La heredera de AMLO que se resiste a dejar el poder que le dieron... por un rato
En cuanto Andrés Manuel López Obrador fue nombrado presidente electo por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) decidió que dejaba el liderazgo de Morena y nominó a Yeidckol Polevnsky, en su calidad de secretaria general, para desempeñar las funciones de presidenta.
En el Congreso Nacional Extraordinario de Morena, celebrado en agosto de 2018, López Obrador apoyó la propuesta de prolongar un año el mandato de los órganos de dirección de Morena, con el argumento de dar inicio a la Cuarta Transformación. Fueron modificados “los estatutos para que Yeidckol Polevnsky permaneciera al frente del instituto político.” Su periodo como secretaria general terminaba el 20 de noviembre de 2018.
La disputa por el liderazgo empezó con meses de anticipación cuando manifestaron sus deseos de asumir el puesto diferentes grupos, lo que llevó a que el presidente López Obrador recomendara que se llevara a cabo una encuesta para definir al ganador, lo que fue objetado por Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena, por no estar considerado este procedimiento en los estatutos.
Ante el diferendo por la interpretación de los estatutos del partido entre Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján, para convocar a elecciones de los órganos internos del partido, el TEPJF mandató un plazo de tres meses para la realización de diversas actividades, como la depuración de su padrón de militantes, para la realización de sus elecciones internas.
Para Yeidckol Polevnsky, quienes desean su salida de Morena llevan a cabo una “campaña de odio y desprestigio en su contra motivada por el dinero del partido que anhelan manejar”. (Crónica, 2 de febrero de 2020)
En días recientes, convocado por Bertha Luján, se llevó a cabo el VI Congreso Nacional Extraordinario de Morena, citado a pesar de la resolución del TEPJF, pero sustentado en la petición de 18 consejos estatales.
Al respecto, Luján comentó que “A partir de 2018 planteamos un periodo de transición que ya terminó. Es hora de retomar el camino ordinario, estatutario, de Morena para reorganizarnos y que podamos trabajar mejor.” (La Jornada, 26 de enero de 2020)
Resultado de VI Congreso Nacional fue la elección del diputado Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente del CEN de Morena, con la encomienda de organizar la elección interna de los órganos de gobierno en cuatro meses.
Ramírez Cuéllar no precisó fecha para la organización de elecciones internas. Considera que la suya “es una presidencia que sale con mucha fuerza. Aquí está la mayoría, nunca nadie puede dudar de que aquí está la mayoría de Morena. Ya hay un nuevo presidente.” (Excelsior, 27 de enero de 2020)
En opinión de Yeidckol Polevnsky el Congreso fue inválido y por ello no dejará la presidencia del partido. Señala que el TEPJF “decidirá si este Congreso fue válido o no, toda vez que la convocatoria ya tiene 15 impugnaciones de diversos morenistas.” (Excelsior, 27 de enero de 2020)
El conflicto tiene casi un año y en ese tiempo las posiciones de Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján se plantean como irreconciliables. En la percepción del enfrentamiento queda la impresión de que una no quiere dejar el liderazgo del partido y que la otra se siente con méritos para ocupar la presidencia de Morena.
Interrogado en su conferencia de prensa matutina sobre las diferencias y enfrentamientos en Morena, el presidente López Obrador manifestó: “no me corresponde, no tengo porque participar en eso, deseo a todos los partidos que resuelvan sus diferencias por la democracia. Antes el presidente era el jefe político que lo llevaba a la Presidencia y él decidía, ahora ya no”. (Excelsior, 27 de enero de 2020)
Para muchos, la disputa por el poder en Morena no es un comportamiento extraño porque parte mayoritaria de su militancia proviene del PRD, en donde estas confrontaciones se dan en los congresos en los que se toman determinaciones que afectan los intereses se las “tribus” que lo integran.
Llama la atención el desgaste interno del liderazgo de Morena, porque antes no se había visto en un partido en el poder, que solía acordar sus determinaciones internas con el presidente en turno, con el propósito de no generarle una imagen negativa y apoyarlo en su gestión de gobierno.
El PRI operó como brazo político electoral del presidente. Cuando el PAN estuvo en el poder el comportamiento fue similar. Ahora el presidente López Obrador dice que no le corresponde intervenir en la vida interna de Morena y, de ser cierto, estaríamos ante una experiencia inicial de tener partidos sin dominio presidencial que deberán aprender a practicar la democracia interna, que no conocen.
Yeidckol aparece como resistencia al cambio y Bertha como la oportunista que lo quiere todo. En este episodio no solo está a prueba Morena. Está a prueba el presidente y su frase “No somos iguales”.
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