Juan Carlos Barreto fue padre por destino, no por sangre

CIUDAD DE MÉXICO, junio 30 (EL UNIVERSAL).- Juan Carlos Barreto se ha consolidado como actor gracias a los trabajos que ha realizado en televisión, series y teatro durante más de cuatro décadas, profesión que ha llenado todos los aspectos de su vida, por lo que asegura que no tener pareja o hijos no ha sido impedimento para ser feliz.

"Me hubiera gustado tener un hijo pero cuando conocí a mi señora (Silvia Derbez, quien falleció en 2002), con quien tuve una relación de 19 años, ella 'ya había cerrado la fábrica' y cuando estábamos pensando en adoptar uno, porque hay tantos chavitos que no tienen hogar, nos dimos cuenta que esa parte estaba cubierta", señala Barreto.

El actor de telenovelas como "El hotel de los secretos" (2016), "La usurpadora" (2019) y "La herencia" (2022), comenta que la experiencia de la crianza la tuvo cuando se vio en la necesidad de hacerse cargo de sus cinco hermanos menores, porque su padre se fue de casa cuando él era muy joven y su madre se había quedado sola con seis hijos, por lo que tuvo que salir a trabajar y apoyarse en el actor.

"De hecho la imagen paterna de mis hermanos soy yo, entonces sé lo que es ser un hijo y sé lo que es ser un padre, no de sangre en este caso porque no tengo un hijo que yo haya concebido con una mujer, pero ellos de alguna manera son como una especie de hijos, ellos me ven así, de hecho el día del padre me felicitan o me felicitaban porque algunos ya partieron, pero la realidad es que esa parte nunca me ha hecho ruido, nunca me ha inquietado, yo estoy bien en ese sentido".

Actualmente, Barreto aborda esta experiencia en la puesta en escena "Mirando al Sol", donde él, al lado de Roberto Beck, abordan el encuentro de un padre y un hijo, que después de estar un tiempo distanciados tienen que verse de nuevo porque el primero ha decidido pedir la eutanasia, pero antes de eso necesita sanar muchas cosas con su hijo en el poco tiempo que le queda.

"Es una obra que habla sobre el amor, sobre la vida, sobre la muerte, pero sobre todo sobre el amor filial, sobre el amor de un padre y un hijo", abunda.

El actor explica que ya había trabajado con Cristian Magaloni en otra puesta en escena llamada "Mañana" y que mientras ensayaban esta puesta en escena él le pidió que leyera el libreto de "Mirando al Sol". Cuando lo hizo le pareció un texto bien escrito, profundamente conmovedor y con un personaje entrañable como lo es el padre, con muchos elementos para que un actor pudiera ser un gran trabajo.

"Procuro todos los años hacer mínimo una obra de teatro, por eso me pareció una oportunidad excelente para recuperar a ese actor que de repente se pierde haciendo cosas que no tienen tanto rigor como lo tiene el teatro, porque éste es muy exigente, porque cuando tú te paras en el escenario esa rueda empieza a girar y no se detiene; además yo vengo de ahí, toda mi vida he hecho teatro y siempre trato de volver al origen".

En este texto también se aborda el tema de la muerte donde, a diferencia del personaje que interpreta (el papá), él no cree en la vida después de la muerte o en una vida eterna, lo que sí cree es que el ser humano es energía y al dejar este plano se convertirá en otra cosa, eso sí, más que la muerte le preocupa la enfermedad porque eso sí duele, por eso en la obra el morir es hasta un alivio.

"Pienso que la vida es ésta, que cada quien hace su cielo o su infierno de acuerdo a sus circunstancias, a sus deseos y a su comportamiento, pero fuera de esto no creo que exista nada más. No sé por qué le tenemos tanto miedo a la muerte, es parte de la vida, nos educan para vivir pero no para morir", señala.

---Sana heridas paternas

Para Barreto, esta obra ha sido una forma de sanar sus propias heridas con su padre, porque como ya lo dijo, mantuvo una distancia entre él y sus hijos, pero aún así él siente un profundo amor por el hombre que le dio la vida.

"Todos hemos tenido conflicto con los padres, por lo regular es con el papá, la mamá siempre está más cercana, pero el padre siempre es esa ausencia presente. El conflicto entre papá y yo es que nos amábamos tanto, nos queríamos tanto, pero justamente como sucede en la obra, no sabíamos cómo decírnoslo, ese era el problema real en la relación con mi padre y ese es el problema en esta obra".

El actor comenta que en la educación que él recibió, el decirle al padre te quiero o besarlo no se usaba, algo que considera horrible porque además si se hacía algo así podías ser juzgado de afeminado, cuando él quería expresarle tanto.

"Al final antes de que muriera mi padre, la vida nos dio la oportunidad de decirnos: ‘te quiero, siempre te he querido y te he admirado’ y fue algo maravilloso, ese recuerdo quedó muy presente y creo que por eso conecté tanto con esta obra. Claro, mi padre no se suicidó ni mucho menos, él murió a los 93 años, pero sí se fue de casa y no tuvimos la oportunidad de decirnos muchas cosas. Considero que el mensaje es, si tienen a su papá, es la oportunidad de decirle ahora todo lo que les nazca del corazón".

Juan Carlos recordó que su padre quería que él fuera arquitecto. Aun así dice que si hay algo de lo cual no se arrepiente es de haberse dedicado a la actuación, con todos sus altibajos y sinsabores, porque han sido muchas más las satisfacciones y que es muy feliz haciendo lo que hace, sobre todo cuando a sus 65 años le llegan papeles como el del padre en "Mirando al Sol".

"Eso me hace sentirme muy agradecido, porque caí en un grupo de gente tan talentosa, donde soy el más viejo pero también el que más está aprendiendo de los jóvenes", dijo el actor respecto a esta obra, que se presenta sábado y domingo en el Teatro La Capilla hasta el 17 de julio.