Las desgarradoras cartas de tres madres separadas de sus hijos por la política migratoria de Trump

“Hola, mi amor. ¿Cómo estás? Espero que estés muy bien. Quiero decirte que todo está muy bien. Lamento, hijo mío, esto que está pasando, me duele en mi alma esta separación, pero quiero que sepas que no te he abandonado. Mamá aquí está y pienso mucho en ti.”

“Hijo, con el corazón hecho pedazos pero sé que Dios conoce nuestro problema y sé que muy pronto estaremos juntos”.

Esas frases que reúnen dolor y desasosiego con enorme amor y fe en una solución mejor fueron escritas a sus hijos por madres indocumentadas, al parecer de origen centroamericano, que fueron separadas de ellos cuando cruzaron la frontera e ingresaron irregularmente en Estados Unidos.

Niñas ven la televisión mientras otras duermen en el suelo cubiertas de mantas de material metálico término dentro de un centro de detención de menores indocumentados en EEUU. (AP)
Niñas ven la televisión mientras otras duermen en el suelo cubiertas de mantas de material metálico término dentro de un centro de detención de menores indocumentados en EEUU. (AP)

Son testimonios de enorme hondura que, como una grabación donde se escucha a niños pequeños llorando y clamando por sus padres, ponen el rostro humano a la presente crisis humanitaria en la frontera y exponen el drama verdadero del fenómeno de separación de familias indocumentadas desatado por la política de “tolerancia cero” del gobierno estadounidense.

Una de las madres separada de su hijo, identificada como Levis, le escribe a su pequeño Samir, de 6 años: “Cuánto te extraño, quiero que sepas que muy pronto estaremos juntos, para que me des tus abrazos, ¡te amo! Quiero verte y decirte cara a cara que sos mi orgullo, sos mi motor, no te preocupes hijo mío, que yo estoy bien. Sé que estás sufriendo porque sé que me amas, muy pronto estaremos orando juntos al Señor”.

En otra misiva, Alma escribe a su hijo Mario Daniel, de 12 años, del que fue separada: “yo lo amo con todo mi corazón, quiero abrazarlo, darle muchos besos y por usted doy mi vida entera, quiero que sepa que nunca lo voy a dejar solo, siempre estaré con usted… si Dios nos abrió la puerta para salir de ese peligro nada ni nadie la va a poder cerrar”. Al parecer, Alma fue amenazada con ser asesinada en su país de origen, y por ello optó por huir con su hijo para buscar refugio en Estados Unidos.

El desolador drama de la ruptura de familias indocumentadas en la frontera –con menores de edad separados de sus padres y madres– ha sacudido a Estados Unidos y tenido gran resonancia a escala internacional. El repudio a esa ruda y abusiva política del gobierno de Donald Trump ha sido notorio y aunque podría comenzar a revertirse con el decreto firmado hoy por el presidente, el dolor y el trauma que ya se ha causado a cerca de 2,000 mil niños y sus padres y madres sería enorme y descorazonador.

Y en una carta más, Lilian le escribe a su hija Britany, de 7 años: “No sé nada de ti, mi pequeña, pero Dios te cuide y te cubra con tu sangre preciosa. Yo estoy muy angustiada, las respuestas que he tenido son negativas, pero tengo fe en que Dios tiene la última palabra… Tengo miedo que nos hagan daño, mami, quiero vivir siempre contigo…”.

Las citadas cartas de madres indocumentadas a sus hijos son ejemplos profundos del sentimiento, el miedo, la incertidumbre pero sobre todo al amor de esas familias que han sido separadas. Y aunque en ellas las mamás expresan, como una entrañable manera de consolar y dar esperanza a sus hijos, que todo está bien y pronto podrán encontrarse, lo cierto es que la posibilidad de esa reunificación aún está en vilo, pues se desconocen todavía los alcances y tiempos del anunciado decreto presidencial para frenar la separación de esas familias indocumentadas.

La sombre de la deportación y un largo periodo de separación penden sobre todos ellos.

Esas cartas, como se comenta en el HuffPost fueron divulgadas en Twitter por el abogado de las tres madres migrantes, Michael Avenatti, quien es también el abogado de la estrella del cine porno Stormy Daniels en su litigio contra Trump y su abogado Michael Cohen.

Como las grabaciones de niños antes mencionadas, estas cartas de madres amorosas que, pese a estar detenidas, separadas de sus hijos y en situación muy complicada, aún mantienen la esperanza de reunirse con sus hijos y tener una vida mejor contrastan fuertemente con la noción, reiterada por el entorno de Trump, de que las familias indocumentadas son foco de criminales, pandilleros y traficantes que están poniendo en peligro a sus hijos al cruzar con ellos a Estados Unidos.

En realidad, aunque es cierto que algunos de esos indocumentados podrían ser delincuentes que deben ser sometidos a la justicia, la inmensa mayoría son personas honestas que huyen de la violencia y la miseria en sus países de origen y que, al traer a sus hijos por el difícil camino desde Centroamérica hasta la frontera de México y Estados Unidos, en realidad los están salvando del crimen y la desesperanza que los agobia.

La reacción ante ese drama humano debe ser de solidaridad, de compasión y de protección de sus derechos humanos. La política del gobierno estadounidense de proceder a la separación de esas familias y a la criminalización de los indocumentados adultos estaría a contracorriente de esas nociones y por ello, y por el trauma que están causando en los menores, han suscitado hondo repudio global.

Esta icónica foto de una pequeña indocumentada que llora mientras su madre es detenida por las autoridades fronetrizas estadounidenses es otra de las pruebas del drama humanitario que se vive en la frontera ante la llegada y separación de familias que buscan asilo en EEUU. (John Moore/Getty Images)
Esta icónica foto de una pequeña indocumentada que llora mientras su madre es detenida por las autoridades fronetrizas estadounidenses es otra de las pruebas del drama humanitario que se vive en la frontera ante la llegada y separación de familias que buscan asilo en EEUU. (John Moore/Getty Images)

Habrá que esperar si el anunciado decreto podrá frenar nuevas separaciones, reunir a las familias ya divididas y, sobre todo, revertir la cruel política vigente. Todo ello es aún incierto, pero quedan los anhelos de Levis, Alma y Lilian como justo referente:

Levis: “Cuando salgamos de aquí te voy a llevar al acuario, como lo prometí, eso es lo que siempre me has pedido, ver a los animales, los delfines, los peces, los pingüinos. Aunque decís que tienes miedo que te coman, ja ja ja…”.

Alma: “Quisiera escribirle un montón, pero mi corazón se quebranta. Pero sé que usted está muy bien y eso me da mucha fuerza para seguir luchando por usted, nunca vaya a pensar que lo dejé, al contrario, seguiré luchando cueste lo que cueste por usted, mi amor… Esté tranquilo que luego estaremos juntos con la ayuda de Dios…”.

Lilian: “Desde donde estoy te mando muchas bendiciones, mi princesa, y le pido mucho a Dios para que te vuelta a tener en mis brazos para amarte y cuidarte. Te amo, mi pequeña. Y ese miedo que tú tienes se terminará pronto”.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro