Las bacterias de tu estómago también pueden tomar decisiones por ti

La microbiota intestinal no solo despliega funciones digestivas

Nuestra microbiota intestinal puede influir en nuestras elecciones | Ilustración Davide Bonazzi, John Hopkins Magazine
Nuestra microbiota intestinal puede influir en nuestras elecciones | Ilustración Davide Bonazzi, John Hopkins Magazine

El papel de la microbiota intestinal se ha convertido en un recurrente campo de estudio científico que nos está ofreciendo resultados sorprendentes. La amplia diversidad de bacterias, virus y hongos que habitan en nuestro tracto digestivo desempeña un papel fundamental en nuestro cuerpo que, como estamos descubriendo en estos últimos años, va mucho más allá de la función digestiva. Las investigaciones más recientes indican que nuestra microbiota despliega también un importante impacto en la cognición, el estrés, la ansiedad, los síntomas depresivos, e incluso afecta a nuestro sistema de toma de decisiones.

Es un campo de investigación bastante novedoso y la mayoría de los estudios publicados hasta ahora se han realizado con modelos animales. Sin embargo estamos vivimos tiempos fascinantes en este aspecto y ya comienzan a surgir ensayos y trabajos científicos en seres humanos que apuntan a una estrecha relación entre nuestra microbiota y nuestro comportamiento. El más reciente de esos estudios lo ha realizado un equipo internacional de investigadores de las universidades de la Sorbona (Francia) y de Bonn (Alemania) y se ha publicado hace solo unos días en PNAS Nexus bajo el título: “Impacto de la composición del microbioma intestinal en la toma de decisiones sociales”.

Es un estudio interesante que utiliza un popular juego conocido como “el juego del ultimátum", una práctica muy en campos como la psicología o la economía. El juego es muy simple ya que tan solo hacen falta dos jugadores… pero requiere algo de habilidad social para ponerse en el lugar de la otra persona. ¿En qué consiste? Uno de los jugadores tiene una cantidad de dinero, normalmente 100 dólares, que repartirá como él quiera entre los dos participantes. Solo puede hacer una oferta y debe ser lo suficientemente apetecible para la otra parte ya que si su oponente la rechaza, los dos pierden todo el dinero. El objetivo del juego es ganar la mayor cantidad de dinero posible sin que la persona que recibe la oferta se sienta “ofendida” y se niegue a aceptarla.

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La fría lógica nos diría que un reparto del 50% sería lo más conveniente pero la práctica, acumulada en incontables estudios que han usado este juego, muestra que la persona encargada de realizar la oferta siempre intenta quedarse con una cantidad mayor y, de media, pretende quedarse con un 60% o un 70%. Por otro lado, las investigaciones realizadas también indican que quien recibe la oferta suele sentirse ofendido fácilmente y es capaz de rechazar ofertas por debajo de sus expectativas y, de media, se suelen rechazar la mitad de las ofertas con cantidades menores al 20% del total.

Este juego nos dice mucho de nuestra forma de comportarnos. Si fuésemos meras máquinas de cálculo aceptaríamos cualquier oferta ya que supondría una opción mejor que la de quedarse sin nada… que te ofrezcan 10 dólares gratis es mejor que cero dólares. Pero el ser humano es más complejo y, de alguna manera, pone un precio a su decepción y es capaz de elegir quedarse sin nada, solamente para que la otra parte (que quiere quedarse con demasiado) no consiga su objetivo. En otras palabras, a veces preferimos perder solo para castigar a la otra parte involucrada.

La cuestión que intrigaba a este grupo de investigadores era si el conjunto de microorganismos de nuestro sistema digestivo influía de forma clara en la toma de decisiones, así que utilizaron este ingenioso juego para averiguarlo…

Infografía con el estudio realizado que muestra los resultados en el juego del ultimátum y el cambio en las tasas de rechazo de ofertas injustas en cada grupo | H. Plassman, M. Falkenstein, et al. PNAS Nexus, (Mayo 2024) DOI:10.1093/pnasnexus/pgae166
Infografía con el estudio realizado que muestra los resultados en el juego del ultimátum y el cambio en las tasas de rechazo de ofertas injustas en cada grupo | H. Plassman, M. Falkenstein, et al. PNAS Nexus, (Mayo 2024) DOI:10.1093/pnasnexus/pgae166

En el estudio los investigadores reclutaron a 101 participantes. Durante siete semanas, 51 tomaron suplementos dietéticos que contenían probióticos (bacterias beneficiosas) y prebióticos (nutrientes que favorecen la colonización de bacterias en el intestino), mientras que otros 50 fueron el grupo de control y tan solo recibieron un placebo. Todos participaron en el juego de ultimátum durante dos sesiones antes y después del periodo de ingesta de suplementos.

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Los resultados del estudio indican que el grupo que recibió los suplementos estaba mucho más inclinado a rechazar ofertas desiguales al final de las siete semanas, incluso cuando la distribución del dinero estaba ligeramente desequilibrada. Por el contrario, el grupo de placebo se comportó de manera similar durante la primera y segunda sesión de prueba. Esto significa que aquellos que al final del juego poseían una flora intestinal más equilibrada también eran más sensibles a la equidad y la injusticia durante el juego de ofertas.

Además, antes de realizar el experimento, todos los participantes se sometieron a diferentes pruebas para conocer de antemano los posibles desequilibrios en su flora intestinal y resultó que aquellos que experimentaron un mayor cambio en su microbiota también mostraron una mayor sensibilidad rechazando más ofertas.

El estudio se completa con un análisis de diferentes moléculas como la tirosina, un precursor de la dopamina que es un neurotransmisor implicado en los mecanismos de recompensa y que cayó de manera notable en el grupo que tomó suplementos. Por supuesto los responsables del estudio se muestran prudentes con los resultados y afirman que “es demasiado pronto para decir que las bacterias intestinales pueden hacernos menos racionales y más receptivos a las consideraciones sociales, sin embargo, estos nuevos resultados aclaran qué vías biológicas debemos observar. La perspectiva de modular la microbiota intestinal a través de la dieta para influir positivamente en la toma de decisiones es fascinante. Necesitamos explorar esta vía con mucho cuidado".

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Referencias científicas y más información:

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H. Plassman, M. Falkenstein, et al. “Impact of the gut microbiome composition on social decision-makingPNAS Nexus, (Mayo 2024) DOI:10.1093/pnasnexus/pgae166

Marie Simon “Composition of gut microbiota could influence decision-making” (2024) Paris Brain Institute