Israel esboza su plan para la posguerra en la Franja de Gaza en medio de intensos bombardeos
TEL AVIV.- El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, presentó un plan preliminar para la administración de la Franja de Gaza cuando termine el conflicto, según el cual ni Israel ni Hamas gobernarían este estrecho territorio palestino, cuando se están por cumplir tres meses de guerra.
El plan para el “día después” de la guerra fue presentado por Gallant, en vísperas de la llegada a Medio Oriente del jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken. Blinken emprendió su cuarto viaje a la región desde que estalló la guerra entre Israel y el movimiento jihadista Hamas el 7 de octubre.
El futuro del pequeño territorio palestino está en el centro de las preocupaciones de la comunidad internacional, en un contexto de creciente presión para un alto el fuego que proteja a los civiles y las advertencias de la ONU de una crisis humanitaria que ha dejado a miles de personas desplazadas y expuestas al hambre y las enfermedades.
El plan de Gallant recomienda que ni Israel ni Hamas gobiernen en Gaza y rechaza que se establezcan asentamientos judíos, como sucede en la Cisjordania ocupada. Se trata de un plan preliminar, aún no adoptado por el gabinete de guerra israelí.
“Hamas no gobernará Gaza e Israel no gobernará a los civiles de Gaza”, señaló al presentar a la prensa el plan de posguerra. “Los habitantes de Gaza son palestinos. En consecuencia, entidades palestinas se encargarán [de la gestión] a condición de que no haya ninguna acción hostil o amenaza contra el Estado de Israel”, agregó.
Bajo el plan, la guerra israelí en el territorio continuará hasta asegurar el retorno de los rehenes capturados por Hamas en los ataques del 7 de octubre y garantizar que se hayan desmantelado “las capacidades militares y de gobierno de Hamas”, que controla Gaza desde 2007. Después de eso, según el plan, comenzará una nueva fase en la que organizaciones palestinas asumirán la gestión.
Derecho a operar
El plan presentado por Gallant señala que Israel conservará el derecho de operar en el territorio, aunque no habrá “presencia civil israelí en la Franja de Gaza después de alcanzar los objetivos de la guerra”.
Israel prometió “aniquilar” a Hamas después de los sangrientos ataques del 7 de octubre que dejaron unos 1200 muertos. La ofensiva israelí redujo gran parte de Gaza reducida a escombros y dejó al menos 22.438 muertos.
Blinken aterrizó este viernes a Estambul, la primera parada de su gira, en la que tiene previsto discutir con los dirigentes israelíes “medidas inmediatas para aumentar sustancialmente la ayuda humanitaria a Gaza”, adelantó el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Además de Turquía y Grecia, Blinken viajará a Israel, el enclave palestino de Cisjordania y a cinco países árabes. “El secretario de Estado considera que es la responsabilidad de Estados Unidos llevar a cabo esfuerzos diplomáticos para confrontarse de frente a todos los desafíos”, añadió Miller.
Washington es el principal aliado militar y político de Israel y vetó en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución pidiendo un alto el fuego, aunque sí que apoya que haya “pausas humanitarias”.
Inquietudes
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, expresó por su parte su inquietud por recientes declaraciones de ministros israelíes que llamaron a que los palestinos abandonen Gaza, lo que despertó el temor de que haya expulsiones masivas.
Las críticas y advertencias a la administración de Israel por parte de gobiernos de todo el mundo no han parado de llegar tras una serie de declaraciones de funcionarios de ese país sobre el destino de los palestinos en Gaza. El ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, dijo el lunes que la salida de los palestinos de Gaza y el restablecimiento de asentamientos israelíes es “una solución correcta, justa, moral y humana”.
“Ésta es una oportunidad para desarrollar un proyecto que anime a los residentes de Gaza a emigrar a países de todo el mundo”, dijo por su parte en una reunión de su partido ultranacionalista Otzma Yehudit (Poder Judío).
El temor a una conflagración regional se incrementó esta semana después de la muerte del número dos de Hamas, Saleh al-Arouri, en un ataque con misil en Líbano.
El dirigente murió en el sur de Beirut, un bastión del partido Hezbollah, un movimiento apoyado por Irán que desde el inicio del conflicto está implicado en escaramuzas con las tropas israelíes en la frontera sur del Líbano. El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, aseguró este viernes que sus combatientes iban a “responder” al ataque de Beirut en el “campo de batalla”.
Las tensiones regionales se agravaron todavía más tras el ataque con explosivos que dejó 84 muertos en Irán el miércoles, en un acto de conmemoración de la muerte hace cuatro años del general Qassem Soleimani, abatido en un ataque con drones de Estados Unidos en Bagdad.
El grupo jihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el ataque, aunque el gobierno iraní responsabilizó a Estados Unidos e Israel de estar detrás de la operación. Estado Islámico había desaparecido y “ahora sólo puede actuar como mercenario de la política sionista y estadounidense”, dijo el jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hossein Salami.
Agencias AFP y AP