Israel está muy lejos de cumplir con ultimátum de EEUU para incrementar ayuda a Gaza

WASHINGTON (AP) — A la mitad del ultimátum de 30 días del gobierno del presidente estadounidense Joe Biden para que Israel incremente el nivel de asistencia humanitaria que permite que ingrese en Gaza o se arriesgue a posibles restricciones en la financiación militar de Estados Unidos, Israel está muy lejos de cumplir, según muestra una revisión de The Associated Press de datos de la ONU y de Israel.

Israel tampoco ha cumplido otros plazos y demandas delineados en una carta del 13 de octubre de Antony Blinken, secretario de Estado, y Lloyd Austin, secretario de Defensa. La fecha límite de mediados de noviembre —posterior a las elecciones estadounidenses— puede servir como prueba final de la voluntad de Biden de controlar a un aliado cercano que ha hecho caso omiso de las repetidas apelaciones de Estados Unidos para proteger a los civiles palestinos durante la guerra contra Hamás.

En su carta, Blinken y Austin exigieron mejoras en la condición humanitaria en Gaza, cada vez más deteriorada, y dijeron que Israel debe permitir la entrada de un mínimo de 350 tractocamiones de carga al día que transporten alimentos y otros suministros que se necesitan desesperadamente. Para finales de octubre, un promedio de sólo 71 tractocamiones al día entraba en Gaza, según las últimas cifras de la ONU.

Blinken dijo que el Departamento de Estado y el Pentágono siguen de cerca la respuesta de Israel a la carta, incluida una conversación con el principal asesor del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu el viernes.

“Ha habido avances pero son insuficientes, y trabajamos a diario para asegurarnos de que Israel haga lo que debe hacer para garantizar que esta asistencia llegue a las personas que la necesitan al interior de Gaza”, dijo Blinken a los periodistas el jueves.

“No es suficiente llevar tractocamiones de carga a Gaza. Es vital que lo que lleven pueda distribuirse de manera efectiva dentro de Gaza”, agregó.

La carta de Blinken y Austin marcó una de las posiciones más duras que ha tomado el gobierno de Biden en un año de apelaciones y advertencias a Israel para que reduzca el daño a los civiles palestinos.

El apoyo a Israel es un tema fundamental para muchos votantes republicanos y algunos demócratas. Eso hace que cualquier decisión del gobierno de Biden sobre restringir la financiación militar sea una situación delicada para la reñida contienda presidencial entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump.

En particular, en el norte de Gaza duramente golpeado, la intensificación de la campaña militar israelí y las restricciones han impedido que alimentos y otros suministros de ayuda lleguen a zonas pobladas desde mediados de octubre, según organizaciones humanitarias. Eso podría preparar el escenario para una hambruna en las próximas semanas o meses, afirman los observadores internacionales.

Los dirigentes de 15 grupos humanitarios y de la ONU, incluido el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtieron el viernes que “la situación que se desarrolla en el norte de Gaza es apocalíptica”.

Y a pesar de las objeciones de Estados Unidos, los legisladores israelíes votaron esta semana para prohibir efectivamente las operaciones de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA, por sus siglas en inglés) en Israel. Los gobiernos de todo el mundo, la ONU y las organizaciones de ayuda dicen que sacar a la UNRWA de la ecuación destrozará las redes de ayuda que intentan hacer llegar alimentos y otros suministros a la gente de Gaza.

“Catastrófico”, dijo sobre la medida Amber Alayyan, directora del programa médico para Gaza de Médicos Sin Fronteras (MSF).

Los funcionarios humanitarios se muestran profundamente escépticos de que Israel mejore significativamente la asistencia a los civiles de Gaza incluso con la advertencia de Estados Unidos —o de que el gobierno de Biden tome medidas si no lo hace.

En este punto de la guerra, “ninguna de esas cosas ha sucedido”, subrayó Scott Paul, director asociado de la confederación de organizaciones humanitarias Oxfam.

“Una y otra y otra vez, (los funcionarios del gobierno de Biden) nos han dicho que hay procesos para evaluar la situación sobre el terreno” en Gaza, “y que se han realizado algunas medidas para implementar la ley estadounidense. Y una y otra vez eso no ha ocurrido”, agregó Paul.

Antes de la guerra, un promedio de 500 tractocamiones de carga llevaban ayuda al territorio diariamente. Los grupos de beneficencia han dicho que ese es el mínimo necesario para los 2,3 millones de habitantes de Gaza, la mayoría de los cuales han sido desarraigados de sus hogares desde entonces —a menudo varias veces.

No ha habido un mes en que Israel haya estado cerca de llegar esa cifra desde que comenzó el conflicto. Alcanzó un máximo en abril con 225 camiones al día, según cifras del gobierno israelí.

Para cuando Blinken y Austin enviaron su carta este mes, ya había aumentado la preocupación de que las restricciones a la ayuda mataban de hambre a civiles. El número de tractocamiones de ayuda que Israel ha permitido entrar en Gaza se ha desplomado desde la primavera y el verano pasados, y ha caído a un promedio diario de sólo 13 al día a principios de octubre, según cifras de la ONU.

Para finales de mes, aumentó a un promedio de 71 tractocamiones de carga al día, muestran las cifras de la ONU.

Una vez que los suministros llegan a Gaza, los grupos aún enfrentan obstáculos para distribuir la ayuda a los almacenes y luego a las personas que la necesitan, explicaron las organizaciones y el Departamento de Estado esta semana. Eso incluye el lento procesamiento israelí, las restricciones israelíes a los envíos, la anarquía y otros obstáculos, reportaron los grupos humanitarios.

Los datos de la Unidad del Coordinador de las Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT, por sus siglas en inglés), el organismo militar israelí encargado de la ayuda humanitaria a Gaza, muestran que la asistencia ha caído a menos de un tercio de sus niveles en agosto y septiembre. En septiembre, ingresaron 87.446 toneladas de ayuda a la Franja de Gaza. En octubre, 26.399 toneladas.

Elad Goren, funcionario sénior de la COGAT, dijo la semana pasada que la entrega y distribución de ayuda en el norte se ha limitado principalmente a Ciudad de Gaza.

Cuando se le preguntó por qué no se entregaba ayuda a otras partes del norte —como Jabaliya, un campo de refugiados urbano abarrotado donde Israel lleva a cabo una ofensiva— respondió que la población de allí era evacuada y que quienes permanecían tenían “asistencia suficiente” de meses anteriores.

En otras áreas como Beit Hanoun y Beit Lahiya, Goren afirmó falsamente que “no quedaba población”.

La COGAT declinó hacer comentarios sobre la norma en la carta de Estados Unidos. Informó que cumplía con las directivas del gobierno sobre la ayuda a Gaza. Danny Danon, embajador de Israel ante la ONU, culpó a Hamás de saquear la ayuda.

Paul, de Oxfam, dijo que no llegaba ninguna ayuda a las zonas pobladas del norte de Gaza, y que sólo pequeñas cantidades llegaban a la ciudad de Gaza.

“De ninguna manera” Israel ha hecho progresos para hacer llegar ayuda humanitaria a los cientos de miles de personas en el norte de Gaza, en particular desde el ultimátum de Estados Unidos, dijo Alayyan, de Médicos Sin Fronteras.

El gobierno de Israel pareció incumplir por mucho otro plazo establecido en la carta de Austin y Blinken. Exhortaba a Israel a establecer un canal de alto nivel para que las autoridades estadounidenses plantearan sus preocupaciones sobre los daños denunciados a civiles palestinos y que celebraran una primera reunión para finales de octubre.

No se había creado dicho canal —solicitado repetidamente por Estados Unidos durante la guerra— hasta el último día del mes.

Estados Unidos es por mucho el mayor proveedor de armas y otra ayuda militar a Israel, incluidos casi 18.000 millones de dólares durante la guerra en Gaza, según un estudio para el proyecto Costos de la Guerra, de la Universidad Brown.

El gobierno de Biden suspendió el envío previsto de bombas de 2.000 libras (907 kilogramos) a Israel la primavera pasada, tras citar preocupaciones por los civiles en una ofensiva israelí.

En una revisión formal realizada en mayo, el gobierno concluyó que el uso por parte de Israel de armas proporcionadas por Estados Unidos en Gaza probablemente violó el derecho internacional humanitario, pero dijo que las condiciones de guerra impidieron a los funcionarios determinarlo con certeza en ataques específicos.

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Los periodistas de The Associated Press Matthew Lee en Washington, Julia Frankel en Jerusalén, y Edith M. Lederer en Naciones Unidas, contribuyeron a este despacho.