La historia de Omar Prieto, el pandillero chavista convertido en gobernador de la mafia

Era un pandillero que robaba autos en su juventud, y cuando se convirtió en la máxima autoridad en Zulia, transformó la gobernación en la sede de la mafia del estado venezolano. Este es Omar Prieto, alias Toyotica, una de las figuras más emblemáticas de la estrecha relación entre las organizaciones criminales y el régimen de Nicolás Maduro.

Un informe publicado esta semana por la organización de periodismo de investigación InSight Crime recuenta la sorprendente historia de Prieto, un pandillero que escaló la escalera regional del poder chavista para construir una gran red de extorsión, robo, contrabando y desfalco, haciendo uso de la policía del estado para proteger sus negocios delictivos y aterrorizar a sus víctimas.

“Él no es una persona, es un demonio”, dijo una vecina que conoció a Prieto de niño en el vecindario de Sierra Maestra.

Cuando Prieto asumió la gobernación en el 2017, Venezuela se encontraba al borde del colapso económico y Maduro estaba bajo asedio político.

Desesperado por mantener la lealtad de un partido de gobierno fracturado, unas fuerzas militares mal pagadas, y élites militares y políticas descontentas con sus ganancias de corrupción venidas a menos, Maduro otorgó territorios a los diferentes polos de poder dentro del chavismo. Y luego les dio permiso para exprimir todos los beneficios criminales que pudieran dentro de esos territorios, dice el informe de InSight Crime.

“A Prieto se le concedió el poder en Zulia como heredero de la facción política más importante dentro del chavismo fuera de la propia red de Maduro. Y durante su mandato, llevó esa permisividad hasta un extremo”, señaló el informe.

Juventud Malandra

El futuro gobernador del estado nació en 1969 en el barrio de clase media de Sierra Maestra, que hoy forma parte del municipio de San Francisco en Zulia.

Una vecina que conoció a Prieto cuando era niño describió Sierra Maestra como un lugar tranquilo donde los niños juegan en la calle. Los Prieto, dijo la vecina que habló bajo condición de anonimato, eran una vieja familia de la Sierra Maestra: gente promedio, que estaba involucrada en la comunidad y tenía lo suficiente para vivir cómodamente pero no era rica.

Pero Prieto tenía un lado oscuro. Sus vínculos con el hampa se remontan a su juventud. Si bien él asegura que se dedicaba a la práctica del taekwondo y a estudiar economía en la Universidad del Zulia, es un secreto a voces que también formaba parte de Las Pulgas, una de las más temidas pandillas del estado.

La pandilla de San Francisco se dedicaba al robo de vehículos y a la extorsión. Incluso en la universidad, Prieto era conocido con el sobrenombre de “Toyotica” debido a su preferencia por robar autos marca Toyota, le dijo a InSight Crime un antiguo asociado.

“Comenzó muy joven, haciendo amistad con extraños”, dijo a InSight Crime un líder político establecido de San Francisco. En el argot venezolano, hacer amistad con desconocidos significa hacerse amigo de delincuentes.

Después de graduarse, Prieto trabajó como representante de ventas farmacéuticas y fundó su propia escuela de taekwondo. Pero en la década de 2000, cuando el presidente Hugo Chávez comenzaba su largo mandato como líder de Venezuela, Prieto había cambiado de rumbo y había comenzado a buscar una apertura en la política.

Al principio, Prieto no mostró ningún interés particular en los ideales socialistas o de izquierda, y su primer intento de ingresar a la política en 2001 fue con el partido de oposición Primero Justicia.

“Su discurso ante Primero Justicia fue que tenía el dinero para ser alcalde de San Francisco y que todo lo que necesitaba era una tarjeta del partido”, dijo a InSight Crime uno de los líderes del partido, Juan Pablo Guanipa. “Le dijimos que no éramos una franquicia que él pudiera comprar”.

Alcalde de San Francisco

Después de ese rechazo, Prieto se postuló sin éxito para la alcaldía de San Francisco con el Partido Comunista en 2004. Sin inmutarse, fue elegido en 2005 como representante suplente ante la Asamblea Nacional de Venezuela por el partido liderado por Chávez, el Movimiento Quinta República.

Prieto ocupó ese cargo hasta 2008, cuando lanzó una nueva candidatura para convertirse en alcalde de San Francisco, esta vez como candidato del recién formado PSUV, fundado por Chávez para unir a los dispares partidos de izquierda de Venezuela bajo una sola bandera.

En todo Zulia, las elecciones de ese año se vieron empañadas por luchas internas del PSUV, intimidación de votantes, irregularidades e interferencia militar. Pero Prieto, animado por el respaldo personal de Chávez, salió victorioso del caos.

Sin embargo, quienes conocieron a Prieto dicen que el PSUV era poco más que un vehículo conveniente para su ambición.

“Él no era chavista. Aprovechó una oportunidad”, dijo a InSight Crime un profesor de la Universidad del Zulia que conocía a Prieto. “Una vez que estuvo en el poder empeoró y utilizó métodos que no eran aceptados, que estaban ‘fuera de los límites’, incluso para el PSUV”.

Financiado por el gobierno nacional en Caracas, Prieto ganó popularidad en San Francisco, tras lanzar un ambicioso programa de obras públicas que incluía acceso a agua potable, una conexión estable de gas y un nuevo hospital especializado en el tratamiento del cáncer infantil.

Pero no fueron sólo las obras públicas de Prieto las que lo hicieron popular. También obtuvo apoyo por su enfoque de línea dura ante la creciente inseguridad, a pesar de que condujo a un aumento de las ejecuciones extrajudiciales y los abusos policiales.

Funcionarios de seguridad actuales y anteriores y miembros del PSUV describieron como el nuevo alcalde rompía regularmente el protocolo para llenar las filas de Polisur con contactos de su pasado, muchos de ellos sin calificaciones y algunos con antecedentes penales. Polisur se convirtió en lo que numerosas fuentes describieron como una “mafia policial”.

Además de su enfoque violento para limpiar las calles, la mafia policial de Prieto también formó el brazo policial de una incipiente empresa criminal centrada en extorsionar al sector privado.

“La policía de San Francisco se convirtió en matones con placas”, dijo a InSight Crime un ex funcionario gubernamental de alto nivel.

Según ex conocedores de Prieto, así como ex funcionarios de seguridad y líderes de la sociedad civil en San Francisco, los funcionarios exigían que las empresas les mostraran documentos que no estaban obligados a tener o que ni siquiera existían, y luego exigían un soborno cuando no podían presentarlos.

“Restaurantes, empresas manufactureras, empresas relacionadas con actividades agrícolas, todas tenían que pagar vacunas [tasas de extorsión] en dólares con la amenaza de que si no cumplían, serían expropiadas”, dijo un ex dirigente del PSUV que conoció a Prieto desde sus tiempos universitarios.

Gobernación de la mafia

Con apoyo del chavismo, Prieto se convirtió en la máxima autoridad de Zulia en diciembre del 2017 y su transformación en un gobernador mafioso fue inmediata, dice el informe.

Tan pronto como asumió el cargo de gobernador, Prieto ascendió a los hombres responsables de convertir a la policía de San Francisco en una milicia criminal. Nombró al ex jefe de la policía de inteligencia municipal, Luis Curiel, jefe de la Dirección de Inteligencia y Estrategias Preventivas para todo el Zulia.

También ascendió al ex director de la policía municipal Danilo Vílchez, nombrándolo secretario de seguridad para todo el estado. “Cuento contigo para replicar nuestro éxito en San Francisco en todo el Zulia”, escribió en el pie de foto de una foto de Vílchez aceptando el ascenso.

Y eso es exactamente lo que hicieron.

Casi de inmediato, el abuso policial aumentó en alcance. Además de manifestantes que participan en protestas contra el régimen y delincuentes comunes no alineados con Prieto, los agentes de seguridad comenzaron a perseguir periodistas, rivales políticos y otras personas que amenazaron con exponer su mafia policial.

Bajo Curiel y Vílchez, las fuerzas de seguridad también intensificaron sus operaciones de extorsión.

“Aquí no hay negocio que no pague una vacuna”, dijo a InSight Crime una figura de alto rango de la oposición en Zulia durante una entrevista realizada cuando Prieto aún estaba en el poder.

Esta intensificación de la actividad criminal y la violencia estatal comenzaron a poner a prueba los límites de lo que estaba permitido en el régimen asolado por la crisis de Maduro.

Pero Prieto comenzó a ganar enemigos fuera y dentro del chavismo, debido a su actitud imperiosa y la agresividad con que actuaba contra cualquiera que consideraba una amenaza política.

Si bien fue apoyado inicialmente por Maduro durante sus años de crisis, la personalidad del gobernador gángster desentonaba con la imagen de Venezuela que Maduro quería retratar internacionalmente, dice el informe.

“Omar no es muy querido en Caracas. Sobrepasó la raya roja, pasando el límite” de lo permitido, dijo a InSight Crime Ricardo Acosta, ex presidente de la Federación de Cámaras de Comercio del Zulia.

Rivales dentro del PSUV intentaron destronarlo de la jefatura en Zulia y se le enfrentaron para poner otro candidato en las elecciones regionales del 2021. Prieto sobrevivió al ataque político dentro de su partido y logró hacerse con la nominación del partido. Pero la fractura interna dividió al PSUV de Zulia y sacudió la confianza de Prieto.

“Fue una pelea interna fea. El mundo se vino abajo sobre Prieto”, dijo a InSight Crime.

Prieto comenzó a arremeter contra su propio partido, sacudiendo a su base. Las cifras de las encuestas empezaron a mostrar que había perdido las elecciones.

“Prieto empezó a parecer solo. Sus aliados comenzaron a abandonarlo. Ahí fue cuando cayó”, dijo el experto político vinculado a Prieto.

Parecía que, si bien Caracas había permitido que Prieto se postulara como candidato del PSUV, Maduro no iba a ayudarlo desplegando las tácticas que había utilizado anteriormente, que habían provocado la condena internacional por fraude electoral. No con todo el mundo mirando.

Terminó perdiendo contra el candidato de la oposición, pero el gobernador derrocado socavó en todo momento el traspaso del poder. Incluso hoy, mantiene cierta influencia sobre los sectores económico, político y de seguridad del estado.

“Él todavía tiene poder porque su gente todavía está en posiciones de poder, incluso en la policía”, dijo un ex funcionario de seguridad con conexiones entre fuerzas de inteligencia activas.

Después de perder la gobernación, Prieto pasó un tiempo desaparecido de la escena pública, lo que propició rumores de que había caído en desgracia y que incluso estaba por ser detenido bajo cargos de malversación y mal uso de recursos del gobierno.

Pero en abril de 2022, las redes sociales cobraron vida, y un nuevo tipo de rumor comenzó a circular: que Prieto se aprestaba a regresar a la política y que el PSUV lo permitiría, aunque solo para ocupar la alcaldía de San Francisco.

Ni el régimen ni el propio Prieto han se han pronunciado sobre ese rumor, pero el ex gobernador recientemente brindó unos enigmáticos comentarios que dejaron abierta esa posibilidad. “Vendrán nuevos escenarios, vendrán nuevas situaciones, vendrán nuevas batallas y, eso sí, estaremos nosotros”, dijo.