Hollywood pasa de meca del cine a ser escenario de peli de terror con el fentanilo

Casi 300 personas mueren cada día en Estados Unidos por sobredosis. Una cada cinco minutos, más de 110.000 al año, de acuerdo a los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Detrás de la mayoría de estas muertes (dos de cada tres) se encuentra el fentanilo, un poderoso opioide sintético. Esta epidemia se extiende a lo largo y ancho del país y ha llegado también a las principales ciudades y a lugares tan emblemáticos como Hollywood.

La epidemia de fentanilo también ha llegado a Hollywood. (Getty Creative).
La epidemia de fentanilo también ha llegado a Hollywood. (Getty Creative).

La glamurosa meca del cine se ha transformado. Las estrellas del Paseo de la Fama ya no brillan como antaño, porque ahora este distrito de la ciudad californiana de Los Ángeles parece sacado de una película apocalíptica.

Los adictos al fentanilo deambulan como si se tratara de zombis. Casi todos, comparten la misma descripción: miradas perdidas, expresiones ininteligibles y andar errático. También están los que yacen en el suelo, incapaces de moverse. Estas drogas han impactado de lleno en la sociedad estadounidense y sus efectos se pueden ver en casi cualquier calle del país. Y eso incluye también los lugares más turísticos.

El fentanilo tiene su origen en 1960, cuando el médico belga, Paul Janssen, lo desarrolló para controlar los dolores extremos. En 1972 fue aprobado como anestésico en Estados Unidos y tradicionalmente se usa para los pacientes que acaban de recibir una cirugía o con cáncer. Su consumo produce relajación, euforia o alivio del dolor, pero los síntomas de una sobredosis son muy distintos: pupilas dilatadas, sudor o fallos respiratorios.

El legal suele comercializarse en tabletas, parches o aerosoles con prescripción médica, pero el ilegal es el que ha entrado de lleno desde hace unos años en el mercado negro y es muy peligroso. Se trata de un polvo blanco que las mafias están mezclando con otras drogas como la cocaína, la heroína o las metanfetaminas. Y puede llegar a resultar mortal.

Apenas dos miligramos de fentanilo pueden suponer una muerte por sobredosis. Un miligramo tiene la misma potencia que 50 miligramos de heroína, por lo que el abuso de esta sustancia es muy perjudicial.

Y el consumo de esta droga está actualmente en auge. Solo entre 2019 y 2021, las sobredosis fatales por fentanilo aumentaron un 94%. En solo una década, la que va desde 2010 a 2019, se ha pasado de 235 muertes a más de 34.000.

Una de las principales razones que explican el éxito de este poderoso opioide es su bajo precio. En el mercado negro de las principales calles del país se puede adquirir una pastilla por menos de un dólar. A diferencia de otras drogas, como la cocaína, es extremadamente barato drogarse con fentanilo por los bajísimos costes de fabricación.

De ahí que la epidemia se extienda tan rápido hasta convertirse en un problema de salud pública. Y las principales víctimas son las personas de entre 18 y 49 años, convirtiéndose en la principal causa de muerte de este rango de edad.

Pastillas de fentanilo. (U.S. Attorneys Office for Utah via AP)
Pastillas de fentanilo. (U.S. Attorneys Office for Utah via AP)

Es un problema estadounidense

Más del 86% de los condenados por tráfico de fentanilo son estadounidenses, de acuerdo a los datos del Gobierno de los Estados Unidos. El procedimiento suele ser la fabricación de esta droga en laboratorios clandestinos en México y luego son personas individuales las que cruzan la frontera con ella, ya sea en vehículos o a pie debido a su pequeño tamaño y a la facilidad para esconderlo. Luego son las mafias las que distribuyen el producto por todo el país.

Los agentes federales apenas son capaces de incautar entre el 5% y el 10% de la droga que viene desde México.

Este auge del fentanilo se ha convertido en una de las grandes preocupaciones sociales en Estados Unidos y va a tener un papel importante de cara a las elecciones que se van a celebrar en noviembre de 2024. Se ha politizado de tal modo, que se relaciona con el problema migratorio, pese a que los datos reflejan a la perfección que son los estadounidenses los que lo cruzan.

Lo que está claro es que van a ser necesarias medidas concretas y mucho tiempo para reducir una epidemia que no deja de crecer. Las calles de Hollywood, Nueva York o Seattle dan fe de ello.

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