la molestia que lo aquejó durante los 90 minutos del partido anterior: con la clasificación ya garantizada, se priorizó la llave de cuartos de final. Aun así, Messi dio la sorpresa.

La selección no había salido al campo de juego, pero el gran número de fotógrafos se agrupó frente al banco de suplentes argentino desesperados por disparar todos los flashes posibles. ¿Qué pasaba? Allí estaba Messi, sentado al lado de su gran amigo Rodrigo De Paul: firmó la planilla para formar parte de los relevos, pero con un asterisco importante.

Messi y De Paul ríen, camino al banco
Messi y De Paul ríen, camino al banco - Créditos: @LA NACION/Anibal Greco

Si bien lució la remera pre-match como el resto de sus compañeros que estaban sentados, su short color azul se contrastó al resto, que estaba verdaderamente preparado con el pantalón blanco que coincidía con la indumentaria titular que vistieron los jugadores que sí estaban en el campo de juego. Además, el detalle definitivo: fue el único del banco que portó zapatillas, la muestra clara de que no era opción a ingresar más allá de figurar entre las posibilidades que barajaba Walter Samuel, que tomó las riendas ante la suspensión del técnico principal.

Incluso, Marcos Acuña también debió dejarle su lugar en el lateral izquierdo a Nicolás Tagliafico debido a una “sobrecarga”, tal como lo describió el habitual ayudante técnico en la conferencia de prensa realizada en la tarde del viernes. “Huevo” también firmó la planilla y estuvo sentado entre los relevos, pero -a diferencia del ‘10′- sí esperó su turno con la vestimenta del resto y los botines calzados, por más que también la decisión pasara por el cuidado extremo del actual futbolista de Sevilla.

De todas maneras, toda decisión de incluir a algún futbolista suplente en el segundo tiempo pasaba por el ex defensor central. ¿Dónde estuvo Scaloni? En el palco de una de las esquinas superiores del estadio, debiendo mantenerse en ese sector durante todo el encuentro: no podía darles indicaciones a sus ayudantes mediante un handy ni pisar el vestuario tanto en los momentos previos al encuentro como en el durante. Hasta que el mexicano César Arturo Ramos no pitara el final de los 90 minutos, el DT estaba inhabilitado de ver a sus futbolistas en ese recinto tan privado del plantel.

Al final, cuando el 2-0 era una sentencia, el propio Messi entró al campo de juego junto a los suplentes que no habían ingresado a saludar a sus compañeros, Y todos juntos, al público argentino que había copado el estadio. Habrá que ver si el jueves, en los cuartos de final, el capitán recupera el cetro y se saca las zapatillas...

El saludo final
El saludo final - Créditos: @LA NACION/Anibal Greco