Inspectores hallan excremento de roedores y mucho más en supermercado de Kendall

El martes de esta semana, inspectores estatales encontraron alimentos que no eran seguros para la venta y, además, evidencia de la presencia de roedores durante una inspección en un supermercado Fresco y Más de Kendall.

Esta es la segunda inspección fallida que el Departamento de Agricultura de la Florida halla en dos semanas en una tienda Fresco y Más en el suburbio del Condado Miami-Dade, aunque en esta ocasión no se hallaron criaturas vivas paseándose por una caja de alimentos.

A continuación, algunos de los problemas que los inspectores Wenndy Ayerdis y Julio Azpurúa hallaron:

▪ En una habitación trasera, no había “el correspondiente cesto de basura tapado en el baño de las mujeres”.

▪ En la habitación trasera también se encontró “excrementos de roedor viejos y secos, al igual que polvo, suciedad y restos de comidas acumulados en el suelo debajo de varios anaqueles”.

▪ Un “empleado que manipulaba alimentos solo se enjuagó la punta de los dedos en un fregadero, en lugar de lavarse las manos”.

▪ Un empleado del área de la charcutería “que usaba guantes desechables se tocó la cara y continuó manipulando utensilios para servir comida”.

▪ El limpiador con amoníaco del fregadero del área de la charcutería era demasiado fuerte, ya que medía más de 400 partes por millón.

▪ En el área del área de la charcutería, las bandejas limpias “estaban almacenada una encima de otra, mojadas, sin permitir que drenara el agua”. Ello puede provocar el surgimiento de bacteria.

▪ La nevera del área de la charcutería estaba rota, de modo que la leche, el queso crema y el jamón ya cortado en lascas estaban expuestos a temperaturas por encima del rango de seguridad. El jamón se refrigeró, en tanto se emitió una alerta para detener la venta del queso y la leche.

▪ De igual modo, tamales que se calentaron esa misma mañana, así como sándwiches de jamón y queso suizo y de queso provolone hechos esa mañana no estaban apropiadamente fríos antes de ser guardados en la nevera. Ello hace que la comida rápida que los clientes compran no estuviese segura para comer.

Traducción de Jorge Posada