Libro revela que el Pentágono buscó a un segundo espía de Cuba tras investigar a Ana Belén Montes

En el curso de la investigación que condujo al impactante arresto en 2001 de Ana Belén Montes, la principal analista del Pentágono sobre temas cubanos que fue sorprendida espiando para La Habana, la Agencia de Inteligencia de la Defensa abrió una segunda pesquisa bajo la sospecha de que otro agente de Cuba había penetrado los servicios de inteligencia de Estados Unidos.

Más de 20 años después, la investigación previamente desconocida, cuyo nombre en código es Wrong Spirit (Espíritu Equivocado), se revela en un nuevo libro escrito por Chris Simmons, un teniente coronel retirado del ejército estadounidense y ex oficial de contrainteligencia que fue una figura central en la identificación de Montes como la espía desconocida de La Habana que el FBI llevaba tres años buscando.

Según el libro de Simmons, Castro’s Nemesis: True Stories of a Master Spy-Catcher (Némesis de Castro: Historias verdaderas de un maestro cazador de espías), el segundo espía sospechoso era otro funcionario de alto rango de la Agencia de Inteligencia de Defensa, o DIA. Nunca se presentaron cargos contra el hombre, a quien se le permitió retirarse. El libro, publicado esta semana, no nombra al funcionario, cuya identidad permanece clasificada.

Aunque montes y el sospechoso trabajaron juntos en ocasiones, “él tuvo una carrera más completa porque ella estuvo haciendo análisis todo el tiempo mientras que él estaba haciendo operaciones de inteligencia en el terreno, y luego cambió a otro campo”, dijo Simmons al Miami Herald.

La búsqueda del segundo espía comenzó como una teoría: si La Habana pensaba que la DIA era una agencia que valía la pena penetrar, eso “exigía la redundancia de varios agentes”, discutió Simmons con sus colegas de contrainteligencia en ese momento, según afirma en el libro.

Mientras intentaban demostrar que Montes posiblemente trabajaba para Cuba, otros nombres llamaron la atención del equipo de Simmons.

“Cada vez que se realiza una investigación, siempre se hace lo que llamamos un análisis de enlaces, conectando [al sujeto] con todos sus asociados, amigos, familiares, buscando un patrón”, dijo Simmons. “¿Quién más podría saber, quién podría ser consciente de ciertas cosas? Y en su caso, un par de nombres se repetían mucho”.

Un exfuncionario fue absuelto de cualquier irregularidad, dijo Simmons, pero “el otro caballero encajaba en el patrón y había muchas pruebas circunstanciales”.

Libro revelará detalles sobre agentes cubanos que “manejaron” a espía convicta Ana Belén Montes

Al igual que Montes, quien fue contratada en 1985, Simmons dijo que el funcionario investigado tenía una carrera similar en la agencia y estuvo activo a mediados de la década de 1980. “El agente de WRONG SPIRIT, que tenía una amplia cartera regional, probablemente pudo proporcionar a Cuba información transnacional de interés para numerosos adversarios estadounidenses”, dijo Simmons en un comunicado de prensa sobre el libro.

Si bien se sabe que Montes pasó a Cuba las identidades de cuatro agentes de inteligencia encubiertos estadounidenses y los detalles de los ejercicios y planes militares de Estados Unidos, probablemente también causó un gran daño a los esfuerzos de las agencias estadounidenses para recopilar información de inteligencia sobre el gobierno cubano.

Se cree que ella comprometió todo el programa de recopilación de inteligencia a través de agentes en el terreno de la CIA en Cuba porque ella participó en una conferencia de tres días a la que asistieron la mayoría de los oficiales que manejaban a estos agente, según una conversación reproducida en el libro entre Simmons y un oficial de la CIA que trabajaba en un equipo dedicado a contrarrestar a la inteligencia cubana.

“Probablemente aprendió en qué sitios operaban, obtuvo buenas descripciones de ellos, números de teléfono y grandes conocimientos sobre quién, qué y dónde estamos buscando a manejando agentes”, dijo el funcionario a Simmons, de acuerdo con el libro.

Si bien Castro’s Nemesis tiene pocos detalles sobre el peligro que representó el posible segundo topo, sugiere que este podría haber filtrado a sus jefes en La Habana los nombres de los funcionarios cubanos incluidos en una evaluación secreta de la DIA sobre la participación de Cuba en el narcotráfico a fines de la década de 1980. Eso, a su vez, especula el libro, podría haber ayudado a desencadenar la ronda de arrestos y juicios de alto perfil que terminó con la ejecución del general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia y otros dos militares, y el encarcelamiento de una docena por orden de Fidel Castro en 1989.

No se sabe mucho más sobre el sospechoso de Wrong Spirit, solo que nunca fue arrestado. El misterioso caso aparece mencionado solo dos veces en el libro. Al menos una oración con información sobre el caso aparece redactada porque el gobierno no permitió que Simmons la imprimiera. El manuscrito del libro fue autorizado para su publicación por el Pentágono después de una revisión de 18 meses.

“Aunque se reunió un archivo investigativo con evidencia circunstancial significativa contra Wrong Spirit, el caso nunca fue a juicio”, escribió Simmons en el libro. “En cambio, al alto funcionario de la DIA, él mismo un ex oficial de operaciones en el terreno, se le permitió retirarse tranquilamente”.

Montes, por el contrario, fue condenada a 25 años de prisión y está previsto que salga en libertad el próximo enero.

Si Wrong Spirit era un espía tan dañino, como sospechaba Simmons, ¿por qué la agencia lo dejaría libre?

El cazador de espías y autor, Chris Simmons. Foto de archivo.
El cazador de espías y autor, Chris Simmons. Foto de archivo.

El experto en contrainteligencia brindó varias explicaciones sobre lo que esencialmente era el mismo problema: la falta de recursos.

“El problema en ese momento era que terminamos [la investigación] de Montes, su interrogatorio estaba en curso, por lo que mi equipo estaba estrechamente relacionado con el interrogatorio, y tuve que proporcionar personas al equipo de evaluación de daños, por lo que esencialmente no teníamos a nadie más para apoyar la investigación de Wrong Spirit”.

La agencia también cambió su enfoque hacia la lucha contra el terrorismo después de los ataques del 9/11, agregó, “en una medida en que realmente, en mi opinión, puso en peligro nuestra seguridad nacional al dejar la puerta trasera abierta a nuestros enemigos”.

Pero si Wrong Spirit fue realmente un activo cubano y en algún momento supo que estaba bajo investigación por espionaje, Simmons cree que eso habría puesto fin a sus actividades y la inteligencia cubana lo habría descartado, lo que significa que había pocas posibilidades de que continuara espiando aún si quedó en libertad.

“Aunque debo elegir mis palabras con cuidado porque el Pentágono hasta ahora está de acuerdo con esto, tengo certeza de que el caso dio en el clavo”, dijo Simmons. “Pero desafortunadamente, muchos casos no van a juicio, simplemente terminan sus carreras y desaparecen silenciosamente, y él cae en esa última categoría”.

“La realidad es que la captura de espías depende siempre de los recursos limitados”, dijo.