Entre lesiones y experimentos fallidos, los Marlins de Miami nadan a contracorriente y en aguas turbulentas

Un día de descanso. Quizá eso sea lo que necesiten los Marlins para reagruparse, si es que todavía hay espacio para alguna mejoría que no se ve por ninguna parte.

Alguno dirá que es muy temprano para levantar velas negras, pero la luz de la esperanza brilla muy tenue, demasiado.

Miami se marcha de Atlanta con ese peso incómodo de una barrida que se ve reflejado en el sótano de la División Este, por debajo de esos Nacionales que llegarán el viernes al loanDepot park con la idea de seguir esparciendo sal en la herida del equipo del manager Skip Schumaker.

Que Miami no era un equipo para lanzar campanas a vuelo, eso era sabido desde la primavera. Si los jerarcas de los peces quisieron engañarse a sí mismos allá ellos, pero el común de los aficionados y los que cubran al club avizoraban que algo así podía suceder.

Pero por muchos malos augurios tampoco se imaginaba uno que el comienzo iba a ser tan mediocre, como bien lo ejemplifica la derrota 4-3 en 10 entradas el miércoles en el Truist Park, donde se vinieron abajo dos experimentos: el de AJ Puck como abridor y el de Sixto Sánchez en la misma función.

Las lesiones propiciaron el adelanto de Puck a la rotación, pero tuvo que ser colocado en la lista de lesionados con fatiga muscular, luego de una atroz demostración de que no estaba listo para afrontar los rigores del pitcheo de primera línea al dejar un balance de 0-4 y una efectividad de 9.22.

En lugar de Puck los peces le dieron la pelota a Sánchez, quien ha bordado una historia bonita al integrar la nómina de Grandes Ligas luego de un largo rosario de problemas de salud, pero el dominicano apenas pudo trabajar 2.2 entradas con tres carreras a su cuenta, incluyendo una por un balk extraño e innecesario en el primer inning.

El jardinero de los Bravos Marcell Ozuna batea un hit en el primer inning del partido ante los Marlins de Miami, celebrado el 24 de abril de 2024 en Atlanta.
El jardinero de los Bravos Marcell Ozuna batea un hit en el primer inning del partido ante los Marlins de Miami, celebrado el 24 de abril de 2024 en Atlanta.

Sánchez fingió que iba a tirar a segunda para sorprender a un corredor, pero lo cierto es que en esa almohadilla no había nadie, pues los corredores de Atlanta se encontraban en primera y tercera, de modo que ese gesto ilegal abrió la puerta de la primera anotación local en las piernas del venezolano Ronald Acuña Jr. y llevó a Michael Harris de primera a la intermedia.

Posteriormente, Harris anotaría la segunda con un sencillo del dominicano Marcell Ozuna, quien volvería a ser vital para los Bravos en el tercer episodio con otro imparable que remolcaría a Matt Olson, decretaría el final de la faena de Sánchez y colocaría mucha responsabilidad desde bien temprano en el bullpen.

Sin embargo, el choque se tornó mucho más interesante cuando una error del primera base Olson sobre un batazo de Josh Bellen en el noveno capítulo permitió dos anotaciones de Miami, que se unieron a un cuadrangular que había conectado Jesús Sánchez en la segunda entrada para empatar el choque.

Pero los peces desaprovecharon al menos dos oportunidades de anotar en el décimo episodio con la regla del corredor en la segunda almohadilla, mientras que Atlanta aprovechó la suya, luego de que Harris conectara doble y remolcara a Acuña.

Como buena noticia, el equipo recibió de vuelta a Christian Bethancourt de la lista de lesionados de 10 días, luego de haber estado fuera desde el 14 de abril debido a una enfermedad viral, pero el hombre que realmente se echa de menos es Jake Burger y este no regresará hasta quién sabe cuándo en algún momento de mayo, porque todavía no ha comenzado sus rutinas de bateo.

El segunda base venezolano Luis Arráez tira a primera base en una jugada en el primer inning del partido ante los Bravos, celebrado el 24 de abril de 2024 en Atlanta.
El segunda base venezolano Luis Arráez tira a primera base en una jugada en el primer inning del partido ante los Bravos, celebrado el 24 de abril de 2024 en Atlanta.

De modo que entre lesiones y experimentos, los Marlins siguen de capa caída.

Si en Chicago se emitieron señales prometedoras ante los Cachorros con una serie dividida en cuatro juegos, en Atlanta no se han visto destellos de una mejoría.

Tal vez este jueves sin ir al estadio, de poner al béisbol en un segundo plano y de disfrutar con la familia traiga el viernes una mentalidad diferente, pero ya nada es seguro con estos peces que siguen nadando contra la corriente y en aguas demasiado turbulentas.