Lionel Messi, con Juan Pablo Varsky en Clank: “Dios me eligió a mí, no hice nada para ser el jugador que ya de chiquito era”

Messi, en la entrevista con Juan Pablo Varsky en Clank
Messi, en la entrevista con Juan Pablo Varsky en Clank

Mientras sigue la cuenta regresiva para el segundo partido de la selección argentina en la Copa América de Estados Unidos -ante Chile-, y en el día de su cumpleaños N° 37, se difundió la entrevista que Lionel Messi le concedió al periodista Juan Pablo Varsky para Clank!, en el que repasa varios momentos de su carrera y distintos aspectos de su personalidad e intimidad.

El rosarino reveló en varias oportunidades que su segundo deporte es el básquetbol, y no es casual que evidencie su idolatría por Michael Jordan, la leyenda de la NBA. En referencia al exbasquetbolista que descolló en Chicago Bulls, comentó: “Me pidieron tantas fotos, ¿por qué yo no puedo tener una con él? Es lo más groso que hay, ¿no? Vi su serie, eso me permitió conocer lo que fue él y es una lástima que no haya podido vivir esa época yo porque me hubiese encantado. No sé mucho de básquet tampoco ni soy muy seguidor, pero fue un diferente en todos los deportes”.

Con relación a sus sueños de la infancia y el amor por el fútbol, el ídolo contó: “Cuando empecé a jugar tenía tres o cuatro años y no era conciente de los títulos que podía ganar o los Mundiales. Yo jugaba porque me gustaba jugar, era mi pasatiempo. Buscaba alguien con quien jugar, o sino hacía jueguitos o pateaba contra una pared. nací con eso y siempre fue mi manera de verlo. Lo mismo cuando empezaron otros objetivos. Siempre quise divertirme”. Y agregó: “Creo que ese nene sigue en mí ahora más todavía, después de haber logrado todos los objetivos. Estoy disfrutando como aquel chico, por decirlo de alguna manera. porque cada vez falta menos. Son pocos los años que me quedan por una cuestión de edad, y trato de aprovecharlos”.

  • Desde muy chico siempre era diferente, por lo que hacía y la gente que venía a verme. Aunque yo no me daba cuenta, lo fui entendiendo cuando me hice más grande. Pero tengo claro que nací así porque Dios me eligió a mí. Intenté aprovecharlo para sacarle todo el jugo, pero no hice nada para ser el jugador que ya de chiquito era, más allá de todo lo que yo hice después para mejorar”.

  • “Para mí fue un cambio muy grande cuando me fui de Newell’s a Barcelona. El club, la ropa, la cantidad de pelotas, cancha sintética, ropa todos vestidos iguales. Parece una boludez, pero no. Allá, con media cancha se hacía una pretemporada o un entrenamiento. Muchos trabajos reducidos, mucho juego corto”.

A propósito del recambio que experimentó en su momento en la selección y que le abrió las puertas a la exitosísima Era Scaloni, el rosarino contó que fue fundamental la presencia de Rodrigo De Paul, seguramente su máximo compinche hoy junto con Angel Di María. “Es muy difícil entrar en los grupos, también por mi manera de ser. Y en ese momento Rodrigo a mí me ayudó mucho. Me recordó mucho al Pocho”, afirmó, en referencia a Lavezzi. Y agregó: “Había dos, tres veces por semana que me mandaban a correr por el predio y era de esconderme, lo mío nunca fue correr sin pelota”.

La trayectoria de Messi tuvo su extenso y clave período en Barcelona, donde consiguió sus máximos lauros colectivos e individuales a nivel clubes. En alusión a su etapa azulgrana, comentó: “Confundió un poco la época de Guardiola. Todo el mundo quiso que sus equipos jueguen de esa manera. A los chicos de seis o siete años ya les empezás a decir que tienen que jugar a dos toques, rápido. Y yo creo que a esa edad tiene que pasar un poco lo que me pasó a mí. Tampoco quitarle la espontaneidad de cada uno”, añadió. “Pero tampoco hay que quitarle la espontaneidad de cada uno, eso es algo de toda la vida del sudamericano. Pero es cierto que cada vez se ve menos también”, agregó.

En relación a cuando le pedían que la suelte más, explica: “Lo que pasa es que también me habían elegido por la manera de jugador que era. Entonces no iba a cambiar todo porque no me gustaba. Sí incluí una serie de cosas que me fueron explicando y que a todos los que llegaban le costaba adaptarse, porque es un juego, un fútbol, totalmente diferente al resto. Yo creo que ahora está más normalizado, Guardiola llevó eso al Bayern, al City, muchas selecciones tomaron eso. Pero en ese momento era el único club que jugaba así”.

  • Cuando yo llegué a Barcelona crecí con eso de jugar rápido, a dos toques, para jugar siempre de frente y tener la visión del terreno, a jugar rápido de espaldas o aprender a perfilarse para recibir. Detalles, boludeces, pero importantísimas para ser llevadas al juego”.

Sobre Pep, ahora técnico del Manchester City, amplió: “Yo no le daba mucha bola a la táctica y con Guardiola aprendí muchísimo: empecé a entender mucho más del juego, de los espacios, de la tenencia y de manejar los partidos a través de la pelota. Creo que el fútbol evolucionó muchísimo también y que ahora es todo demasiado táctico. Que hoy, cualquier equipo con línea de 4-4, metiendo 5 atrás, ordenadito y bien trabajado, te complica. Antes encontrabas muchos más espacios. Hoy por hoy es mucho más táctico y físico también”.

En ese primer momento, en Barcelona, no me quedó otra que jugar cerca de la línea. Era la bajada de línea de Cruyff. Cuando llegó Rijkaard no me quedó otra que jugar por derecha. Me fui acomodando, tenía el uno a uno, y también por la calidad de jugadores que tenía a mi alrededor. Eso también me pasó al comienzo de mi carrera, que quizás era más individualista. Después fui creciendo y agregando cosas a mi juego también. Me fui adaptando a la posición de extremo, aunque nunca fue mi posición”.

Acerca de los Juegos de Beijing 2008, en donde la Argentina consiguió la medalla de oro, el crack contó: “Cuando llega Pep empezamos de pretemporada y se empezó a hacer un poco de ruido, de quilombo, de si me iba o no a los Juegos de Beijing. Porque no veníamos bien, estuvimos dos años sin ganar nada, vinieron los líos. Y nosotros teníamos que entrar a la Champions sí o sí y yo estaba medio negado porque quería jugar los Juegos Olímpicos, estaba con cara larga. Hasta que tuvimos la charla. Es una persona muy inteligente, no se le escapa nada. Y si bien no nos conocíamos, soy muy fácil de hacerme conocer. Tuvimos esa charla. Me dijo que me quedara tranquilo, que íbamos a clasificarnos a la Champions y me dijo que vaya a los Juegos, que lo gane, que los disfrute y que luego íbamos a tener un año muy bueno para disfrutar”.

En lo referido a la nutrición, Messi reconoció: “Pep nos recomendaba qué comer o no, pero no era estricto. Cuando sos joven no te das cuenta de esos beneficios. Y con los años caés que cuanto antes empezás con esos cuidados, más ventajas le vas a poder sacar a tu físico”.

Más conceptos de Messi con Varsky

  • “Lo del falso 9 surgió antes de un partido con Real Madrid. Pep me manda a llamar para ver unos videos y me explica lo de jugar con un falso 9 que se mueva por todo el frente de ataque para ser protagonistas. ‘Si queremos ganar tenemos que ser muy superiores a ellos y tener la pelota’. Ese día éramos uno más siempre adentro de la cancha, ellos estaban medio perdidos porque era algo nuevo para todo el mundo. Encima era con Xavi, Iniesta y Busquets. Desde entonces encontramos eso: tener la pelota y hacer correr al rival. Llevó unos años, hasta que algún equipo empezó a encontrarle contras a eso”.

  • “No pude disfrutar tanto ese equipo. Uno cuando es joven no se da cuenta de nada. Era todo muy seguido, jugábamos cada tres días. Nos jugábamos muchas cosas, te tocaba tener mucho la pelota y cuando no la tenías había que correr mucho. Queríamos ganar siempre, teníamos mucha gente competitiva y ganadora, que venía de muchos años sufriendo y con malos resultados, y quería ganar”.

  • “No creo que se me vaya nunca la competitividad. Soy así, nací así. Es muy difícil que se me vaya. Me cuesta dejarme ganar con mis hijos. Pero lo hago en joda, para hacerlos calentar, porque en eso son muy parecidos a mí. Está bueno ser competitivo. Pero aprendí también a saber perder y sacar cosas positivas de las derrotas. Porque son más las veces que perdés que las que ganás”.

  • “Con el tiempo se aprende a perder. Porque cuesta. Hay derrotas que son difíciles de superar, no me gusta revivirlas. Pero te hacen crecer. Creo que desde la llegada de Thiago, mi primer hijo, eso cambió. Antes si perdía un partido podía estar dos días encerrado sin hablar con nadie, con la cabeza de lo que había pasado o por qué habíamos perdido. Y cuando llegó Thiago me cambió todo porque cuando llegaba a casa me olvidaba de lo que había pasado”.

  • Siempre fui muy autocrítico. Creo que soy el primero que sé cuándo hago las cosas bien y cuándo las hago mal. Y durante los 90 minutos intento no irme del partido. Por ahí hay muchas veces en donde no participo, pero estoy atento e intento hablarme para no irme. Muchas veces me puteo, me digo de todo cuando pierdo una pelota. En esa jugada de la final del Mundial que pierdo la pelota y de esa viene el 2 a 2, era una pelota que perdí por hacer una de más, por boludear, y porque cuando quiero hacer el último pasito la pelota me queda lejos, el rival me corre y me la saca y llega el gol. En cada partido soy muy autocrítico para superarme. Me sentí muy culpable y me dio mucha bronca esa jugada”.

  • “Cuando hago esas caminatas veo el posicionamiento del rival, estoy atento a las posiciones. Siempre hay que estar atento a las marcas, aún cuando tenemos la pelota. Yo trato de escaparme de mi marca para tener un tiempo para iniciar una contra o una jugada de ataque apenas la recuperamos”.

  • Hay cosas en el fútbol que son inexplicables y pasan solo en este deporte. Podés ser 10 veces mejor que el rival y podés perder. Podés ganar sin patear al arco. Y a veces el mejor equipo de una competición no llega a la final. hay cosas que son difíciles de explicar. Cuando pasa eso no lo entendés, te da bronca, impotencia, sentís que es imposible que se haya dado de esa manera haciendo todo bien”.

  • “En mi debut me acuerdo que toqué dos o tres pelotas como mucho, antes de esa jugada en la que me echan no entendía nada porque me había pasado muchas veces eso de arrancar y sacarme de encima al rival., Y el árbitro no tuvo nada de tacto ni nada. No era para roja. Fue un momento durísimo. Yo al vestuario entré muerto, llorando. El vestuario me arropó muchísimo, muy cerca mío. El Kily González me dijo que me quede tranquilo que a él le había pasado lo mismo y jugó mucho en la selección. El Kily en ese momento fue muy cariñoso conmigo. Scaloni también contó que el primer pase mío en la selección me lo había dado él. No me acuerdo y no lo vi, pero todos me apoyaron mucho”.

  • “Yo creo que el grupo se fue armando de a poquito. Sentí que en ese momento del comienzo de la etapa Scaloni me había cansado de muchas cosas que había escuchado sobre mí y la selección. Cuando el grupo se sintió más fuerte y preparado para grandes cosas fue en la Copa América de 2019″.

  • Yo creo que ya el partido con Brasil en esa semifinal de la Copa América 2019 sentíamos que habíamos sido muy superiores, más allá del juego. Y después se fue dando todo, porque encontramos unos medios maravillosos que también habían sido enganches. Empezamos a perder pocas pelotas en el predio, posesiones largas y desde ahí nos fuimos haciendo fuertes”.

  • “Si bien hoy ya no existen los enganches, yo soy enganche. Y logramos encontrar, sin comparar, que en nuestra selección tengamos nuestro Xavi, nuestro Iniesta, y jugar como aquel equipo. En la Copa América 2016 también jugamos muy bien, que estaba Eber (Banega). Ese equipo fue superior a la de 2015, estábamos más afianzados”.

  • De tristeza, el peor vestuario fue después de la final de 2016. Era la tercera seguida que perdíamos, habíamos hecho un torneo muy bueno, siendo muy superior al resto. Porque en la final en sí a nivel juego también fuimos superiores a Chile en el juego, y después volvemos a perder por penales, y no lo podíamos creer”. Cuando erré mi penal me quería matar. Le quise pegar fuerte cuando sabía que no hacía falta. Fue una cruz a mí mismo por no poder poner en ventaja a mi equipo”.

  • En ese primer penal de la definición de la final contra Francia pensé en estar tranquilo, en no traicionarme, no apurarme, no patear rápido, no cambiar la manera en la que venía pateando los penales hasta entonces, y encima después de que Mbappé metió el primero. Y bueno, así lo hice”.

  • No le doy bola a las estadísticas, a las asistencias, a los goles y (perdón a los profes) a los GPS. Nunca me importó cuánto corro por partido ni a qué velocidad y esas cosas que miran ellos. Sé que es importante para ellos para las cargas del trabajo de la semana, pero yo nunca le di bola a eso”.

  • “Yo siempre crecí con chicos más grandes, con mis primos o hermanos. Siempre me cagaron a patadas por calentura, por bronca, por querer sacarme la pelota. Y yo siempre quise seguir jugando. Me gusta tener la pelota en los pies y cuanto más fluido sea el juego y no se pare, mejor para mi juego”.

  • En los entrenamientos me entreno al máximo. Hoy me conozco y sé cuando puedo dar el 100%, el 80 o el 70. Pero cuando empieza un campeonato siempre quiero ganar, me calienta mucho perder. Me enojo con los compañeros, con el árbitro. Ya me conocen, y saben que se me pasa. Pero cuando hay grupos fuertes pueden pasar esas cosas y tienen que pasar esas cosas, siempre y cuando sean para bien del equipo y del grupo. Y nosotros estamos en un grupo muy unido, muy bien. Ya nos conocemos mucho, tenemos concentraciones juntos. No pasa nada”.

  • Hoy le doy muchísima más importancia a lo nutricional. Sentía que tenía que hacer un cambio, no me sentía bien y creía que podía sacarle mayor provecho a mi cuerpo. Martín (Demichelis) me hizo conocer a un doctor que me fue aconsejando cosas. Después volví a hacer cosas que hacía de más joven. Pasa mucho por la confianza de esa persona que te está ayudando, saber qué te hace bien y qué no. Yo intenté crecer en eso también, en los cuidados, trabajo de prevención de isquiotibiales, trabajos de fuerza (que no hice mucho en mi carrera), trabajo de piernas, de gimnasio. Agregar todo lo que pueda ayudar para seguir rindiendo. Eso no quiere decir que después no te lesiones, pero intento prevenir todo eso”.

  • Será hasta lo que tenga que ser (respecto del final de su carrera). Yo sigo disfrutando el día a día, jugar a la pelota. Y cuando no sea más profesional seguiré jugando a la pelota con mis hijos. Es el deporte que más amamos, más nos identifica desde chicos. Seguiremos hasta que Dios quiera, como siempre y como todo”.