Líderes de Guyana y Venezuela se comprometen con la paz y acuerdan reducir las tensiones por disputa fronteriza

Los líderes de Guyana y Venezuela acordaron reducir las tensiones y abstenerse de usar la fuerza, directa o indirectamente, el uno contra el otro en cualquier circunstancia, incluida la antigua disputa territorial sobre qué nación es la legítima propietaria de una región rica en petróleo y minerales limítrofe entre ambos países.

El presidente de Guyana, Irfaan Ali, y el líder venezolano, Nicolás Maduro, firmaron una declaración tras una jornada de diálogo de varias horas en San Vicente y las Granadinas, donde varios líderes caribeños y sudamericanos facilitaron las conversaciones entre ambos con la esperanza de evitar una guerra en el hemisferio. Los dos hombres acordaron establecer, de inmediato, una comisión conjunta en la que participen sus ministros de Asuntos Exteriores y técnicos para abordar asuntos de mutuo acuerdo.

Fue la primera reunión cara a cara entre Ali y Maduro desde que el líder venezolano reactivó la reclamación de su país sobre la remota región de Esequibo, que tiene aproximadamente el tamaño de la Florida y constituye casi dos tercios de Guyana.

A principios de este mes, Maduro celebró un controvertido referendo sobre la anexión del territorio, que, según él, contó con el apoyo abrumador de los electores, al tiempo que rechazó la jurisdicción de la Corte Internacional de Naciones Unidas sobre la disputa fronteriza. Días después, con los observadores cuestionando la votación, el líder venezolano anunció la creación de una zona de defensa militar cerca de la frontera y ordenó a su empresa petrolera estatal que emitiera licencias para la exploración petrolera y minera en el territorio.

Ali y Maduro acordaron seguir dialogando sobre los asuntos pendientes. Como parte de la declaración, también acordaron que “cualquier controversia” se resolverá de acuerdo con el derecho internacional. Los dos también pactaron reunirse de nuevo en Brasil en los próximos tres meses y mantener a sus patrocinadores —el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva; el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves— al tanto de los acontecimientos. Mientras que Skeritt es actualmente presidente del bloque regional de 15 miembros de la Comunidad del Caribe, conocido como CARICOM, Gonsalves, también miembro del bloque, es además presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Gonsalves, que leyó “La Declaración conjunta de Argyle para el diálogo y la paz entre Guyana y Venezuela”, se negó a aceptar preguntas de la prensa diciendo que “la declaración hablará por sí misma”.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, arriba en el centro, llega al Aeropuerto Internacional de Argyle, en Argyle, San Vicente, el jueves 14 de diciembre de 2023. Maduro llegó para una reunión con el presidente de Guyana, Irfaan Ali, sobre una antigua disputa sobre el territorio de Essequibo, una vasta región fronteriza rica en petróleo y minerales que representa gran parte del territorio de Guyana, pero que Venezuela reclama como propio. Lucanus D. Ollivierre/AP

Antes de la reunión del jueves en San Vicente, Ali había dejado claro que la propiedad del Esequibo no estaba sujeta a negociaciones y que, en última instancia, la decidiría la Corte Internacional de Justicia de la ONU.

“Hemos venido aquí en interés de la paz y la estabilidad de esta región”, declaró a los periodistas durante las conversaciones. “Nunca hemos amenazado a nadie con la fuerza ni con el uso de la fuerza”.

Durante su reunión informativa, Ali dijo que seguía comprometido con la coexistencia pacífica con Venezuela, pero que es “inquebrantable y resuelto” en su posición de que la disputa territorial debe ser decidida de una vez por todas por el tribunal de la ONU. Como parte del acuerdo firmado, ambos líderes coincidieron en que cualquier controversia entre sus dos naciones se resolverá de acuerdo con el derecho internacional, incluido el acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966, redactado cuando Guyana era aún una colonia británica, que dicta cómo resolver la controversia sobre la frontera.

“Somos un país y un pueblo pacíficos”, afirmó Ali. “No tenemos otra ambición que perseguir la coexistencia pacífica con Venezuela y con todos los países de esta región”.

El presidente de Guyana, Irfaan Ali, habla durante una rueda de prensa tras reunirse a puerta cerrada con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en Argyle, San Vicente, el jueves 14 de diciembre de 2023. Ali y Maduro se reúnen por una antigua disputa sobre el territorio de Essequibo, una vasta región fronteriza rica en petróleo y minerales que representa gran parte del territorio de Guyana pero que Venezuela reclama como propio. Lucanus D. Ollivierre/AP

La controversia sobre a quién pertenece Esequibo se remonta a más de un siglo, pero se reavivó a principios de este mes cuando Maduro comenzó a amenazar con anexionarse el territorio, que cuenta con menos de 300,000 habitantes.

Con las tensiones a flor de piel, ambos líderes fueron invitados a dialogar en San Vicente por Gonsalves, uno de los más firmes defensores de Venezuela en la Comunidad del Caribe y del levantamiento de las sanciones estadounidenses contra el país. Gonsalves también invitó a otros observadores, entre ellos Naciones Unidas y representantes de los gobiernos de Colombia y Honduras.

Lula da Silva no acudió al diálogo, pero envió a Celso Amorim, su asesor especial que, antes del jueves, había realizado varias visitas a Caracas.

En declaraciones a la prensa entre las conversaciones, Ali dijo que las discusiones se habían desarrollado en tres fases. En la primera, el equipo guyanés se reunió con los líderes de la agrupación regional caribeña. En la segunda, los líderes de CARICOM se reunieron con Maduro, y en la tercera, él y Maduro se encontraron por primera vez cara a cara. Además de Gonsalves, los líderes de otros siete países caribeños estuvieron presentes y hablaron por separado con ambos hombres. Se trataba de los primeros ministros de Bahamas, Barbados, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y Trinidad y Tobago.

El acuerdo de tres páginas muestra que sigue habiendo desacuerdo tanto sobre la propiedad del territorio como sobre el derecho del tribunal de la ONU a intervenir en el conflicto. El documento menciona la “falta de reconocimiento por parte de Venezuela de la Corte Internacional de Justicia y de su jurisdicción en la controversia fronteriza”.

Queda por ver si el diálogo del jueves llevará a calmar los ánimos. Maduro disfrutó en su día del apoyo de la mayoría de los líderes caribeños en su lucha contra las sanciones de Estados Unidos, pero se enfrentó a un grupo cada vez más dividido debido a su ataque contra uno de sus países miembros.

Bajo la presión de Estados Unidos para que celebre elecciones libres y justas el próximo año, Maduro está siendo acusado de usar Guyana como una herramienta de negociación con Washington, que le ha pedido que libere a los estadounidenses que están siendo “injustamente detenidos” por su gobierno autoritario y que levante una prohibición que impide a los opositores ocupar cargos públicos.

Hasta ahora, él ha hecho caso omiso de las peticiones y ha centrado sus energías en anexionarse la gran parte de Guyana. Como parte de su impulso para hacerse de la zona en disputa, prometió la exploración petrolera y la minería en el territorio a través de la concesión de licencias por su empresa petrolera estatal PDVSA. Maduro también ordenó la creación de un nuevo mapa de Venezuela para incluir la región en disputa.

“Guyana tiene todo el derecho de ejercer su derecho soberano dentro de su espacio territorial para aprobar y facilitar cualquier desarrollo, cualquier inversión, cualquier asociación, cualquier capacitación, cualquier colaboración, cualquier cooperación, la emisión de cualquier licencia y el otorgamiento de cualquier concesión dentro de nuestro espacio territorial y dentro de nuestro espacio soberano”, dijo Ali, refiriéndose indirectamente a las recientes acciones de Maduro.

Más tarde, levantando su brazo derecho y señalando un brazalete con un mapa de Guyana, que se encuentra en la punta de América del Sur a lo largo de la costa atlántica, Ali dijo: “Esto es Guyana. Ninguna narrativa, ninguna propaganda, ningún decreto puede cambiar esto”.

Ali y Maduro han dicho que están comprometidos con la paz en la región, un punto que cada uno firmó en el acuerdo. Ali, sin embargo, dejó claro en sus conversaciones que su nación “continuará haciendo todo lo que promueva el desarrollo, el avance de nuestro pueblo y todas las alianzas necesarias para garantizar la defensa y protección de lo que es nuestro de acuerdo con el derecho internacional”.

“Guyana no es el agresor”, dijo en repetidas ocasiones. “Guyana no busca la guerra, pero Guyana se reserva el derecho de trabajar con todos nuestros socios para asegurar la defensa de nuestro país”.

La periodista de datos del Miami Herald Ana Claudia Chacin contribuyó a este artículo.