La vergonzosa pelea entre el canciller Marcelo Ebrard y la exembajadora de México en EEUU

La exembajadora de México en EEUU, Martha Bárcena Coqui y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón en una imagen de archivo de 2019  | Foto: ERIC BARADAT/AFP via Getty Images
La exembajadora de México en EEUU, Martha Bárcena Coqui y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón en una imagen de archivo de 2019 | Foto: ERIC BARADAT/AFP via Getty Images

Por muchos años la política migratoria de México ha estado estrechamente ligada a los intereses y conveniencia de los Estados Unidos. En años recientes fue convertida por Donald Trump en arma política. Lo hizo desde su campaña y la consolidó cuando llegó al poder, presionando al gobierno de Enrique Peña Nieto, actitud que escaló con la llegada de López Obrador a la presidencia.

En su discurso de campaña López Obrador manifestó que serían bienvenidos los migrantes centroamericanos a México, donde se les ofrecerían facilidades para su incorporación al país, y no se obstaculizaría su tránsito hacia los Estados Unidos. En las primeras semanas de 2019, el fenómeno migratorio se manifestó cuando tocaron la puerta miles de migrantes de Centroamérica para llegar a los Estados Unidos.

Para frenar la demanda migratoria, la respuesta del presidente Donal Trump fue amenazar al gobierno mexicano de aplicar aranceles a los productos que exporta a Estados Unidos, si no se les detenía en la frontera.

La respuesta del gobierno de López Obrador fue frenar en la frontera sur de México a los centroamericanos, mediante el envío de 26 mil efectivos Guardia Nacional que, con esta acción, debutó en la vida pública asegurando las fronteras sur y norte del país.

En el marco de las elecciones intermedias en los Estados Unidos, en abril de 2022, Donald Trump relató en un mitin del partido Republicano, que sostuvo un encuentro con el canciller Marcelo Ebrard. “Así que ahí estaba y le dije: esto es lo que vamos a hacer; él (Ebrard) se ríe cuando le digo ‘necesitamos 28 mil soldados en la frontera, gratis’. Él me miró y dijo ‘¿gratis, por qué haríamos eso?’” y si bien en un principio se negó, le advertí que de no hacerlo impondría, en menos de tres días, una tarifa del 25% en todas las importaciones mexicanas. Luego de eso, Ebrard respondió: “señor, sería un honor tener 28 mil soldados en la frontera, sería un honor tener ‘Quédate en México’”.

En la memoria colectiva no está registrado algún comunicado de prensa del gobierno de López Obrador informando y explicando el “súbito” cambio de criterio respecto a los migrantes y en las mañaneras las respuestas fueron evasivas. Los medios reportaron los hechos. El cierre de la frontera sur con Guatemala y el endurecimiento de las políticas migratorias en ambas fronteras del país. Realidad que se mantiene en la actualidad.

Aquel trato referido como anécdota por Donald Trump, fue recordado recientemente por Mike Pompeo, quien fuera su secretario de Estado de EEUU. En su libro de memorias “Nunca Cedas una Pulgada”, relata que Marcelo Ebrard aceptó el programa Quédate en México, pero le pidió mantenerlo en secreto.

El canciller Ebrard rechazó lo dicho por Mike Pompeo, respecto a que aceptó en privado que el gobierno de Donald Trump pusiera en marcha el programa de devolución de migrantes “Quédate en México” y que se acordó se mantuviera en secreto. Comentó que las afirmaciones de Pompeo “son parte de una campaña basada en ideas antimexicanas.”

El martes 14 se escenificó en la mañanera una polémica que involucró a Marcelo Ebrard y la exembajadora Martha Bárcena. En entrevista en Radio Fórmula, Bárcena manifestó: “Ese acuerdo fue el que aceptó Ebrard, que dice que no, y que siempre manejó como una medida unilateral de EEUU, y es lo que dice Pompeo en sus memorias. De ese acuerdo yo no tuve conocimiento. Yo creí que efectivamente era una medida unilateral de EEUU, pero después tanto Estados Unidos como las memorias de Pompeo confirmaron que fue un acuerdo unilateral entre Ebrard, Pompeo y Nielsen

La respuesta de Marcelo Ebrard a la exembajadora tuvo como escenario la mañanera en Palacio Nacional, la más alta tribuna para hacer el exorcismo al fantasma que persigue este aspecto de la política exterior de la 4T. Informó que, en aquella negociación, cada paso que daba lo consultaba con López Obrador “nunca hubo una decisión o acción que tomara yo ocultándole información al Presidente. No sería yo canciller ahorita.”

Comentó que Bárcena “sí aceptó el programa de ‘Tercer País Seguro’, con la condición de que fuera similar al que Turquía tuvo con la Unión Europea, que acordó pagar a dicha nación por los migrantes que recibía.”

Según Ebrard, Martha Bárcena “se ha dedicado, desde que dejó su cargo, a calumniar en todos lados donde ha podido. Es un rencor obsesivo, diría yo. Pero déjame irme a su gran objetivo, no es la verdad, es ver cómo me hace daño todos los días”.

Por medio de su cuenta de Twitter Bárcena respondió: “@mebrard ataca, miente y calumnia desde el poderoso atril de la mañanera. Yo sostengo la verdad desde el retiro, en mi casa. Sin los símbolos del poder.”

La polémica entre el canciller Ebrard y la exembajadora Bárcena tiene su raíz en la humillación a la que sometió Donald Trump al gobierno de López Obrador. La relación con Estados Unidos nunca ha sido fácil, ahora tampoco. Es inaudita la confrontación que actúan. La duda sobre quién miente y quién engaña la despeja la realidad que se expresa en los miles de migrantes que mueren en los caminos de México y los miles que hacinados esperan en las ciudades fronterizas su turno para pasar en busca de lo que no tienen en su país de origen.

La sobreactuación de Marcelo Ebrard se explica en el contexto de la sucesión presidencial y su preocupación por neutralizar los “ataques” de sus adversarios. El presidente lo cuida.

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