José Juan Macías, el delantero que algún día fue una promesa emocionante y hoy Chivas lo ignora

José Juan Macías en un partido de Liga MX entre Chivas y Cruz Azul de marzo pasado. (Héctor Vivas/Getty Images)
José Juan Macías en un partido de Liga MX entre Chivas y Cruz Azul de marzo pasado. (Héctor Vivas/Getty Images)

José Juan Macías está borrado de Chivas. Ya es un hecho: contra América no fue ni siquiera convocado —cuarto partido seguido en esa condición—. El cotejo de Semifinales de Liga MX medirá, de nuevo, a los tapatíos con su clásico rival. Se augura acción y ganas de revancha, pero no para Macías, que ha visto cómo su protagonismo se desvanece en el equipo dirigido por Fernando Gago. Ya ni siquiera es una opción de recambio y nadie parece recordar que algún día fue la joya no sólo del Rebaño Sagrado sino de todo el futbol mexicano.

¿Cómo puede pasar algo así? Chivas lo debutó a los 17 años y siempre se vio que era especial. Tenía remate y pegada, aunque en Verde Valle juzgaron que lo mejor era cederlo. Él no quería irse al Zacatepec. Impuso su carácter y, en cambio, logró que lo cedieran a León. Ahí tuvo la misión de suplir a Mauro Boselli, leyenda esmeralda. Lo hizo: en un año futbolístico, marcó un total de 19 goles. Fue el paquete completo: confirmó que estaba diseñado para grandes cosas y, además, que Chivas se había equivocado con él. Debieron tratarlo mejor.

Pero regresó y había una misión: demostrar su crecimiento en Chivas, su club de formación. Nunca lo pudo hacer. Ricardo Peláez, presidente del club rojiblanco de 2019 a 2022, contó en ESPN cómo fue la experiencia que él tuvo con Macías. "Yo lo regreso a Chivas de León, con quejas, por ejemplo, de 'es que en mi casa tengo mejor pasto que en Verde Valle', eso no va. Tiene una mentalidad: se cree más de lo que es", recordó el mes pasado en Futbol Picante.

Siempre se destacó ese aspecto de él: que era distinto y tenía más madurez que los chicos de su edad. Pero esa forma de pensar no le trajo los mejores resultados a nivel deportivo y aún hoy sigue siendo cuestionable la percepción que tiene de sí mismo. Como en enero pasado, cuando sostuvo que en un punto de su carrera había estado a la par de Erling Haaland, hoy figura mundial del Manchester City. Lejos han quedado esos parámetros. Sí por sus dos lesiones, que lo dejaron fuera de actividad un total de 19 meses (dos roturas diferentes de ligamento), pero también por su actitud, por elevar demasiado las expectativas sobre sí mismo hasta un punto que resultó irreal y perjudicial para su carrera.

A Chivas no le sobra el gol: Ricardo Marín no es todavía un nueve de garantía y Javier Chicharito Hernández sigue batallando para encontrar su versión más óptima. Y aún así Macías es considerado un jugador desplazable. No parece haber futuro para él este equipo que se jugará el pase a la final contra el América en una serie con aroma a revancha para ambos: Chivas eliminó a los azulcremas en las Semifinales de hace un año, pero justamente desde entonces les ha sido imposible quitarse de encima el dominio águila.

Su destino es más penumbroso que nunca. En Chivas ya no tiene lugar y cualquier otro equipo del futbol mexicano se lo deberá pensar muy bien al tratarse de un jugador que ha bajado su nivel y que fuera del campo no sostiene una actitud favorable. Nadie lo pensaría hace cuatro o cinco años, cuando Macías era una de las joyas del futbol mexicano y, en particular, el atacante mexicano con mayor potencial. Esa historia quedó atrás y no hay añoranzas, como salir en la serie del Borussia Dortmund, que lo vuelvan diferente.