¿Por qué hay hambre en Cuba? Manuel Artime tenía razón| Opinión

Esta es la pregunta clave, ineludible, que ningún cubano, ningún observador agudo de la realidad cubana, debe esquivar :

¿Cómo es que después de 65 años de la revolución, el mes pasado, los cubanos en Santiago salieron a la calle protestando de que tenían hambre?

Según las estadísticas de las Naciones Unidas, entre 1948 y 1953, último año en el que están disponibles las estadísticas sobre este tema por parte de la ONU antes de la llegada al poder de Fidel Castro.

▪ Cuba tenía un consumo de calorías de 2,730 por cubano por día, igual a Alemania, y superior al de Austria, Grecia, Italia, Portugal, Japón, Chile, México, Brasil y la India, entre otros.

▪ Cuba era, en 1958, el octavo país en el mundo con los salarios industriales más altos.

▪ Era el séptimo país en el mundo con los salarios agrícolas más altos.

▪ En los 1950, con lo ganado por medio día de trabajo, un obrero cubano podía comprar: Siete huevos, 2,600 gramos de azúcar, 1,500 gramos de pan, 380 gramos de mantequilla, 390 gramos de carne.

▪ En 1957, la tasa de inflación anual era del 3,1%. La inflación hoy en Cuba es del 31,78% mensual.

▪ Una moneda que se equiparaba con el dólar ahora no vale nada.

¿Cómo llegamos a donde estamos, al colapso del aparato productivo cubano? Desde 1959, un país próspero ha padecido sistemáticamente de escasez, baja producción y mala distribución de los recursos naturales.

Ya desde noviembre de 1959, en su libro “Traición! Gritan 20,000 tumbas cubanas”, de manera visionaria y valiente, el Dr. Manuel Artime Buesa, capitán del Ejército Rebelde y uno de losFF dirigentes de la Reforma Agraria, advertía lo que venía.

Había visto de cerca los manejos totalitarios secretos del mal llamado Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA).

Artime escribiría a Fidel Castro: “… Me niego a presenciar el hambre que vendrá sobre Cuba por querer implantar esa comunización violenta, con hombres ineptos...”

Después de publicar esto, Artime pasaría al clandestinaje. Sería uno de los fundadores de la columna vertebral de la resistencia cubana: El Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR).

Sería el jefe civil de la Brigada 2506, en la expedición de Playa Girón, y al salir de las prisiones castristas fundaría los campamentos del MRR en Centro América, reconocidos por su combatividad tenaz en contra de la tiranía. Un cruel cáncer lo extinguiría demasiado joven.

Soportaría una vida de lucha, sacrificio y dolor con ejemplar estoicismo católico. Es esa mortal combinación, de doctrinas malévolas y fallidas y hombres ineptos, la que ha causado y causa el hambre en Cuba.

Artime tenía razón. El comunismo ha conspirado, con el objetivo singular de imponerse en el poder, contra la naturaleza misma de Cuba y el cubano.

Una isla bendecida con uno de los suelos más fértiles del mundo ha sido castigada por el dogmatismo; el campesino cubano ha sido regulado hasta convertirlo en improductivo. Más del 50% de los terrenos de Cuba se encuentran barbechos.

El marabú ha reclamado para sí un legado de siglos de una agricultura única en un suelo único.

Un país que hasta 1960 se alimentaba a sí mismo, hoy depende en un 100% de las importaciones de comida para poder comer. Esto no una excepción.

Donde quiera que se ha implantado el comunismo, la producción de alimentos ha sufrido. Es más, las reformas económicas estructurales de países comunistas como China y Vietnam tuvieron como pilar reformas agrarias que devolvieron la tierra a productores individuales.

Temerosos en hacer reformas políticas y económicas porque las entienden como concesiones peligrosas a la abrumadora mayoría del pueblo que desea liberación, el sistema totalitario se encuentra empantanado.

Sospecho que, entre otros motivos, la purga de Alejandro Gil tiene que ver con la necesidad de presentar un chivo expiatorio ante los reclamos de reformas económicas que vienen de Moscú.

La causa del hambre en Cuba es el comunismo. Solo un sistema antinatura puede llevar a un pueblo tan laborioso a la desolación. Para acabar con el hambre en Cuba, tiene que terminar el comunismo.

Por todas estas razones, y muchas más, si el cambio en Cuba no es fundamental, de raíz y total, si no toma lugar una plena devolución de soberanía al pueblo cubano, si se impone un inmoral sistema híbrido al pueblo cubano, esa nación tan sufrida no tendrá posibilidad, ni su libertad, ni su prosperidad, ni a su vida.

La lucha vale la pena por esa causa diáfana, y por la deuda que como patria tenemos con tantos hombres y mujeres que, como Artime, entregaron su vida a un destino mejor para ella.

Orlando Gutiérrez Boronat es el coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ACR) y autor del libro Cuba: the Doctrine of the Lie.

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