Investigadores descubren un ratón que nada y muchas especies más en la selva de Perú

Una especie de ratón semiacuático perteneciente al género Daptomys en la región del Alto Mayo de Perú. (Ronald Diaz vía The New York Times)
Una especie de ratón semiacuático perteneciente al género Daptomys en la región del Alto Mayo de Perú. (Ronald Diaz vía The New York Times)

En una expedición de 38 días por la remota región de Alto Mayo, amenazada por la influencia humana, se descubrieron nuevas especies de mamíferos, peces, anfibios y mariposas.

En el verano de 2022, unos investigadores se adentraron en las selvas de la región del Alto Mayo de Perú en busca de criaturas por descubrir. Esta remota pero populosa región había sufrido una importante deforestación, por lo que el equipo no esperaba encontrar gran cosa.

Pero el primer día, los investigadores descubrieron una nueva especie de salamandra trepadora. “Estaba muy emocionado”, dijo el jefe de la expedición, Trond Larsen, quien es director sénior de biodiversidad y ciencia de los ecosistemas en Conservación Internacional, una organización sin fines de lucro.

Y los descubrimientos no se detuvieron ahí. Poco después descubrieron una nueva especie de mariposa, seguida de una nueva especie de ardilla. Luego llegó el hallazgo más sorprendente de todos: un ratón que nada con patas palmeadas.

PUBLICIDAD

“Los roedores anfibios son casi míticos para los expertos en mamíferos”, dijo Larsen. “Son uno de los grupos de mamíferos más raros del mundo. He participado en muchas expediciones en las que los hemos buscado sin descanso y no hemos encontrado nada”.

Durante su expedición de 38 días, Larsen y su equipo descubrieron 27 especies nuevas en el Alto Mayo, entre ellas cuatro mamíferos, ocho peces, tres anfibios y 10 mariposas. El equipo también encontró decenas de especies raras y en peligro de extinción, algunas de las cuales no se conocen en ningún otro lugar de la Tierra.

Una nueva especie de salamandra trepadora tropical, que pasa la mayor parte del tiempo en la vegetación baja y los arbustos. Esta especie era abundante, pero solo en una pequeña parcela de bosque de arena blanca único en el Alto Mayo. (Trond Larsen vía The New York Times)
Una nueva especie de salamandra trepadora tropical, que pasa la mayor parte del tiempo en la vegetación baja y los arbustos. Esta especie era abundante, pero solo en una pequeña parcela de bosque de arena blanca único en el Alto Mayo. (Trond Larsen vía The New York Times)

En un informe publicado el viernes por Conservación Internacional, Larsen y su equipo sostienen que los descubrimientos en el Alto Mayo demuestran que los hábitats fuertemente influenciados por las personas aún pueden albergar altos niveles de biodiversidad y no deben ser descartados por los conservacionistas.

Enclavado entre los Andes y el Amazonas, el Alto Mayo es un exuberante mosaico de selvas, humedales y terreno montañoso. Cientos de miles de personas llaman hogar al Alto Mayo, pero se ha documentado poco sobre las plantas y animales que viven en esta agreste región. El viaje patrocinado por Conservación Internacional recorrió los sinuosos ríos del Alto Mayo, las altísimas copas de los árboles y el suelo de los bosques en busca de especies desconocidas.

PUBLICIDAD

“La gente suponía que, con tanta influencia humana, no habría una gran biodiversidad”, dijo Larsen. “Pero descubrimos exactamente lo contrario”.

Larsen dijo que él y su equipo estaban “asombrados” por el número de especies nuevas que descubrieron. Otros descubrimientos fueron una especie de anguila de pantano que puede sobrevivir largos periodos en tierra, y un siluro acorazado con una nariz bulbosa y blanda.

“Se parece mucho a especies estrechamente emparentadas, salvo por la cabeza, que tiene una enorme estructura en forma de gota”, dijo Larsen, y añadió que la finalidad de la gota era “un completo misterio”.

Prosanta Chakrabarty, profesor de ictiología, evolución y sistemática de la Universidad Estatal de Luisiana, calificó al pez de “extraño”.

Chakrabarty, quien no participó en la expedición, propone que este raro pez podría utilizar su nariz a lo Calamardo para detectar presas escondidas en el lecho del río.

PUBLICIDAD

El hecho de que se sigan encontrando “especies raras” como éste “demuestra cuántas variedades de peces quedan por descubrir”, dijo.

En total, el equipo identificó más de 2000 especies durante la expedición en el Alto Mayo, 49 de las cuales están consideradas en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

“Hay mucha agricultura y conversión de tierras en la zona”, dijo Reynaldo Linares-Palomino, biólogo tropical del Instituto Smithsonian de Biología de la Conservación. “A pesar de ello, este equipo consiguió documentar nuevas especies, lo cual es emocionante”.

Linares-Palomino, quien no participó en la expedición, dijo que los descubrimientos ponían de relieve la necesidad de conservación en el Alto Mayo.

“Las iniciativas de conservación existentes no son suficientes”, dijo.

PUBLICIDAD

Conservar el hábitat en territorios dominados por el hombre como el Alto Mayo es difícil debido a la presencia de tanta gente. Restaurar los territorios una vez desbrozados para la agricultura será caro y políticamente difícil.

“Será una empresa muy, muy difícil”, dijo Linares-Palomino.

Pero una expedición que identificó tantas especies nuevas fue un gran primer paso hacia la protección de las maravillas naturales del Alto Mayo.

“Tenemos que seguir documentando la diversidad de organismos que nos rodean si queremos comprender lo que ocurre y las mejores formas de gestionar nuestro medioambiente”, dijo Linares-Palomino.

c. 2024 The New York Times Company