‘Julia, 1984', la desconcertante revisión de la novela de culto de George Orwell que sus herederos avalan

La escritora Sandra Newsman propone una nueva versión del clásico de la literatura internacional con más o menos aciertos.

'Julia 1984', la revisión feminista de la obra de culto de George Orwell.  (Photo Illustration by Justin Sullivan/Getty Images)
'Julia 1984', la revisión feminista de la obra de culto de George Orwell. (Photo Illustration by Justin Sullivan/Getty Images)

Hay que tener mucho arrojo para embarcarse en una tarea tan descomunal como la de ‘reescribir’ una de las novelas más relevantes de la literatura de todos los tiempos y, no contenta con ello, titularla ‘Julia’, bajo el epígrafe inequívoco de ‘1984’. Eso es lo que ha hecho Sandra Newman con la obra de culto de George Orwell, que se creía insuperable y ciertamente lo es. Una realidad que no le resta mérito al intento de la escritora estadounidense por darle un nuevo sentido a la ficción de su antecesor.

Dicen que las comparaciones son odiosas y en este caso concreto, es imposible no hacer el ejercicio de confrontar. Julia no es Winston Smith, el personaje principal del ‘1984’ de Orwell, de igual manera que la novela de Newman no es la del británico nacido en la India. La maestría con la que el también periodista y ensayista configuró y escribió su mundo distópico regido por el Gran Hermano nada tiene que ver con la versión más accesible y producto para las masas que ha forjado Newman. Ahora bien, dejando a un lado que la una no es la otra y viceversa, resulta, como mínimo, interesante adentrarse en este revisionismo literario de la sociedad totalitaria que ideó George Orwell. ‘Julia’ busca rellenar los “huecos” que dejó ‘1984’ desde la óptica de una mujer y la perspectiva de género. A ojos de la autora, por supuesto, porque hablar de “huecos” como si fueran falencias es un despropósito.

En este punto cabría preguntarse sobre la pertinencia que se traduce de reenfocar y darle una segunda vida completamente mutada a una obra literaria magistral que, ‘a priori’ no requería de mejoras ni de un punto de vista alternativo. Que cada cual saque sus conclusiones. Lo único cierto es que la aproximación que ha materializado Sandra Newman con su ‘Julia 1984’ cuenta con la autorización oficial de los herederos de George Orwell, que han avalado la versión feminista de una de las mejores ficciones que se han escrito jamás si es que, acaso, todavía podemos calificarla sin fisuras de ficción…

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Han pasado 75 años desde la publicación de ‘1984’ que, con el paso del tiempo, ha demostrado una actualidad del todo preocupante. Orwell puso a disposición del público un mundo disfuncional y perverso en el que las fuerzas totalitarias se imponen como garantes de la estabilidad política y social a través de sus métodos opresores, del control de la información y de la vida ciudadana en general. El escritor moldeó este escenario apocalíptico a partir de sus experiencias y percepciones de la realidad que vivía, en el contexto del final de la Segunda Guerra Mundial que siguió al auge de los fascismos.

George Orwell en una foto de archivo. (Photo by ullstein bild/ullstein bild via Getty Images)
George Orwell en una foto de archivo. (Photo by ullstein bild/ullstein bild via Getty Images)

La obra gira en torno a Winston Smith quien, en su determinación por resquebrajar el régimen absolutista del Gran Hermano, se une al movimiento clandestino de la Hermandad. En cambio, la revisión que ofrece ahora Sandra Newman se centra en Julia, la mujer con la que Winston Smith inicia una relación amorosa y cuyo desarrollo como personaje queda sin explorar en la novela del británico. La escritora fragua toda la trama de su propuesta en torno a ella y rellena los vacíos biográficos que Orwell dejó desatendidos. No por omisión, sino porque la historia nunca se trató de ella, sino de él. Con el esbozo de la personalidad y circunstancias de Julia, la novela de Newman aporta una ampliación del universo de ‘1984’ con matices inéditos y un giro de guion impredecible.

La apuesta de Sandra Newman se centra en profundizar en el entramado de la claustrofóbica Oceanía, la superpotencia regida por el Partido donde se sucede su novela y la de Orwell, a partir de las vivencias pasadas y presentes de Julia. Desde la perspectiva de género, lo que eran suposiciones o cuestiones que ni siquiera se intuían, se convierte ahora en pasajes descritos al detalle y radiografías sociales de una cotidianidad que nunca tuvieron cabida en la obra de Orwell. Y no lo tuvieron porque el objetivo de ‘1984’ era otro: el de recrear la complejidad macro de una sociedad represiva más que adentrarse en las minucias de la vida diaria, que es lo que ofrece Newman.

No está de más darle una oportunidad a esta revisión inédita y desconcertante de la sociedad atroz que imaginó George Orwell. Aunque ‘Julia 1984’ no supera ni puede pretenderlo al referente del que parte, da una nueva perspectiva sobre cómo sobreviven las mujeres en un mundo que, en ningún caso, es compasivo y justo para nadie que no pertenezca a la élite. Mujeres y hombres.

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