La lealtad "ciega" al partido hegemónico de Sudáfrica, clave en las elecciones

Un simpatizante del ANC cerca de Krugersdorp, en Sudáfrica, el 20 de abril de 2024 (Emmanuel Croset)
Un simpatizante del ANC cerca de Krugersdorp, en Sudáfrica, el 20 de abril de 2024 (Emmanuel Croset)

¿Lealtad o gestión? Sudáfrica padece un desempleo desbocado, corrupción y desigualdades, pero en las legislativas del miércoles muchos votarán de nuevo al Congreso Nacional Africano, que hace tres décadas liberó al país del apartheid.

April, un entrenador de 38 años, residente en Johannesburgo, no habla de política con su madre, una jubilada de 62, para quien "es impensable votar por un partido distinto del actual".

Según cuenta, el hombre aún no decidió por quien votará, pero no será por el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés).

Si bien muchos de sus compatriotas comparten esta desilusión, todavía hay millones que siguen siendo fieles al antiguo movimiento de liberación que les trajo la democracia.

Algunos podrían incluso acabar votando por el ANC por una mera cuestión de lealtad, estiman numerosos observadores, que advierten que los resultados de las últimas encuestas, que indican una intención de voto por esa formación de entre el 40% y el 45%, deberían tomarse con cautela.

"Antes de que el ANC viniera a rescatarnos éramos tratados como subhumanos en nuestro propio país. No éramos nada", recuerda Gugulethu Sigcau, de 71 años, que vive en el deteriorado centro de la capital económica sudafricana.

"No votaré por ningún otro", dice, llamando a los negros a hacer como él porque el ANC "nos liberó".

El Congreso Nacional Africano, criticado por su incapacidad frente a un desempleo monstruoso, la corrupción, las desigualdades y los continuos cortes de energía, podría perder su mayoría parlamentaria  por primera vez en su historia.

Aún así, se espera que sus feudos electorales de las zonas rurales desempeñen un papel clave, señala Hlengiwe Ndlovu, profesora de Gobernanza de la Universidad de Witswatersrand.

"Los principales partidos de oposición no lograron el posicionamiento estratégico necesario para explotar estos distritos", destaca.

- Dignidad y esperanza -

Sibongile Mdluli, de 55 años, dejó su pueblo para encontrar trabajo en Johanesburgo "sin un peso en el bolsillo, pero gracias al ANC" se beneficia de una casa gratuita, con agua y electricidad.

"Les guste o no, el ANC mejoró nuestras vidas", afirma la mujer, trabajadora en una empresa de residuos, que no tendrá necesidad de convencer a sus cuatro hijos de votar por el partido en el poder.

La campaña del ANC se basó básicamente en la nostalgia, invitando a los votantes a centrarse en los progresos realizados desde el fin del apartheid y no en los logros del mandato actual.

"¿Son suficientes 30 años para borrar los efectos del colonialismo y del apartheid? Necesitamos más tiempo", dijo el presidente Cyril Ramaphosa en enero.

Para la profesora Ndlovu, el ANC "opera con un alto nivel de arrogancia. No ven a la oposición como una amenaza real y no pueden imaginar perder" las elecciones porque no aprendieron las lecciones de otros movimientos de liberación africanos que sí que fueron apartados del poder.

Un elector de cada cinco tiene entre 18 y 29 años, por lo que los jóvenes podrían ser determinantes en estos comicios.

Con una tasa de desempleo récord del 45,5%, muchos han tomado distancias con el ANC.

En cambio, a sus 22 años, Gomolemo Pheko, recién graduado en Física, no comparte esta queja. Según él, sin el ANC, su vida "no sería nada".

El partido sacó a sus padres de la miseria y financió sus estudios, asegura. "Votar por otro partido" desestabilizaría los mecanismos sociales existentes, considera.

Si bien el ANC tiene dificultades para controlar una economía frágil y una fuerte criminalidad, "la gente no debe olvidar que gobiernan por primera vez", considerando que todavía tienen "derecho al error", insiste.

Para él, por mucho que los nuevos partidos pequeños estén marcando "tendencia", no dejan de ser "efímeros".

Por su parte, Sibongile Mdluli sostiene que, pese a que haya unas cincuenta formaciones políticas, ella continúa "cegada por el amor", incapaz de ver "ningún otro partido" más allá del ANC.

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