Hugo López-Gatell, el científico seducido por el poder de la política; y ahora quiere más

Hugo López-Gatell | Foto archivo PEDRO PARDO/AFP via Getty Images
Hugo López-Gatell | Foto archivo PEDRO PARDO/AFP via Getty Images

El modelo de la sucesión presidencial tiene el objetivo primario de ganar las elecciones y el objetivo secundario de mantener la unidad dentro del partido, mediante la garantía de “premios de consolación” para quienes habiendo participado en el concurso no ganaron. El paradigma se aplicó en el nivel federal, con relativo éxito y también operará en el plano local, donde los concursantes podrán aspirar a ocupar un puesto en el poder legislativo.

En la Ciudad de México es donde está más adelantada la disputa por la Jefatura de Gobierno. En Morena, de manera anticipada, ya manifestaron su ambición de poder algunos de sus “distinguidos” militantes, después de que les dieron esperanza los resultados de las encuestas en los que la gente confiesa que los conoce.

Hace unos días Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud federal, manifestó en entrevista con La Jornada su deseo de competir por la coordinación de los Comités de Defensa de la Transformación en la CDMX. Según él, los grandes cambios económicos, políticos y sociales de la 4T son innegables y se dice dispuesto a darles continuidad y extenderlos en la vida de las personas y las diferentes comunidades de la capital.

Con su postulación, confirmada por López Obrador en su mañanera, López Gatell se suma a la competencia en la que figuran Clara Brugada, exalcaldesa de Iztapalapa, Omar García Harfuch, exsecretario de Seguridad Ciudadana y Mario Delgado, presidente nacional de Morena.

De la historia de vida de Hugo López-Gatell destaca su trayectoria profesional. Es médico cirujano por la UNAM, especialista en medicina interna, maestro en Ciencias Médicas y doctor en Epidemiologia. Sus credenciales académicas y experiencia en el campo epidemiológico lo llevaron a estar al frente de la epidemia por Covid – 19 que afectó al mundo en 2019. Entre las muchas consignas de López-Gatell destaca la frase de campaña “Quédate en Casa”.

El historial del gobierno federal sobre los funcionarios públicos dice que Hugo López-Gatell tiene experiencia directiva, capacidad para la docencia, la investigación y en el manejo de grupos de alto nivel.

La carrera profesional, trayectoria como funcionario público y como ciudadano de la Capital, parecerían suficientes para que Hugo López-Gatell compita. Hasta podríamos arriesgar el juicio de que no lo haría mal por presentar un perfil diferente a los que han caracterizado a quienes han ocupado esa responsabilidad.

Los resultados de una encuesta de Morena del mes de junio, ubicaron a Hugo López-Gatell con niveles de conocimiento de 75% y una opinión positiva de 37 por ciento. En aquel momento los datos lo ubicaban arriba de Omar García Harfuch, que reportó un nivel de conocimiento de 56% y opinión positiva de 24%. Los resultados de la encuesta podrían explicar la determinación de López-Gatell de buscar ser jefe de Gobierno.

La aspiración de López-Gatell de gobernar la CDMX es un derecho. Aunque la experiencia que los ciudadanos tienen sobre su comportamiento durante la pandemia del covid, cuestiona su conducta ética como médico, supuestamente comprometido con el principio de salvar vidas.

Durante las 451 conferencias de prensa que encabezó para informar sobre la pandemia su objetivo fue complacer al presidente López Obrador, ignoró a la ciencia y actuó como un político que busca el favor del poder.

López-Gatell hizo suya la Austeridad Franciscana propuesta por López Obrador. Recomendó a la gente quedarse en casa y no ir a los hospitales, minimizó el avance de la pandemia y afirmó que no había datos para declarar una emergencia nacional, lo que implicó que el gobierno no adquiriera insumos para proteger a médicos y pacientes.

A los legisladores, en junio de 2020, López-Gatell les aseguró que en un escenario catastrófico, el número de muertes sería de 60 mil. Hoy sabemos que el excedente de muertes fue de 500 mil.

En su afán por quedar bien con AMLO dijo que éste no podía trasmitir el covid porque “el presidente no es una fuerza de contagio, sino una fuerza moral”. Acto seguido declaró opcional el uso del cubre bocas y dijo que tenía una “pobre utilidad”. La OMS recomendó el uso del cubre bocas, López-Gatell lo rechazó. Cuando esa organización sugirió la aplicación masiva de pruebas para detectar el virus, el gobierno mexicano las vetó.

En el mundo los gobernantes se resguardaban y llamaban a la población atender las recomendaciones sanitarias, pero, en marzo de 2020, el presidente López Obrador continuaba con sus giras por el país, invitaba a la gente a salir a las calles y acudir a los mercados a sus compras. Decía que a él lo protegía una estampa religiosa, un detente contra el mal. López-Gatell reía.

Por carecer de equipo de protección y medicamentos para enfrentar la pandemia, médicos y personal de hospitales, protestaron, López-Gatell los llamó “irracionales”. Cientos murieron.

Hoy Hugo López-Gatell quiere gobernar la CDMX. Con este antecedente es pertinente la pregunta ¿por qué alguien con un perfil como el de López-Gatell es estimulado para que participe en la disputa por el poder en la CDMX? ¿Es confiable alguien que olvida su vocación de salvar vidas, por la ambición de poder?

La respuesta podría ser que fue incluido para que sirva de distractor. En redes sociales los ataques a Omar García Harfuch han sido constantes a partir de que manifestó su deseo de buscar la candidatura de Morena para gobernar la CDMX.

En la percepción de los estrategas de Morena, Lópe-Gatell polariza más y está dispuesto a 'jugar' para obtener el premio de la impunidad. Su inclusión en las listas plurinominales en el senado o en una diputación local o federal, le darían el fuero que necesita para evadir la responsabilidad penal que algunos le quieren fincar. El tiempo pasa. El abuso del poder tiene consecuencias legales e históricas.

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