En Irak, los habitantes pagan el precio de las balas perdidas disparadas en celebraciones y tiroteos

Un policía iraquí registra el arma de un ciudadano en Bagdad, el 13 de mayo de 2024, durante una campaña gubernamental para registrar las armas de los civiles iraquíes (AHMAD AL-RUBAYE)
Un policía iraquí registra el arma de un ciudadano en Bagdad, el 13 de mayo de 2024, durante una campaña gubernamental para registrar las armas de los civiles iraquíes (AHMAD AL-RUBAYE)

En bodas, partidos de fútbol y otros eventos especiales, a ciertos hombres iraquíes les gusta disparar salvas festivas sin preocuparse por donde podrían caer las balas.

Para algunos iraquíes, esta tradición es devastadora, del mismo modo que lo son las balas perdidas de tiroteos esporádicos en una sociedad inundada por las armas tras décadas de guerras e inestabilidad.

Randa Ahmad estaba realizando sus tareas cuando un fuerte estallido la sobresaltó. Alarmada, corrió a las sala de estar y encontró a su hijo Mohamed, de cuatro años, sangrando en el suelo.

"Una bala perdida le dio en la cabeza", contó semanas después la mujer de 30 años, mientras que su hijo se sentaba tímidamente a su lado, en su casa de las afueras de Bagdad.

La bala apareció "de la nada", dijo Ahmad, sin saber quién la disparó o por qué.

Ahora su hijo sufre severos dolores de cabeza y se fatiga fácilmente, pero los médicos indicaron que retirar la bala era demasiado arriesgado.

"Si la bala se mueve, podría causarle parálisis", deploró Ahmad.

Los disparos de celebración y los tiroteos causados por pequeñas disputas son incidentes diarios en Irak, donde la posesión de armas sigue siendo generalizada.

Irak es un país con 43 millones de habitantes y que ha sufrido guerras bajo el gobierno del dictador Saddam Hussein, la invasión en 2003 de Estados Unidos y sus aliados, y las insurgencias yihadistas que ocurrieron después.

Durante estos años de inestabilidad sangrienta, todo tipo de armas inundaron el país, y han sido utilizadas en disputas tribales o ajustes de cuentas políticos.

Muchas familias declaran poseer armas para asegurar su protección.

En 2017, los civiles en Irak poseían alrededor de 7,6 millones de armas -- pistolas, rifles, escopetas -- según el Smalls Arms Survey, un grupo de monitoreo especializado en armas de fuego y violencia. La organización cree que esta cifra ha aumentado desde entonces

- 'La bala cayó del cielo' -

Saad Abbas estaba en su jardín, en Bagdad, cuando sintió un intenso dolor en el hombro.

"Al principio, pensaba que alguien me había tirado una piedra", contó el hombre de 59 años. Después se percató de que una "bala había caído del cielo" y le alcanzó.

Varios meses después sigue postrado en su cama, y la bala permanece clavada en su hombro después de que los médicos indicaran que una operación quirúrgica no sería posible, a causa de sus otros problemas de salud.

"No puedo levantar la mano", dijo. "Duele. Ni siquiera puedo mover la colcha de mi cama".

Abbas expresó su enfado hacia los que disparan salvas de celebración cuando "un equipo de fútbol gana, durante una boda o una fiesta de pedida".

"¿Dónde terminan las balas?", preguntó. "¡Caen sobre la gente!"

Las leyes iraquíes castigan la posesión ilegal de armas con penas de hasta un año en prisión, pero las autoridades anunciaron, el año pasado, planes para intensificar aún más los controles.

Las fuerzas de seguridad instaron a la población a registrar sus armas en uno de los 697 centros habilitados, permitiendo a las familias quedarse con una única arma ligera para su "protección", mencionó Miqdad Miri, portavoz del ministerio de Interior iraquí.

Además, el gobierno propuso recientemente comprarles las armas a los civiles, ofreciendo hasta 4.000 dólares por ellas.

Sin embargo, Miri admite que en zonas rurales y tribales, muchos "consideran que las armas forman parte de su identidad".

En los últimos años, sus arsenales se han ampliado con "grandes cantidades" de armas abandonadas por el ejército iraquí durante la invasión de 2003, encabezada por Estados Unidos, explicó el portavoz.

La falta de controles fronterizos y el surgimiento del yihadismo en los tumultuosos años posteriores permitieron que el tráfico de armas prosperara.

- "Apegados a sus armas" -

"Nuestro problema principal no son las armas cortas, sino las largas", describió Miri, refiriéndose a rifles de asalto militares y otras armas potentes.

El experto en seguridad Ahem el Sharifi añadió que los "civiles están muy apegados a sus armas" pero lo más difícil de controlar son los arsenales de "grupo políticos armados y tribus... Esos son los más peligrosos".

A pesar de los esfuerzos estatales para controlar el rompecabezas de la posesión ilegal de armas, el problema suele generar titulares de prensa.

A principios de año, un video en el que se veían disputas armadas entre familiares en un concurrido mercado del este de Bagdad se hizo viral. Una persona perdió la vida en el tiroteo.

En marzo, un oficial de inteligencia murió de un disparo al tratar de resolver una disputa tribal.

Y en abril, las salvas festivas disparadas en una boda en Mosul, una ciudad del norte de Irak, acabaron con la vida del novio.

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