Cómo los hongos alucinógenos mejoraron la visión de un hombre con daltonismo

El sujeto mejoró en el Test de Ishihara hasta una visión normal

Ejemplos del Test de Ishihara para diagnosticar daltonismo
Ejemplos del Test de Ishihara para diagnosticar daltonismo

Existe un fuerte vínculo entre las drogas psicodélicas y nuestra visión. Se ha constatado que el consumo de este tipo de alucinógenos desarrolla importantes efectos en nuestro sistema visual que se pueden manifestar en alucinaciones visuales, movimientos sacádicos inesperados, dilatación de las pupilas o un incremento en la percepción del color. Este último aspecto ha interesado a los investigadores del campo durante mucho tiempo e incluso contamos con estudios que sugieren que “algunas personas informan de una mejora a largo plazo en la deficiencia de la visión del color tras el uso de psicodélicos como la dietilamida de ácido lisérgico (LSD) o la psilocibina (presente en los algunos hongos alucinógenos).

Sin embargo, ninguno de estos estudios científicos había logrado datos objetivos que cuantificaran el grado real o una duración concreta de esa posible mejoría asociada con el consumo de psicodélicos. Tan solo teníamos indicios que apuntaban en esa posible dirección, testimonios aislados sin analizar… en definitiva, aún no habíamos encontrado un caso que poder estudiar para poder extraer, al menos, unas primeras impresiones. Al menos, hasta ahora.

Hace tan solo unos días se ha publicado un curioso artículo en la revista especializada Drug Science, Policy and Law , donde se detallan las experiencias de un hombre de 35 años que, cinco años antes, había sido diagnosticado de una discromatopsia leve al color rojo-verde, en su caso deuteranomalía, la clase de daltonismo más habitual.

Popularmente solemos englobar todo, sin apenas distinciones, bajo el término de “daltonismo”, una expresión demasiado genérica que abarca un amplio abanico de deficiencias visuales al color. Para un primer y rápido diagnóstico se utiliza el conocido Test de Ishihara (en honor al doctor japonés Shinobu Ishihara, que lo desarrolló en 1917) y consiste en una serie de tarjetas con números camuflados entre diferentes colores.

En el caso específico del estudio, el paciente completó el mismo el test de Ishihara antes de ingerir una dosis de 5 gramos de hongos de psilocibina deshidratados. La prueba realizada constaba de 21 placas de números y el sujeto obtuvo un acierto de 14, lo que concuerda con su diagnóstico médico años antes. Doce horas volvió a completar el test con un resultado de 15 y doce horas más tarde alcanzó una puntuación de 18, “lo que indica una visión del color normal, aunque no perfecta”.

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Pasado un año de estas puntuaciones, los investigadores llevaron al sujeto al laboratorio para realizarle de nuevo el test. La última vez que había consumido hongos alucinógenos había sido cuatro meses antes y en esta ocasión, el resultado fue de 16, lo que sugería que los posibles beneficios ya habían pasado.

Resultados de los diferentes Test de Ishihara realizados por el sujeto en relación con los días que pasaron desde la ingesta de hongos alucinógenos | Barnett, Brian S., et al. DOI:10.1177/20503245231172536.
Resultados de los diferentes Test de Ishihara realizados por el sujeto en relación con los días que pasaron desde la ingesta de hongos alucinógenos | Barnett, Brian S., et al. DOI:10.1177/20503245231172536.

En las conclusiones los autores apuntan a que “la psilobicina parece aumentar la amplitud del potencial visual del sujeto… […] En particular, la puntuación de la prueba de Ishihara autoinformada por el sujeto mejoró mínimamente a las 12 horas después de la administración pero mejoró hasta alcanzar una puntuación consistente con la visión de color normal a las 24 horas después de la administración y alcanzar un máximo el día ocho después de la administración. Esto parece indicar que la optimización de las nuevas capacidades de procesamiento de color fue gradual en lugar de inmediata y se produjo de forma no lineal”

El estudio es curioso pero presenta numerosas lagunas que los propios investigadores reconocen. En primer lugar, como inconveniente más obvio, destaca que es un estudio de una sola persona y nunca es conveniente extraer conclusiones firmes con este N=1 tan escuálido. El segundo problema, también importante, es que el sujeto se realizó él mismo los primeros test de Ishihara, aunque en el estudio se indica que en ningún caso tuvo acceso a sus resultados hasta que pasaron varios meses. Para finalizar, la interpretación de la duración de estos efectos positivos sobre la visión también resulta muy complicada ya que el sujeto consume habitualmente otro tipo de sustancias (cannabis semanalmente y una dosis de esketamina nasal) y confesó haber tomado una microdosis no prevista de LSD después de realizar la prueba de Ishihara el día 16.

En definitiva, se abre una puerta interesante pero es demasiado anecdótica. Tampoco comprendemos demasiado bien los procesos fisiológicos involucrados en estos resultados y, por todo ello, necesitamos más estudios, mejor diseñados, con grupos de control y sobre todo, con un número mayor de participantes.

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Referencias científicas y más información:

Barnett, Brian S., et al. «Case Report: Prolonged Amelioration of Mild Red-Green Color Vision Deficiency Following Psilocybin Mushroom Use». Drug Science, Policy and Law, (2023) DOI:10.1177/20503245231172536.

Ruairi J Mackenzie “Consuming Psychedelics Temporarily Improves Man's Color Blindness” (2023) Technology Networks

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