Líderes mundiales de renombre no acuden a cumbre climática ONU, pero otros intentan llenar el vacío

BAKÚ, Azerbaiyán (AP) — Los líderes mundiales se reúnen el martes en las negociaciones climáticas anuales de Naciones Unidas en Bakú, la capital de Azerbaiyán, aunque los grandes nombres y los países poderosos están ausentes, a diferencia de conversaciones sobre el clima anteriores, que tenían el nivel de un Mundial de fútbol.

La COP29 de 2024 se parece más a las finales del Mundial de Ajedrez: faltan nombres reconocibles pero abundan los “nerds” y la estrategia. Los dirigentes de los 13 países que más dióxido de carbono lanzan a la atmósfera no acudirán a la cumbre, aunque en 2023 fueron los responsables de más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los mayores contaminadores y las economías más fuertes, China y Estados Unidos, no enviarán a sus máximos responsables. Los líderes de las cuatro naciones más pobladas, que suman más del 42% de la población mundial, no hablarán en la conferencia.

“Es sintomático de la falta de voluntad política para actuar. No hay sentido de urgencia”, dijo el climatólogo Bill Hare, director general de Climate Analytics. Según él, esto explica “el absoluto desastre en el que nos encontramos”.

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Líderes destacan la inevitable transición a la energía verde

El mundo ha presenciado el día, los meses y el año más calurosos jamás registrados “y una clase magistral en destrucción climática”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, a los líderes mundiales presentes en Bakú.

Pero Guterres mantuvo la esperanza, afirmando, en una referencia velada a la reelección de Donald Trump en Estados Unidos, que “la revolución de la energía limpia está aquí. Ningún grupo, ningún negocio, ningún gobierno puede detenerla”.

Los funcionarios de la ONU dijeron que en 2016, cuando Trump fue elegido por primera vez, había 180 gigavatios de energía limpia y 700.000 vehículos eléctricos en el mundo. Ahora hay 600 gigavatios de energía verde y 14 millones de autos eléctricos.

El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, inauguró los dos días de discursos de líderes mundiales arremetiendo contra Armenia, los medios de comunicación occidentales, los activistas climáticos y los críticos que hacen hincapié en la rica historia del país con el petróleo y el gas y su comercialización, llamándolos hipócritas ya que Estados Unidos es el mayor productor de petróleo del mundo. Afirmó que no era “justo” llamar a Azerbaiyán “estado petrolero” porque produce menos del 1% del petróleo y gas del mundo.

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El petróleo y el gas son “un regalo de Dios” igual que el sol, el viento y los minerales, indicó Aliyev, que agregó que “no se debe culpar a los países por tenerlos. Y no se los debe culpar por llevar esos recursos al mercado porque el mercado los necesita".

Como anfitrión y presidente de la COP29, Aliyev dijo que su país presionará en favor de una transición verde lejos de los combustibles fósiles, “pero al mismo tiempo, debemos ser realistas”.

Funcionarios restan importancia a la presencia de pesos pesados

Aliyev, el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, serán los principales oradores entre los casi 50 líderes que subirán al estrado el martes.

También se espera una fuerte presencia de los responsables de algunas de las naciones más vulnerables al clima del mundo. Varios presidentes de pequeños países insulares y de más de una docena de naciones de África subirán al estrado durante los dos días de la Cumbre de Líderes Mundiales de la COP29.

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Como muestra de cómo bajó el listón de las celebridades, el martes por la mañana fotógrafos y cámaras de video corrían junto a un líder que recorría los pasillos del recinto. Era el ministro de gestión de emergencias del país anfitrión.

Funcionarios de la ONU restaron importancia a las ausencias e indicaron que todas las naciones están representadas y participan activamente en las conversaciones.

Hay un problema logístico, que es que la próxima semana los líderes de los países más poderosos deben estar al otro lado del mundo, en Brasil, para la cumbre del G20. Además, las recientes elecciones en Estados Unidos, el colapso del gobierno en Alemania, los desastres naturales y las enfermedades han impedido que algunos líderes se desplacen a Bakú.

El principal objetivo de las negociaciones es la financiación climática, es decir, que las naciones más ricas intenten ayudar a las que tienen menos recursos a financiar la transición de sus economías lejos de los combustibles fósiles, a afrontar los daños que causará el cambio climático en el futuro y a compensar los daños de los fenómenos climáticos extremos.

Las naciones están negociando enormes cantidades de dinero, desde los 100.000 millones de dólares anuales, hasta 1,3 billones. Ese dinero “no es caridad, es una inversión”, dijo Guterres.

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“Los países en desarrollo no deben irse de Bakú con las manos vacías”, añadió. “Es imprescindible llegar a un acuerdo".

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La cobertura climática y medioambiental de The Associated Press recibe el apoyo de varias fundaciones privadas. La AP es la única responsable del contenido.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.