Jurados sopesan destino del ex ejecutivo de Presidente Supermarket. ¿Planeó el asesinato del amante de su esposa?

Los jurados comenzaron a última hora del miércoles las deliberaciones en el sensacional juicio por secuestro y asesinato de un rico ex magnate de supermercados acusado de ser el cerebro de un complot para matar al amante de su esposa.

Otros tres hombres implicados en el asesinato de 2011 ya fueron condenados a penas de prisión de entre 3 años y cadena perpetua. Camilo Salazar, quien instalaba persianas en viviendas, fue secuestrado y conducido a un campo del oeste de Miami-Dade, al borde de los Everglades, donde fue quemado vivo y degollado.

Los fiscales sostienen que Manuel Marín, antiguo propietario de varios locales de Presidente Supermarket en el sur de la Florida y Nueva Jersey, participó y orquestó el asesinato de Salazar por celos después de descubrir que se acostaba con su esposa, Jenny Marín.

A medida que el juicio, de casi dos semanas de duración, se acercaba a su conclusión, los jurados se enfrentaban a dos preguntas clave: ¿pudieron los fiscales estatales de Miami-Dade situar a Marín en el lugar del asesinato y probaron que fue cómplice del crimen?

En el juicio, Jenny Marín declaró que su esposo le advirtió de que la relación podría acabar trágicamente si no cortaba los lazos con Salazar; asimismo, el testigo estrella y ex luchador de artes marciales mixtas Ariel “La Pantera” Gandulla dijo que vio a Manuel Marín y a otro hombre meter a Salazar, atado de pies y manos, en el Mercedes de Marín el día del asesinato.

Pero nadie declaró que Marín les diera instrucciones de matar a Salazar y, aunque Gandulla vio juntos a Salazar y Marín el día del asesinato, fue en un parque de oficinas de Fort Lauderdale, varios kilómetros al norte del presunto lugar del crimen.

El fiscal Justin Funck pronunciando su alegato final ante el jurado en el juicio a Manuel Marín el 29 de marzo de 2023. José A. Iglesias jiglesias@elnuevoherald.com
El fiscal Justin Funck pronunciando su alegato final ante el jurado en el juicio a Manuel Marín el 29 de marzo de 2023. José A. Iglesias jiglesias@elnuevoherald.com

Marín, de 69 años, fue acusado de asesinato en segundo grado, confabulación para cometer asesinato y secuestro. Son cargos que probablemente lo llevarían a prisión el resto de su vida. Los fiscales dijeron que el ex ejecutivo reclutó a Gandulla, a otro luchador de la MMA llamado Alexis Vila Perdomo, y a Roberto Isaac, miembro de la pandilla Latin Kings, para secuestrar y matar a Salazar.

La sala del tribunal se llenó de emoción el miércoles, sobre todo cuando la ex forense de Miami-Dade Emma Lew describió la muerte de Salazar con detalles espeluznantes. En un momento dado, mientras explicaba cómo un cuchillo le había seccionado la tráquea y le había roto la mandíbula con algo más poderoso que una mano humana, amigos y familiares de Salazar fueron escoltados fuera de la sala, algunos llorando y sollozando a voz en grito.

Los jurados prestaron atención —algunos tomando notas— mientras el fiscal adjunto de Miami-Dade Jonathan Borst hacía que Lew se acercara al palco del jurado con fotos que explicaban cómo Salazar estaba vivo durante gran parte de la paliza. Lew dijo que los investigadores solo pudieron identificar el cuerpo de Salazar, carbonizado hasta hacerlo irreconocible, a través de los registros dentales.

Cuando Borst terminó con Lew, el abogado defensor de Marín, José Quiñón, tenía una pregunta para la ex forense: ¿era su trabajo determinar quién mató a Salazar? “No”, dijo Lew.

Luego, justo antes del mediodía, el estado terminó de presentar su caso. El abogado defensor Quiñón no llamó a ningún testigo. Siguieron los alegatos finales.

En el cierre, Justin Funck, fiscal estatal adjunto de Miami-Dade, explicó cómo el plan cuidadosamente coreografiado de Marín para matar a Salazar solo se desvió cuando el mal tiempo retrasó un día el regreso de Marín de un viaje en barco a Bimini. El fiscal dijo que la mañana del 1 de junio de 2011, cuando Salazar fue secuestrado por Isaac y Gandulla, los registros del teléfono móvil muestran que Isaac intentó ponerse en contacto con Marín 53 veces.

Dijo a los jurados que solo Marín tenía el odio y el motivo para “quemarle los genitales a Camilo Salazar”.

“Manuel Marín es el fósforo que encendió el fuego”, dijo Funck. “Su ego, su orgullo, su machismo, todo eso fue la gasolina”.

Pero el abogado defensor Quiñón, tenía una opinión diferente: dijo que el plan fue iniciado por el buen amigo de Marín de Cuba, Perdomo, quien reclutó a Isaac y Gandulla para que le dieran una paliza a Salazar por su aventura con la esposa de Marín, pero eso cambió, dijo Quiñón, cuando Isaac llevó a Salazar a su casa atado durante tres horas. Dijo que Isaac era muy consciente de que el secuestro podía llevarlo a la cárcel de por vida y decidió que Salazar tenía que morir.

“Ustedes tienen un arma humeante de pruebas circunstanciales de que el señor Isaac mató al señor Salazar”, le dijo Quiñón a los jurados. “Pero no hay pruebas físicas ni pruebas directas de que el señor Marín cometiera el crimen”.

Según los fiscales estatales, la mañana del asesinato Isaac recogió a Gandulla en su apartamento en Kendall con el ardid de que necesitaba ayuda para cobrar un cheque. Eso, sin embargo, condujo a un viaje de un día en el que el dúo encontró a Salazar en Coconut Grove, lo vigiló, luego lo esposó y lo metió en la parte trasera de un camión que Isaac había alquilado.

El juez Miguel de la O repasando ante el jurado la hoja de veredicto en el juicio contra Manuel Marín, ex ejecutivo de Presidente Supermartes que fue acusado de ser el autor intelectual del asesinato del amante de su esposa en 2011. José A. Iglesias jiglesias@elnuevoherald.com
El juez Miguel de la O repasando ante el jurado la hoja de veredicto en el juicio contra Manuel Marín, ex ejecutivo de Presidente Supermartes que fue acusado de ser el autor intelectual del asesinato del amante de su esposa en 2011. José A. Iglesias jiglesias@elnuevoherald.com

Dijeron que Isaac intentó desesperadamente ponerse en contacto con Marín mientras estaba en su casa de Wynwood, pero no pudo contactarlo, porque su regreso de un viaje a Bimini a bordo de su yate se retrasó por el mal tiempo. Después de que Marín llegara a casa, dijeron los fiscales, condujo su Mercedes azul hasta las inmediaciones del aeropuerto internacional de Fort Lauderdale-Hollywood (FLL), en donde se reunió con el dúo en el camión y en donde Salazar fue trasladado al vehículo de Marín. Desde allí, dijeron los fiscales, Marín e Isaac condujeron hasta el campo de West Miami-Dade, al borde de los Everglades, y torturaron a Salazar hasta que murió.

Gandulla, quien tiene esposa y dos hijos, huyó a Canadá luego del incidente. Llegó a un acuerdo con los fiscales para testificar a cambio de una condena de tres años por secuestrar a Salazar. Issac y Perdomo fueron condenados a prisión por asesinato y secuestro en 2019. Perdomo cumple una condena de 15 años. Isaac está encarcelado de por vida. Los fiscales dijeron que una semana después de la muerte de Salazar, Marín renunció a su lujoso estilo de vida —una mansión en Lighthouse Point y un yate que llevaba a menudo a las Bahamas— y huyó primero a Nueva Jersey, luego a París y finalmente a España. Se presentó en la embajada de Estados Unidos en Madrid en 2018, donde el FBI lo detuvo. Fue considerado fugitivo durante cuatro años. Los jurados fueron enviados a casa el miércoles poco después de las 6:00 p.m. y se espera que continúen las deliberaciones este jueves a las 10:00 a.m..