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El huracán Ian muestra que los hospitales costeros no están preparados para el cambio climático

Mientras las tormentas se intensifican rápidamente y el aumento del nivel del mar amenaza a las ciudades costeras desde Texas hasta la punta de Maine, el huracán Ian acaba de demostrar lo que los investigadores han advertido: cientos de hospitales de Estados Unidos no están preparados para el cambio climático.

El huracán Ian obligó a al menos 16 hospitales del centro al suroeste de Florida a evacuar a los pacientes, después de que tocara tierra cerca de la ciudad de Fort Myers el 28 de septiembre como una tormenta mortal de categoría cuatro.

Algunos trasladaron a sus pacientes antes de la tormenta, mientras que otros ordenaron evacuaciones totales o parciales después de que el huracán dañara sus edificios o dejara sin electricidad y agua corriente, dijo Mary Mayhew, presidenta de Florida Hospital Association (FHA), que coordina las necesidades y los recursos entre los hospitales de todo el estado durante un huracán.

Alrededor de 1,000 pacientes de cinco condados en Florida fueron evacuados de los hospitales por diferentes razones, dijo Mayhew, y un hospital trasladó a los pacientes después de que la tormenta arrancara parte de su techo e inundara la planta baja. Otros hospitales no sufrieron daños estructurales, pero perdieron la electricidad y el agua corriente. Los puentes rotos, las carreteras inundadas y la falta de agua potable se sumaron al reto de algunos hospitales, dijo Mayhew.

Y eso antes de considerar la necesidad de ayudar a los heridos del huracán y sus secuelas.

"Las crisis climáticas como los huracanes nos muestran de la manera más dolorosa lo que tenemos que arreglar", dijo Aaron Bernstein, director interino de Center for Climate, Health, and the Global Environment, conocido como C-CHANGE, en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.

A medida que el cambio climático aumenta la intensidad de los huracanes, las ciudades costeras amenazadas por la subida del nivel del mar, desde Miami hasta Charleston, Carolina del Sur, han estudiado planes de protección contra las mareas de tempestad por valor de miles de millones de dólares, desde la elevación de las viviendas hasta la creación de una red de diques, compuertas y bombas para proteger a los habitantes y las infraestructuras contra las fuertes inundaciones de las tormentas.

Algunos hospitales están fortificando sus edificios y elevando sus campus; otros se están adentrando en el interior, preparándose para un futuro en el que incluso las tormentas más débiles desencadenen inundaciones que puedan arrasar las instalaciones.

"Están en primera línea del cambio climático, soportando los costes de este aumento de los fenómenos meteorológicos, así como el incremento de las lesiones y las enfermedades que conllevan", dijo Emily Mediate, directora de clima y salud en Estados Unidos de Health Care Without Harm, una organización sin ánimo de lucro que trabaja con los hospitales para prepararse para el cambio climático.

Sin embargo, aunque los hospitales se preparen para los fenómenos meteorológicos extremos, Bernstein y un equipo de investigadores de Harvard predijeron en un estudio reciente que muchas instalaciones de las costas del Atlántico y el Golfo se enfrentarán a una serie de problemas, incluso por fenómenos meteorológicos más leves.

El estudio analizó el riesgo de inundación de los hospitales situados en un radio de 10 millas de las costas del Atlántico y del Golfo. En más de la mitad de las 78 áreas metropolitanas analizadas, algunos hospitales corren el riesgo de sufrir inundaciones por mareas de tempestad a causa del huracán más débil, de categoría uno. En 25 áreas metropolitanas costeras, la mitad o más de los hospitales corren el riesgo de inundación por una tormenta de categoría dos, que tendría vientos de hasta 110 mph. En Florida se encuentran seis de las 10 áreas metropolitanas de mayor riesgo identificadas en el estudio, siendo la región de Miami-Fort Lauderdale-West Palm Beach la que tiene mayor riesgo de impacto de huracanes.

Los investigadores también tuvieron en cuenta el riesgo de inundación de las carreteras situadas a una milla de los hospitales costeros durante un huracán de categoría dos. Eso es lo que ocurrió en la costa occidental de Florida, en donde los vientos máximos sostenidos del huracán Ian, de 150 mph, contribuyeron a inundar las carreteras y a arrasar los puentes.

Los tres hospitales del Condado de Charlotte cerraron durante la tormenta. Uno de ellos reabrió su sala de urgencias al día siguiente y dos estaban operativos el 1 de octubre.

En el vecino Condado de Lee, el sistema hospitalario público se vio obligado a evacuar parcialmente tres de sus cuatro hospitales, lo que podría afectar a unos 1,000 pacientes, después de que las instalaciones se quedaran sin agua corriente. El 6 de octubre, el condado seguía en estado de emergencia y muchas carreteras y puentes estaban cerrados debido a las inundaciones y los daños, de acuerdo con la información de tráfico del Departamento de Transporte de Florida (FDOT).

Varios hospitales de Florida situados frente al mar trasladaron sus sistemas eléctricos esenciales y otras operaciones críticas por encima del nivel del suelo, elevaron sus estacionamientos y edificios y erigieron barreras de agua alrededor de sus campus, incluido el Tampa General Hospital, que tiene el único centro de traumatología del centro-oeste de Florida.

Miami Beach es una isla barrera en la que las carreteras se inundan en los días soleados durante las mareas extremadamente altas. Construir para resistir los huracanes y las inundaciones es una prioridad para las instituciones, dijo Gino Santorio, director general del Mount Sinai Medical Center (MSMC), que se encuentra al borde de la Bahía de Biscayne.

En la última década, el Mount Sinai ha completado casi 62 millones de dólares en proyectos de protección contra huracanes e inundaciones. Los proyectos formaban parte de una estrategia de todo el condado financiada por la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) y los gobiernos estatales y locales para fortificar escuelas, hospitales y otras instituciones.

"Se trata realmente de ser la instalación de último recurso. Somos el único centro médico y sala de emergencias en esta isla barrera", dijo Santorio.

Pero Bernstein dijo que el "modelo Fort Knox" de gastar cientos de millones de dólares en edificios hospitalarios de última generación a prueba de huracanes no es suficiente. Esta estrategia no tiene en cuenta las carreteras inundadas, el transporte de los pacientes antes de una tormenta, las personas médicamente vulnerables en las zonas con mayor riesgo de inundación, las evacuaciones hospitalarias de emergencia o el fallo de las fuentes de energía de reserva, dijo.

Pedir a los hospitales que se preparen para huracanes más graves y la subida del nivel del mar puede resultar abrumador, sobre todo cuando muchos de ellos están luchando por recuperarse del estrés financiero, la escasez de mano de obra y la fatiga relacionados con la pandemia, dijo Mediate, del grupo Health Care Without Harm.

"Hay muchas cosas que les dificultan ver que esto es un problema, por supuesto, pero ¿además de cuántos otros problemas?", dijo.

Cuando el huracán Ian se acercó a la costa de Carolina del Sur, al norte de Charleston, el 30 de septiembre, el distrito hospitalario de la ciudad, situado en una zona baja, registró entre seis y 12 pulgadas de agua. "Es mucho menos de lo que se esperaba", dijo el gobernador republicano Henry McMaster durante una sesión informativa.

Aunque el huracán Ian fue un evento climático relativamente menor en Carolina del Sur, no es inusual que el distrito médico del centro de Charleston se inunde, lo que hace que sea peligroso y, a veces, imposible para los pacientes, los empleados del hospital y los residentes de la ciudad navegar por las calles circundantes.

En 2017, la Universidad Médica de Carolina del Sur trasladó a los médicos a través de su gran campus en lanchas neumáticas durante las graves inundaciones provocadas por el huracán Irma. Un año más tarde, el sistema hospitalario con sede en Charleston compró un camión militar para navegar por cualquier inundación futura.

Las inundaciones, incluso después de las fuertes lluvias y la marea alta, son una de las razones por las que Roper St. Francis Healthcare —uno de los tres sistemas del distrito médico del centro de Charleston— anunció sus planes de trasladar finalmente el Hospital Roper fuera de la península de Charleston después de operar allí durante más de 150 años.

El doctor Jeffrey DiLisi, director general de Roper St. Franics, dijo que "puede ser muy difícil para la gente entrar y salir de aquí".

El sistema hospitalario sufrió ligeras inundaciones en uno de sus edificios de consultorios médicos del centro de la ciudad a causa de Ian, pero podría haber sido mucho peor, dijo DiLisi. También dijo que el distrito del centro ya no es el centro geográfico de Charleston y que muchos pacientes dijeron que es incómodo llegar hasta allí.

"Cuanto más al interior, menos probabilidades hay de tener algunos de esos problemas", dijo.

A diferencia del Roper St. Francis, la mayoría de los hospitales públicos y sin ánimo de lucro de la costa han optado por permanecer en sus ubicaciones y reforzar sus edificios, dijo Justin Senior, presidente de Safety Net Hospital Alliance of Florida (SNHAF) y antiguo secretario de Agency for Health Care Administration (AHCA) del estado, que regula los hospitales.

"No se van a mover", dijo Senior. "Están en una zona de captación en la que intentan atrapar a todo el mundo, no solo a los ricos, sino a todos".

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KHN (Kaiser Health News) es una redacción nacional que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud. Junto con Policy Analysis and Polling, KHN es uno de los tres principales programas operativos de KFF (Kaiser Family Foundation). KFF es una organización sin ánimo de lucro que proporciona información acerca de temas de salud a la nación.