Los independentistas retienen la presidencia del Parlamento regional catalán

El diputado del partido Junts per Catalonia Josep Rull vota para elegir al presidente del Parlamento de Cataluña, en Barcelona, el 10 de junio de 2024 (Josep Lago)
El diputado del partido Junts per Catalonia Josep Rull vota para elegir al presidente del Parlamento de Cataluña, en Barcelona, el 10 de junio de 2024 (Josep Lago)

Los independentistas consiguieron retener el lunes la presidencia del Parlamento de Cataluña a pesar de haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones de mayo, donde se impusieron los socialistas, que buscan hacerse con el poder en esta región española.

Tras un acuerdo de última hora, Josep Rull -uno de los políticos separatistas que pasó más de tres años en prisión por su participación en la fallida independencia de 2017 hasta su indulto en 2021- fue elegido presidente del Parlamento regional con los apoyos en segunda vuelta de su formación, Juntos por Cataluña, de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) y de la CUP.

Los secesionistas logran retener así este puesto de importante valor estratégico, encargado, entre otros, de proponer qué postulante optará primero a ser investido como nuevo presidente catalán.

Tanto el socialista Salvador Illa, cuyo partido ganó los comicios, como el expresidente catalán Carles Puigdemont, del mismo partido de Rull, ya anunciaron que quieren ser candidatos a este pleno que debería celebrar su primera sesión como máximo el 25 de junio.

En las elecciones catalanas del 12 de mayo, el Partido Socialista del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consiguió 42 de los 135 escaños de un Parlamento regional en el que el soberanismo registró sus peores resultados en décadas.

Pero, a pesar de su aumento de votos, Illa deberá tejer complejas alianzas para tratar de ser elegido.

La preferencia socialista es buscar los apoyos de la izquierda radical, que ya forma parte del gobierno central (6 escaños), y de ERC (20). Pero la posición de estos últimos, sumidos en un proceso de reflexión tras sus malos resultados electorales, es una incógnita.

Los votos de ERC también son cortejados por Puigdemont, quien después de llevar a su partido a la segunda posición con 35 escaños, no renuncia a su sueño de regresar a Cataluña para recuperar el puesto que ostentaba hace seis años y medio cuando lideró la fallida secesión.

Su apuesta, sin embargo, parece muy complicada ya que ni siquiera agregando los dos diputados que logró Alianza Catalana -una nueva formación separatista de extrema derecha, con la que el resto de partidos aseguró que no pactaría-, el independentismo conseguiría la mayoría absoluta de 68 escaños.

Huido a Bélgica para eludir a la justicia española desde 2017, Puigdemont afirmó que regresaría para el debate de investidura.

En caso de que el primer candidato propuesto no logre los apoyos suficientes en las dos votaciones previstas, podrían celebrarse otros debates hasta dos meses después, cuando, de no haber presidente elegido, se convocarían nuevas elecciones.

Tras la reciente aprobación en el Parlamento español de la polémica ley amnistía para los independentistas catalanes condenados o encausados por su participación en la fallida secesión, Puigdemont aguarda su aplicación judicial para saber si puede regresar a España sin riesgo de ser detenido.

rs/du/mb