La medida de AMLO que le dio cuerda a Donald Trump... para desgracia de todos

México, 28 may (EFE).- El Instituto Nacional Electoral (INE) de México ordenó cortar desde este martes la emisión de las conferencias de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador en las televisiones públicas de los seis estados que celebrarán elecciones el próximo domingo.
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Una vez más el presidente Donald Trump amenazó a México y repitió la formula de elevar los aranceles a los productos que se elaboran en el país e ingresan a los Estados Unidos. A partir del 10 de junio empezará la escalada que parará en octubre cuando alcance 25 por ciento el cobro de aranceles. La medida se mantendrá, según Trump, hasta que México frene el flujo migratorio hacia la frontera de Estados Unidos.

En su mensaje el presidente Trump señaló que la cooperación pasiva de México al permitir el flujo migratorio masivo constituye una emergencia y una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional y economía de los Estados Unidos.

Según él, México “fácilmente podría frenar el flujo ilegal de migrantes”, pero ha permitido que continúe por años.

La posición de Donald Trump, sin decirlo, es el rechazo a la política de López Obrador que estimuló la migración al prometer visas y trabajo a los centroamericanos, lo que no se ha cumplido, pero si operó para que crecieran los flujos migratorios hacia los Estados Unidos, generando la presencia de miles de personas que demandan ingresar argumentando razones humanitarias, asilo político y por el numeró, rebasaron la capacidad de atención de las autoridades de ese país.

Ante la amenaza de Donald Trump y las consecuencias que traería de llevarse a cabo, por primera ocasión el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió directamente al presidente de Estados Unidos. Le expresó que no quiere la confrontación, planteó algunas reflexiones históricas y le propuso “profundizar en el diálogo, buscar alternativas de fondo al problema migratorio y, por favor, recuerde que no me falta valor, que no soy cobarde ni timorato, sino que actúo por principios: creo en la política que, entre otras cosas, se inventó para evitar la confrontación y la guerra.”

En este episodio es relevante tener presentes las circunstancias que rodean al presidente Donald Trump de asedio de la prensa de su país que divulga noticias de que no está exonerado por una posible obstrucción de la justicia, por el caso de investigación por la presunta intervención de Rusia en el proceso electoral que lo llevó al poder.

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El tema migratorio, en este contexto, estaría siendo un instrumento distractor para sacar de foco ese tema y centrar la atención en la denuncia sobre la pasividad de México y el castigo arancelario que le impone por no detener a los migrantes.

La respuesta del presidente López Obrador, tiene un alto contenido nacionalista y recuerda las experiencias históricas de buena relación entre los presidentes de México y Estados Unidos, pero también contiene un mensaje duro y personal dirigido al presidente Donald Trump a quien le recuerda que no le falta valor, no es cobarde, ni timorato y actúa siguiendo principios.

En el pasado, cuando desde los Estados Unidos se ejerció presión sobre el gobierno de México la respuesta fue apelar al nacionalismo; uno de esos episodios desembocó en la expropiación petrolera en 1938. En esta ocasión la circunstancia no es tan extrema, pero lo planteado por Donald Trump, es una medida injusta desde la perspectiva de los intereses de México y de la formalización de una relación de socios comerciales, como la que se está planteando con el T-MEC.

El resultado de la propuesta de Donald Trump de imponer aranceles a México en el corto plazo traerá consecuencias negativas para la economía de los Estados Unidos debido a la dependencia mutua que mantiene la industria y comercio de ese país con México. El único beneficiario estructural sería el fisco norteamericano que recaudaría estos ingresos, pero su costo será la perdida de confianza de los socios comerciales y financieros que desde todas las latitudes del planeta colaboran en el fortalecimiento de la economía de Estados Unidos.

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La respuesta inmediata de López Obrador fue la acción diplomática al enviar al canciller Marcelo Ebrard para construir bases de entendimiento y negociación que contengan la posición adversa del presidente Trump. En el proceso los emisarios del presidente mexicano insistirán en su propuesta de llevar a cabo un programa que apoye el desarrollo de los países de Centroamérica.

En el pasado el tema del desarrollo económico de la región no ha sido interés de los Estados Unidos y difícilmente ahora podría empezar a serlo, de manera que la posición nacionalista de López Obrador es para el consumo interno, para el presidente de los Estados Unidos es un tema de campaña que le servirá para que sus seguidores lo apoyen y los empresarios se acerquen a él a negociar.