Isaac 'Pitbull' Cruz y su aplastante victoria contra un hablador Rolly Romero

Pitbull Cruz celebrando luego de vencer a Rolly Romero el sábado en Las Vegas. (Tayfun Coskun/Anadolu via Getty Images)
Pitbull Cruz celebrando luego de vencer a Rolly Romero el sábado en Las Vegas. (Tayfun Coskun/Anadolu via Getty Images)

Isaac Pitbull Cruz tiene hoy un campeonato del mundo que hace honor al crecimiento boxístico que ha logrado durante los últimos tres años. En diciembre de 2021, el mexicano oriundo de la Magdalena Contreras reemplazó a Rolando Rolly Romero de última hora. Gervonta Davis, campeón regular de peso mediano, necesitaba un rival. Romero fue bajado del combate porque enfrentó una acusación por agresión sexual —fue absuelto en enero de 2022—.

Y entró al quite Cruz, que tuvo así su primera oportunidad titular ante Davis en Los Ángeles. Nadie creía en él, pero su seguridad iba calada. Fue una pelea estratégica. Cruz y su equipo sabían que Gervonta Davis tenía dinamita en las manos, especialmente en la zurda, con la que un año antes noqueó pavorosamente a Leo Santa Cruz, uno de los campeones mexicanos más reconocidos de la época reciente. El plan fue claro: bloquear los golpes, cuidarse la quijada y atacar sin tregua cuando hubiera oportunidad.

Así, el mexicano encontró la forma de complicarle la vida a Gervonta, que durante el combate tuvo una lesión en la mano izquierda. Fue un resultado cerrado, pero justo: victoria por puntos para Davis. Pero el mundo conoció entonces a un nombre que estaba escondido y que tenía mucho que decir, con los puños, en este ámbito tan proclive a darle foco a la verborrea. A más de dos años de distancia, el camino del Pitbull se ha encontrado con el oro del título mundial superligero de la AMB. Su víctima fue el propio Rolly Romero, un provocador profesional, experto en hablar antes de las peleas.

Lo pagó caro el sábado en Las Vegas ante un Cruz que era más pequeño que él, pero que anida una potencia asombrosa en esos volados que lanza como máquina durante todo el combate: desde que empieza la reyerta hasta que se termina. Se lo había advertido. Romero había calentando la pelea llamando "chihuahua" a Cruz. Según su valoración, el mexicano no era un pitbull. Era débil y lo iba a vencer. "Puede hacerlo (que me llame chihuahua), pero al final, este chihuahua se está preparando para ser la peor pesadilla de la vida de Romero“, dijo Cruz en la víspera, en declaraciones para Esto. Lo cumplió.

Arriba del ring, la pelea fue dominada por Pitbull, a pesar los esfuerzos de Romero por controlar al mexicano con su jab, haciendo uso de sus largos brazos. No pudo. Y si no pudo, fue gracias a ese torbellino de golpes indomables que le gusta lanzar a Cruz. Es impredecible: en cualquier momento puede noquear a su rival. Lo pudo hacer en el asalto siete, pero el campeón cubano-estadounidense fue favorecido por el cronómetro. En el octavo round no hubo salida: una andanada de golpes liquidó el monarca. Un nuevo rey mexicano fue coronado en las espinosas 140 libras. Una alegría nacional, fiesta para el campeón que nace y que tiene todo por delante.

Las opciones son amplias. En esa división están Devin Haney, Teófimo López y Subriel Matías —y una posible segunda pelea contra Gervonta Davis—. Cualquier combinación sería un deleite para los fans del boxeo, que ya no quieren quitarle los ojos de encima a este Pitbull, un campeón mexicano aguerrido y espectacular, que no se la piensa dos veces para lanzar el golpe más poderoso que resguarde su repertorio. Él va a noquear. No anda con juegos. Podrá decirse que le falta técnica. Pero su estilo está definido y lo mejor que puede hacer es seguirlo. Confiar en sí mismo más que nunca. Como antes, cuando su nombre era un reemplazo. Hoy es el campeón.

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