CHICAGO.- Los carteles en manos del público, un sello de las convenciones políticas norteamericanas, ofrecen un indicio del mensaje que quiere instalar una campaña presidencial. Un cartel azul cubrió el estadio de la Convención Nacional Demócrata: “Libertad”, se leía en mayúsculas. Cuando Kamala Harris cierre su coronación y el cónclave partidario este jueves por la noche, y acepte la candidatura presidencial, esa palabra, “libertad”, tendrá un lugar central en el discurso más importante de su vida, con el que buscará darle aire a su campaña.

Harris llega a ese discurso de cierre de la convención demócrata con el desafío de darle sustento a toda la energía y el entusiasmo que se palpó en Chicago durante los últimos días, y evitar que termine por convertirse en una burbuja que explota antes de la elección presidencial del 5 de noviembre. A diferencia del presidente Joe Biden, que llamaba a defender la democracia en una batalla por “el alma de la nación”, Harris ha optado por hablar de una “lucha por la libertad”, un concepto que la campaña demócrata busca arrebatarle este año a los republicanos.

La defensa de la libertad fue uno de los ejes del discurso que brindó el compañero de fórmula de Harris, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, una figura ignota para la política nacional norteamericana hasta que Harris lo eligió como su vice. El “Entrenador Walz”, un apodo sacado de su pasado como entrenador de fútbol americano y maestro que se convirtió en su carta de presentación en la campaña, se mostró como un hombre común, sincero, directo, con una facilidad natural para conectar con la gente.

Walz usó la historia de su familia para presentar el alegato de los demócratas cuando contó que junto con su mujer recurrieron a un tratamiento de fertilidad para poder tener a sus dos hijos, Hope y Gus.

“Les cuento cómo formamos una familia porque esto es una parte importante de lo que se trata esta elección. Libertad. Cuando los republicanos usan la palabra libertad, quieren decir que el gobierno debería tener libertad para invadir el consultorio de su médico. Las corporaciones, libertad para contaminar el aire y el agua. Y los bancos, libertad para aprovecharse de los clientes”, dijo. “Pero cuando los demócratas hablamos de libertad, nos referimos a la libertad de lograr una vida mejor para uno mismo y para las personas que uno ama”, continuó.

Kamala Harris, remarcó más adelante en su mensaje, “luchará por su libertad para vivir la vida que quieran llevar, porque eso es lo que queremos para nosotros y es lo que queremos para nuestros vecinos”.

Walz cerró su discurso con una arenga de entrenador al advertir que el tiempo apremia.

“Habrá tiempo para dormir cuando estén muertos. Vamos a dejarlo todo en el campo. Así es como seguiremos avanzando. Así es como pasaremos la página de Donald Trump”, afirmó.

Otro enfoque

La nueva estrategia demócrata es diferente a la de Biden y, ciertamente, a la de 2016, cuando Hillary Clinton hizo bastante hincapié en “romper el techo de cristal” al convertirse en la primera mujer en llegar a la presidencia. ”Estoy con ella”, era uno de sus lemas. Ahora los demócratas parecen haber relegado esa novedad a un segundo plano, como si estuviera implícito.

Susan Rice, funcionaria del gobierno de Barack Obama, quien comparte con Harris la misma edad –59 años– y su ascendencia jamaiquina, puntualizó ante una pregunta de LA NACION en una conferencia de prensa que “esta no es una elección sobre quiénes son los primeros”.

“Es una elección sobre hacia dónde vamos como pueblo estadounidense, nuestra visión para el futuro”, afirmó Rice. “Y Kamala Harris ha sido muy clara en que ve a Estados Unidos como un lugar que necesita seguir avanzando. No podemos volver atrás a una época en la que las personas que se parecen a mí, que eran mujeres, o personas de color, personas con ingresos más bajos, personas con pasado de inmigrantes, no eran consideradas dignas e iguales en nuestra sociedad. En su visión todos cuentan y todos tienen la oportunidad de salir adelante en Estados Unidos”, indicó.

El acceso al aborto ha sido un tema central de la convención –hubo varios testimonios en vivo de mujeres–, bajo la premisa de que cada mujer debe tener “la libertad de tomar sus propias decisiones”, en las palabras del gobernador de Kentucky, Andy Beshear, que habló la primera noche y estuvo en la lista de potenciales vicepresidentes de Harris. La tercera noche llevó, de hecho, el título “Una lucha por nuestras libertades”, con un programa centrado en el acceso al aborto y otros derechos que, en la mirada de los demócratas, están bajo ataque de los republicanos y Donald Trump.

Pero la convención demócrata ha estado mucho más concentrada en catalizar el renovado ánimo de los demócratas –que estaba por el piso hasta que Biden renunció a su candidatura–, para transformar la euforia y la energía de Chicago en un triunfo político en noviembre. Nadie parece muy interesado en hablar de Biden, su gobierno o de la brutal interna que terminó en su expulsión de la campaña, al punto que varios de los discursos hablan de la nueva atmósfera como si su presidencia o su triunfo de 2020 nunca hubieran existido. Con todo, Harris también rendirá tributo al hombre que rescató su carrera política y la llevó a la vicepresidencia. Así y todo, la mirada está puesta en el futuro, y no en el pasado.

“Creo que es emocionante. Las campañas nos ayudan a avanzar, nos dan esperanza para el futuro, nos dan emoción, nos dan, ya sabes, eso es lo que se supone que deben hacer las campañas, es darnos algo que esperar”, dijo a LA NACION Susan Yorundak, una delega de Ohio que por primera vez atendía una convencion demócrata. “Y creo que eso es una de las cosas que están haciendo, es traernos alegría y hacernos mirar hacia adelante con soluciones, nuevas soluciones”, siguió.

Cordell Cleare, una delegada de Nueva York, baila con el resto de la delegación en el piso de la convención con un renovado espíritu. Como muchos otros que llegaron a Chicago, confiesa que se siente aliviada..

“Esto es estimulante, y llega en un momento en el que se necesita desesperadamente un salvavidas. Es un gran alivio”, dijo sobre el cambio de clima, y de candidato. “Estamos agradecidos por todo lo que ha hecho Joe Biden y por el hecho de que haya podido elegir a alguien tan calificado, tan fuerte y con tanta experiencia como Kamala Harris para ser su compañera de fórmula, y ahora ha llegado el momento. Nadie creía que este momento pudiera llegar jamás. No teníamos ni idea. Cuando necesitábamos pasar la antorcha, pasar el testigo en medio de una carrera, él pudo hacerlo de forma segura y cómoda, y todo lo que tenemos que hacer es llegar a la línea de la victoria, llegar a la meta”, dijo. “Y cuando las mujeres dicen que va a suceder, sucede”, cerró.