Con la inflación disparada, Suecia redescubre la pobreza y alarma a la UE
ESTOCOLMO.– Son apenas las seis de la mañana, pero en la estación de Estocolmo ya hay varias decenas de personas sin hogar que hacen fila para conseguir algunos pasteles de canela y una taza de café.
Las asociaciones de ayuda aseguran que es una afluencia inédita en un país que, golpeado por una inflación récord, ve cómo se multiplican los indicios de pobreza tras años de aumento de la desigualdad.
“Como ven, mucha gente ha venido para un desayuno”, explica Kawian Ferdowsi, responsable de este reparto gratuito de alimentos.
“En los 13 años que me ocupo de esta asociación para personas sin hogar, nunca he visto tanta gente, veo cada vez más gente que busca un poco de ayuda”, dice a la AFP.
Las repercusiones inflacionistas de la guerra en Ucrania y el aumento de las tasas de interés ahogan a numerosos hogares endeudados y convierten la economía sueca en una de las que generan más inquietud en Europa.
Tras un aumento de los precios de la electricidad a principios de invierno, ahora suben los precios de los alimentos, con un incremento del 20% interanual, algo inédito desde los años 1950.
El gobierno anunció el miércoles una próxima reunión con las tres grandes cadenas de supermercados en Suecia para comunicarles que cualquier aumento injustificado era “inaceptable”.
Tras alcanzar un 12,3% en diciembre, la inflación apenas se frena a pesar del incremento brutal de las tasas de interés decidido por el banco central. Se contuvo ligeramente en enero, pero volvió a remontar en febrero al 12%, según las estadísticas publicadas el miércoles.
“La primera ola de inflación abarcaba sólo los precios de la energía y algunos productos de importación. Pero ahora se extendió a toda la economía”, afirma Annika Alexius, economista en la Universidad de Estocolmo.
Los hogares de ingresos más bajos son los más afectados, pero también la clase media, que se sitúa entre las más endeudadas de Europa y se enfrenta a un repunte súbito de las cuotas hipotecarias, dice.
Cambiar hábitos para alimentarse
En un local de Cruz Roja de la capital sueca ofrecen productos no vendidos en supermercados a precios rebajados.
Marianne Örberg, una jubilada de 73 años, acude dos veces por semana. En la cesta del día lleva un manojo de rábanos y algunas piezas de pan. La mujer asegura que no es de las más perjudicadas, pero que quiere cuidar sus finanzas.
“La gente ha cambiado sus hábitos para alimentarse. Come de forma distinta para cuadrar las cuentas y las iniciativas como esta son muy, muy, apreciadas”, dice esta jurista jubilada.
Los responsables de la Cruz Roja han notado un cambio de perfiles entre las personas que acuden a su local.
“Antes, veíamos esencialmente personas marginales. Ahora esto ha cambiado. Son también familias con niños, personas ancianas o en baja médica, todos tienen problemas para llegar a final de mes”, dice a la AFP su secretario general en Suecia, Martin Ärnlöv.
Entre las familias monoparentales de bajos recursos, casi un hogar de cada ocho dice tener problemas para alimentar a sus niños y haber sufrido hambre, según un sondeo encargado por la organización.
Recesión en 2023
Durante mucho tiempo se consideró a Suecia como uno de los países más igualitarios de mundo, pero en las tres últimas décadas la desigualdad se disparó. Distintas reformas para equilibrar las cuentas públicas convirtieron al país escandinavo en una de las mejores economías de Europa, pero a costa de debilitar a muchos habitantes.
Según la oficina estadística nacional, casi un 15% de los suecos está en riesgo de pobreza. Esto implica estar por debajo del 60% del ingreso mediano, que se sitúa cerca de 33.200 coronas (unos 3100 dólares) mensuales.
Según las últimas previsiones de la Comisión Europea, Suecia será el único país de la Unión Europea en experimentar una recesión en 2023.
Su moneda, la corona, sufre en el mercado de divisas, al tiempo que se multiplican los llamados para reforzar las ayudas sociales en un país donde el Estado de bienestar continúa siendo un colchón de seguridad.
Pero para la economista Annika Alexius, la situación de su país puede ser el adelanto de un año duro para todo el continente. “Digamos que estamos un poco avanzados respecto a otros países europeos en esta recesión. Los otros países europeos también se enfrentarán a una situación que empeora”, afirma.
Agencia AFP