José Manuel Albares: “La acogida de Edmundo González no tiene contrapartida. España no reconoce la victoria de Maduro”
MADRID.– El candidato de la oposición venezolana en las elecciones del 28 de julio, Edmundo González Urrutia, aterrizó ayer en un avión de la Fuerza Aérea española rumbo a Madrid. El presunto ganador de los comicios, según las actas que se han hecho públicas, había sido acusado de cinco delitos y se enfrentaba a una orden de detención. Su asilo en España se negoció en secreto durante semanas, con el líder opositor refugiado en la Embajada de Holanda en Caracas.
El pasado jueves se trasladó a la residencia del embajador español mientras se tramitaban salvoconductos para que él y su esposa pudieran salir del país. La decisión de acogerlo, según el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, responde a motivos “humanitarios y políticos”, sin concesiones a cambio ni un giro en la postura española sobre los resultados electorales en Venezuela.
Según Albares, fue el propio Edmundo González quien pidió al gobierno de España ser acogido en su territorio, mientras que María Corina Machado, no ha realizado ninguna solicitud.
Además, el ministro calificó de “inaceptable” la situación generada en torno a la Embajada argentina bajo la gestión de Brasil. Ayer Venezuela revocó a Brasil la custodia del edificio diplomático porque afirmó que allí se planean “actividades terroristas e intentos de magnicidio”. En respuesta, Brasil rechazó la decisión, defendiendo su derecho a seguir protegiendo la embajada hasta que se acuerde un reemplazo.
–¿Qué significado tiene la decisión de dar asilo a Edmundo González? ¿Es un gesto con sabor agridulce?
–Hemos dicho siempre que protegeremos los derechos políticos y la integridad física de los líderes opositores. Esto es una prueba más. España ha acogido a más de 100.000 venezolanos en este momento tan difícil. Nunca abandonaremos al pueblo hermano de Venezuela. Este no es un asunto de afinidades ideológicas, como erróneamente algunos lo quieren enfocar. Responde a razones humanitarias y políticas, de compromiso con la democracia y sus principios fundamentales.
–¿Desde cuándo estaba refugiado en la residencia del embajador español en Caracas?
–Por motivos obvios de seguridad no puedo entrar en detalles. Sí le confirmo que Edmundo González estuvo en nuestra residencia y salió de ella hacia el avión de nuestras fuerzas aéreas.
–¿Ha negociado España su salida con el gobierno de Maduro? ¿Qué ha cedido a cambio? ¿Ha variado su postura sobre los resultados de las elecciones venezolanas?
–No hay ningún tipo de contrapartida, no ha habido ningún tipo de negociación política entre gobiernos. España no ha variado ni cambiará su posición en relación al resultado electoral de no reconocerlo sin las actas.
–¿Qué papel ha jugado en la operación el expresidente Rodríguez Zapatero, tan denostado por la oposición en España?
–El expresidente Zapatero ha desempeñado desde hace muchos años un papel positivo para la liberación y salida de muchos detenidos políticos, lo reconoció el expresidente [Mariano] Rajoy en el caso de Leopoldo López, por ejemplo.
‑¿La iniciativa de abandonar Venezuela ha partido del propio Edmundo González?
–Sí. Fue Edmundo González quien solicitó al gobierno de España poder ser acogido en nuestro país. No dudamos en atender esta solicitud.
–¿Podría ampliarse esta medida a María Corina Machado y otros líderes opositores?
–España tiene sus puertas abiertas para quien lo necesite, pero quiero dejar claro que María Corina Machado no ha solicitado nada. Lo hacemos porque los venezolanos son nuestros hermanos y porque somos un país que no se desentiende de su familia iberoamericana ni de los valores democráticos.
–La pérdida de la protección que daba Brasil a la embajada argentina en Caracas ¿ha precipitado la salida del candidato opositor?
–No. En cualquier caso, rechazamos la situación en torno a la embajada argentina que gestiona Brasil.
–¿Qué le ha dicho Edmundo González cuando ha hablado con él en el avión que le llevaba a Madrid?
–Él ha agradecido el gesto del gobierno de España y yo le he traslado nuestra felicidad porque se encuentre bien.
–España y la UE no reconocen la victoria de Maduro, pero tampoco la de Edmundo González. ¿Por qué?
–Yo fui, el 29 de julio, el primer ministro de la UE en decir que había que exhibir las actas de todas las mesas electorales. Sin eso no se podría reconocer una supuesta victoria. En el último Consejo de Asuntos Exteriores [de la UE] planteé que teníamos que rendirnos a la evidencia de que probablemente nunca podríamos conocer esas actas y, por tanto, no íbamos a reconocer esa victoria [de Maduro]. La política común [de la UE] en estos momentos sobre Edmundo González es tampoco hacer un reconocimiento, porque muchos países evocan lo que se hizo en torno a Juan Guaidó [reconocido como presidente encargado en 2019], la energía que se empleó entonces [sin efectos prácticos]. Lo que tenemos que conseguir es un diálogo entre gobierno y oposición. También ha quedado claro que una línea roja para los 27 es la integridad física, el respeto a los derechos políticos, la libertad de expresión y manifestación de los líderes opositores.
–¿Qué margen de maniobra tiene la UE para presionar a Maduro? ¿Imponer sanciones?
–Ya hay sanciones en vigor. Las sanciones no son un fin en sí mismo, sino un instrumento para conseguir que se respete la voluntad democrática de los venezolanos. Estoy en contacto con los cancilleres de Brasil, Colombia y México para intentar, y ese es el papel de la comunidad internacional, conseguir esa negociación entre gobierno y oposición.
–¿Qué consecuencias prácticas tendrá el no reconocimiento de Maduro a partir de enero, cuando debería tomar posesión el presidente electo el 28 de julio?
–Vamos a esperar. Hay ese margen de tiempo en el que todos debemos trabajar. La única salida sigue siendo una solución pacífica entre venezolanos, una fórmula genuinamente venezolana.
–En noviembre se celebra en Ecuador la Cumbre Iberoamericana. ¿Puede invocarse la cláusula democrática y excluirse a Maduro?
–La Cumbre Iberoamericana es un foro de diálogo y concertación que no tiene sustituto y todos los países iberoamericanos hemos estado de acuerdo en mantener. Hablamos de educación, de ciencia, de cooperación al desarrollo. Nunca se ha entrado en exclusiones. La Secretaría pro tempore está en manos de Ecuador y nadie lo ha planteado.
Por Miguel González