Jueza planea dejar en libertad a madre acusada de acosar al policía que disparó a su hijo. Sindicato policial objeta

Gamaly Hollis pasó casi un año en la cárcel por incumplir una orden de alejamiento de un policía de Miami-Dade que disparó seis veces a su hijo enfermo mental y armado con un cuchillo, matándolo en su pequeño apartamento de Kendall, mientras ella observaba desde unos pies de distancia.

El viernes, una jueza de Miami accedió a ponerla en libertad, a pesar de las objeciones de la fiscalía y del sindicato de la policía local. Pero los problemas legales de Hollis distan mucho de haber terminado: todavía enfrenta cargos de acoso y resistencia al arresto, los cuales podrían acarrearle una pena máxima de casi dos años de prisión si es declarada culpable.

Y su puesta en libertad pendiente conlleva condiciones.

Hollis tiene que pagar una fianza de $1,000, los cuales según su abogado defensor no tiene, o aceptar el arresto domiciliario. Esto último está lejos de ser una certeza, porque después de pasar algo menos de un año en la cárcel, Hollis perdió su apartamento y su empleo. Le preocupa perder también su auto, en el que pretendía vivir. Dijo que están a punto de embargárselo.

“Es una indigente. Ha pasado 364 días en la cárcel con el tiempo acumulado servido. Perdió su casa”, argumentó la defensora pública adjunta Chandra Sim durante la moción del viernes por la tarde para modificar la fianza de Hollis.

Sim dijo que conservar su auto es fundamental para la capacidad de Hollis para trabajar, vendiendo aguacates y otros productos siete días a la semana de 7 a.m. a 8 p.m.

Hollis estaba en su pequeña vivienda en Peppermill Apartments el 15 de junio de 2022 cuando un vecino llamó al 911 para informar de una discusión entre ella y su hijo, Richard Hollis, quien padecía una grave enfermedad mental y a quien las cámaras corporales de la policía mostraron sosteniendo dos cuchillos cuando derribaron la puerta del apartamento. La llamada de auxilio terminó trágicamente: el agente Jaime Pino disparó seis veces contra Richard Hollis, matándolo.

El agente fue absuelto de culpa tras las investigaciones de la Policía Estatal de la Florida (FDLE) y de la Fiscalía Estatal de Miami-Dade, que son el procedimiento estándar en las muertes por disparos por parte de la Policía.

Pero inmediatamente después del tiroteo, Gamaly Hollis inició una campaña personal para, como ella misma ha dicho, informar a sus vecinos de Kendall que en su comunidad seguía habiendo un agente peligroso. Lo buscó en la estación de policía de la división de Hammocks, se enfrentó a él cuando estaba trabajando en el lugar de un delito y publicó en su página de Facebook fotografías que había obtenido de la cuenta de él en redes sociales.

La jueza Cristina Rivera Correa habla con los defensores públicos Robert Keilson (izquierda) y Chandra Sim durante una audiencia de una madre llamada Gamaly Argentina Hollis, quien está detenida en la cárcel tras ser acusada de acosar a un policía de Miami-Dade que mató a su hijo enfermo mental. La audiencia tuvo lugar en el Gerstein Justice Building, en Miami, el jueves 7 de marzo de 2024.

Su enfrentamiento cara a cara se produjo el 22 de agosto de 2022 en la escena de un crimen no relacionado. La policía y los fiscales dicen que Hollis bajó la ventanilla de su auto y le gritó a Pino. “Ella empezó a gritar en español que soy un homicida, que soy un asesino, que maté a su hijo”, testificó Pino más tarde. Hollis recibió la orden de marcharse y así lo hizo. Pero regresó al lugar de los hechos, donde había otro joven con problemas mentales esposado.

Por ello, fue arrestada y acusada de acoso con agravantes, resistencia al arresto y allanamiento de morada. El cargo de acoso se redujo a un delito menor y el de allanamiento se desestimó.

Los abogados de Hollis, de la Oficina del Defensor Público de Miami-Dade, piden que se desestimen los cargos restantes, alegando que infringen su derecho de la Primera Enmienda a cuestionar un tiroteo que ella considera fue innecesario. Sostienen que Hollis no representa una amenaza real para Pino ni para nadie más.

Sin embargo, en la audiencia celebrada el viernes ante la jueza Cristina Rivera Correa del Tribunal del Condado Miami-Dade, los fiscales argumentaron que tanto Pino como el sindicato local de la Police Benevolent Association tienen “serias dudas” sobre la puesta en libertad de Hollis, quien nunca ha expresado arrepentimiento o remordimiento por sus acciones al llamar la atención sobre la muerte de su hijo.

En un principio, los fiscales se mostraron dispuestos a conceder a Hollis el arresto domiciliario, pero cambiaron de postura al enterarse de que ahora no tiene hogar. Sin un domicilio, argumentaron los fiscales, no es elegible.

Mientras Hollis esté en libertad bajo fianza —si es capaz de pagar la fianza de $1,000—, sus abogados seguirán argumentando que Rivera Correa debería desestimar los cargos de acoso y resistencia al arresto. La jueza escuchó los argumentos a favor y en contra de una moción de desestimación el jueves, y pidió a los abogados que presentaran sus argumentos por escrito antes del 24 de abril. El 17 de junio se celebrará otra audiencia sobre esta petición.

“Tengo entendido que se pide que no se imponga una fianza monetaria y huelga decir que el estado objetaría eso”, argumentó el fiscal asistente Alec Kohn.

Esa disputa gira en torno, al menos en parte, de si Rivera Correa está de acuerdo en que Hollis tiene un derecho protegido por la Primera Enmienda a hablar libremente con, o sobre, el agente que disparó a su hijo.

“Este tribunal no debe permitir que la Fiscalía Estatal use como arma el estatuto de acoso de la Florida en este caso”, escribió Sim, la defensora pública adjunta, en la moción para desestimar los cargos. “Permitir el enjuiciamiento de casos como el que nos ocupa es una burla de los objetivos consagrados en nuestra Constitución, el Sistema Judicial y nuestras leyes”.

“La fiscalía está argumentando que está bien procesar a la Sra. Hollis por unas publicaciones en Facebook. Si eso no es mala fe, no estoy seguro de lo que es”, dijo Sim en una audiencia anterior el jueves.

La pena de cárcel que Hollis acaba de cumplir se derivó de una de esas publicaciones en Facebook.

El 8 de abril de 2023, Hollis publicó una foto de la casa de Pino, con su auto patrulla delante, después que un juez le ordenó cesar todo contacto con Pino, incluso en las redes sociales. Por ello, se ordenó a Hollis pasar 364 días en reclusión. Un día más de condena la habría llevado a una cárcel de Miami-Dade, en lugar de a la cárcel de Miami.