Kylian Mbappé, en su despedida del Parque de los Príncipes, no se salvó de los silbidos que también sufrieron Messi y Neymar

Mientras los hinchas de Paris Saint Germain sintieron durante años que obtener la Champions League era un objetivo lejano, una pretensión excesiva en un contexto que tenía a otras potencias como favoritas, varias de las destacados futbolistas que pasaron se llevaron un reconocimiento unánime cuando les tocó dejar el club. Javier Pastore, primer refuerzo desde que el emirato de Qatar asumió la propiedad en 2011, es muy querido, está cerca de la estatura de ídolo. Cada tanto visita las instalaciones. También se ganaron el afecto y nunca sufrieron repudio Edinson Cavani, goleador histórico -200- del club hasta que lo destronó Kylian Mbappé, y Zlatan Ibrahimovic.

La vara de exigencia de los simpatizantes aumentó desde que en 2017 se incorporaron Mbappé y Neymar, que continúa como el pase récord, por 222 millones de euros. A partir de ese momento, consolidada la hegemonía dentro de la Ligue 1 local, la aspiración fue la coronación en Europa con la Champions. Y mucho más cuando en 2021 se sumó Lionel Messi, tras su salida abrupta de Barcelona.

Los fracasos sucesivos en la Champions les pasaron factura a las figuras. Neymar y Messi fueron blanco de silbidos tras las eliminaciones ante Real Madrid y Bayern Munich en dos años sucesivos. Ambos se fueron en un clima de desafecto e indiferencia. Siempre había quedado Mbappé al margen del rechazo. Lo veían como el futbolista comprometido que podía guiarlos a la cima europea.

Pero un par de acontecimientos concurrentes hicieron caer en desgracia a Mbappé el día que se despidió del Parque de los Príncipes. El anuncio que hizo en febrero, sobre su decisión de no hacer uso del año opcional de contrato que restaba, marcó el primer distanciamiento. Los hinchas y el club debieron hacerse la idea de que ya no lo tendrán a partir del segundo semestre. Lo único que podía mitigar ese distanciamiento era la Champions, en la que PSG fue eliminado en las semifinales por Borussia Dortmund, sin poder convertir goles en 180 minutos, y con un Mbappé más apagado que influyente, como si ya estuviera pensando más en su futuro.

Este domingo, Mbappé disputó su último partido en el Parque de los Príncipes como el jugador más importante en la historia de PSG. En siete años ganó 14 títulos (seis Ligue 1), convirtió 256 goles y dio 108 asistencias en 307 partidos, y fue máximo goleador de la liga local en seis temporadas. Todavía tiene la posibilidad de sumar una nueva corona con la final de la Copa de Francia, ante Lyon el 25 de este mes.

Lo más destacado de Paris Saint Germain 1 - Toulouse 3

La derrota por 3-1 ante Toulouse, sin incidencia en un torneo ya resuelto, apagó un poco más la tibia despedida del N° 7, que marcó el 1-0 tras recibir un largo saque de arco de Arnau Tenas, controlar la pelota con la izquierda, gambetear al arquero rival con la derecha y definir de zurda. Eso fue a los 8 minutos del primer tiempo. Un rato antes, cuando se anunciaron las formaciones por la pantalla gigante del estadio, al aparecer la imagen de Mbappé hubo silbidos. Pero el ambiente estuvo dividido, porque los hinchas más radicales, Collectif Ultras Paris, desplegó en una de las cabeceras un inmenso telón con la imagen del delantero, flanqueado por dos ramos de laureles. Durante el calentamiento previo, Mbappé se acercó a ese sector para agradecer, mientras permaneció indiferente en el momento de los silbidos.

Fue la segunda derrota en la Ligue 1, la anterior también fue de local, ante Niza. Como se intuía, PSG tampoco le preparó ningún agasajo especial a Mbappé. Ni siquiera hizo una mención en su cuenta oficial de X (ex-Twitter), gesto que sí tuvo su rival, Toulouse. La relación entre Mbappé y el presidente Nasser Al-Khelaifi, delegado de los dueños qataríes, se agrietó desde que en febrero, en medio de la serie ante Real Sociedad por los octavos de final de la Champions, anunció que no continuará.

Los agasajos del club fueron para el histórico speaker (anunciador) Michel Montana, que tuvo unas palabras por los altavoces del estadio para Mbappé, que ahora cosechó algunos aplausos. “Entrenar a Kylian fue un placer, siempre tuvo un comportamiento ejemplar. No tengo nada que reprochar al jugador, se comportó perfectamente”, dijo el entrenador Luis Enrique, pasando por alto algunas diferencias que mantuvo con el delantero por su posición en el campo y por mandarlo al banco en cinco fechas. Otro futbolista que se despidió fue el arquero costarricense Keylor Navas, mayormente suplente de Donnarumma en la temporada.

Seguramente habrá que esperar que pasen los tres encuentros oficiales que restan (dos por la Ligue 1 de visitante y la final por la Copa de Francia) para que Mbappé haga público su próximo destino. Las especulaciones más fundamentadas apuntan a su incorporación a Real Madrid. Veinticuatro horas atrás, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que espera que Real Madrid lo ceda para los Juegos Olímpicos de París. Este domingo, durante la celebración de Real Madrid por la obtención de la Liga de España, al presidente Florentino Pérez se le escapó una sonrisa cuando unos chicos respondieron “A Mbappé” a la consulta de “a quién traemos”, que no estaba referida a futuros refuerzos.

Tras el encuentro, el club desplegó la celebración que tenía preparada por la obtención de la Ligue 1. Una ceremonia colectiva, sin hacer foco en Mbappé. En medio de bengalas y fuegos artificiales sonó el tema “Don´t Stop Me Now”, de Queen. Los exfutbolistas Mamadou Sakho y Jeremy Menez ingresaron el trofeo que levantó el capitán Marquinhos. Sin Al-Khelaifi ni el director deportivo Luis Campos en la ceremonia en el campo, Mbappé cantó y bailó, se distendió, lo incluyó a su hermano Ethan (17 años, mediocampista, dos partidos). El Mbappé mayor ya le dijo au revoir a PSG.

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