Las luces que deja el primer año del acuerdo de paz en Colombia

En esta imagen del 26 de septiembre de 2016, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, al frente a la izquierda, y el máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, se estrechan las manos después de firmar un acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC para poner fin a más de 50 años de conflicto, en Cartagena, Colombia. (AP Foto/Fernando Vergara, Archivo)

Por Jenny Rozo Herrera – Bogotá, Colombia

En un año de enfrentamiento en Colombia, como consecuencia del conflicto armado, había alrededor de 3.000 muertos. En este 2017, cuando se cumple un año de la firma del Acuerdo de paz con las Farc, van 78, según el Ministerio de Defensa. De la mano de estos datos está la opinión del Instituto Kroc de la Universidad de Notre Dame de Estados Unidos, que catalogó el proceso de paz como uno de los más completos y rápidos en comparación con otros de su tipo.

Sin embargo, hay una profunda polarización del país, entre la ciudadanía, los partidos políticos y analistas que no están del todo de acuerdo con esta apreciación y que no ven los resultados palpables entre el Gobierno y las Farc, que ahora se llaman Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, un movimiento con personería jurídica, y que ya tiene un precandidato para las elecciones presidenciales del 2018.

“Ya llevamos cuatro años de proceso y uno de haberse firmado, en donde dejamos de ver masacres, muertos, desastres, tomas, de unos y otros. Esto ha ayudado a construir imaginarios diferentes”, opina el sociólogo Raúl Clavijo, consultado por Yahoo en Español, en un análisis de lo que ha sido el hecho más importante que marcó al país en 2017.

Esa es la principal consecuencia positiva que ha tenido la implementación del acuerdo de paz. “Empecemos porque ya no se están perdiendo vidas, por razones de conflicto armado. Ya los muchachos que tienen que prestar servicio militar pueden llegar sanos y a salvo a sus casas. Las instituciones de sanidad estaban atiborradas de jóvenes lesionados, no solo física sino emocionalmente, que tenían repercusión en su vidas personales y sociales”, agrega.

Otro avance, considera el analista, está en el desminado, teniendo en cuenta que Colombia es el segundo país del mundo con más minas antipersona por detrás de Afganistán. De acuerdo con la Alta Consejería para el Posconflicto, de los 1.122 municipios del país, 590 están categorizados como municipios sin minas y, 243 municipios, en lista para intervención.

Principales cifras del primer año tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.
Principales cifras del primer año tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.

En paralelo, Clavijo, especialista en Derechos Humanos y Postconflicto, considera que los acuerdos realmente piden presencia institucional. “En honor a la verdad, las Farc han cumplido prácticamente en su totalidad. El garante fundamental, que es Naciones Unidas, así lo certifica, y desafortunadamente el gobierno no tanto”, argumenta.

Las Farc han manifestado su preocupación por los incumplimientos por parte del Estado “en múltiples materias acordadas”, y también por el hecho de que deberán responder ante la Justicia quienes cometieron delitos graves durante el conflicto armado, después de que la Corte Constitucional declarara exequible el acto legislativo que creó la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). El acuerdo Final de Paz fue firmado el 24 de noviembre del 2016 por el presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño (Timochenko).

Concretamente -afirma Clavijo- aun “hay muchos vacíos que impiden entender la trascendencia del proceso”. En primer lugar, el cambio de poder de otras estructuras armadas ilegales, muchos con vínculos con el narcotráfico, como el Clan del Golfo, que están ocupando los espacios que antes ocupaban las Farc. “Aquí creo que el Gobierno no está cumpliendo al máximo con la función de hacer presencia para evitar que se reproduzcan otros conflictos. Así ya se tienen serios tropiezos en términos de violación de derechos humanos, asesinatos de líderes, persecuciones, confinamiento de población”. Según informes recientes, en este 2017 hubo más de 120 líderes asesinados.

MESETAS (COLOMBIA). El jefe de la misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault (2i) recorrió junto a Aldinever Sierra (c), jefe político de las FARC de la zona, el sábado 25 de noviembre de 2017, el espacio territorial de capacitación y reincorporación de Buenavista, donde integrantes de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común trabajan en proyectos productivos, en el municipio de Mesetas (Colombia). Jean Arnault pidió hoy agilizar el proceso de reincorporación de los excombatientes de las FARC al considerar que es un aspecto fundamental para la paz del país. EFE/MAURICIO DUEÑAS CASTAÑEDA

El sociólogo, quien también es profesor universitario, visitó recientemente una zona veredal en un departamento del centro del país, donde se dio cuenta de las falencias, principalmente en infraestructura, que tenían las personas desmovilizadas que vivían allí.

También ve un problema grave en la polarización, palpable más en las ciudades. “No se ha superado la polarización. Falta construir y fortalecer la cultura democrática, que haya una cultura más pluralista, que entendamos que podemos pensar diferente”, señala.

En muchos casos – continúa- “los medios de comunicación no han contribuido lo suficiente para un ambiente de paz. Ha hecho carrera lo de la postverdad, forma de comunicación donde la mentira se hace verdad, que le ha hecho mucho daño y ha ocasionado retraso, pero igual hay mucha esperanza”.

Así mismo, cree que de entrada se han estigmatizado las propuestas e ideas de los miembros del grupo guerrillero. “Si queremos abrir espacios democráticos tenemos que escucharnos. Ya (las Farc) entran a formar parte, ya son un partido político, tienen ese reconocimiento. Pero es que también fue que los acuerdos no se divulgaron lo suficiente. Ni siquiera los documentos donde los académicos, desde distintas disciplinas, expresaban cuáles eran las causas y orígenes del conflicto”.

BOGOTÁ (COLOMBIA). Los integrantes del partido político FARC Rodrigo Londoño (i), Iván Márquez (c) y Rodrigo Granda asistieron a la conmemoración del primer aniversario de la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla FARC, el viernes 24 de noviembre de 2017, en Bogotá (Colombia). EFE/Mauricio Dueñas
BOGOTÁ (COLOMBIA). Los integrantes del partido político FARC Rodrigo Londoño (i), Iván Márquez (c) y Rodrigo Granda asistieron a la conmemoración del primer aniversario de la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla FARC, el viernes 24 de noviembre de 2017, en Bogotá (Colombia). EFE/Mauricio Dueñas

En el futuro inmediato dice que las “angustias” de ahora son los tiempos de la vida política. “La mirada está en quién va a ser el próximo presidente de Colombia, cómo va a quedar conformado el Senado, las elecciones regionales. Y de eso depende, que no se vaya a volver a un punto cero, que se siga dando la continuidad a lo acordado”.

Por ahora, insiste, hay que seguir buscando la paz dentro de la construcción de un país diferente, que sea incluyente, equitativo y justo. “Un orden social no se construye de un día para otro porque nuestros problemas estructurales son de vieja data”.