Gripe aviar: en la costa ya se registraron más de 100 muertes de lobos marinos en menos de una semana
MAR DEL PLATA.- Duele ver la imagen de lobos marinos muertos, uno tras otro, que son alzados con una enorme grúa para depositarlos en la pala mecánica que los llevará a profundidades de un sector de playa, destinado a la disposición final de esos restos. Como duele también ver otros que llegan hasta la costa, agotados o con convulsiones, condenados al peor final.
La gripe aviar sacudió a la colonia de esta especie de mamíferos marinos que tiene entre este puerto y el vecino de Quequén uno de sus más concurridos puntos de encuentro. A la fecha, entre ambos destinos y en menos de una semana, se sumaron unos 100 fallecidos.
La enfermedad, que nace en aves, pero impacta sobre estos animales a partir de compartir el ecosistema, no da chances. Los afectados, salvo excepciones, están condenados a la muerte.
La mayoría de los cadáveres se acumuló en jurisdicción portuaria. En Mar del Plata se retiraron más de 30 en menos de 48 horas entre la Banquina Chica, que es el sector más concurrido por los turistas que llegan hasta el lugar, y la lobería dispuestas en la Escollera Sur. En Quequén lo peor se vio durante los primeros días, la semana pasada, y poco a poco se empieza a normalizar.
Vecinos siguen las recomendaciones del Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa), que está detrás de este operativo, y advierten sobre otros que aparecen a orillas del mar. Los hay fallecidos y otros moribundos. Una verdadera tragedia.
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Solo en Mar del Plata se estima que hay de manera permanente unos 700 lobos marinos repartidos en sus costas. En su mayoría, hacen base entre la bahía interior, donde amarran las emblemáticas lanchitas amarillas, y el sector de Escollera Sur.
Un informe oficial difundido en últimas horas da cuenta de la presencia en esta zona de la costa bonaerense de unos 3800 lobos marinos. Con el centenar de muertes registrado hasta el momento la mortalidad de la especie por efecto de la gripe aviar rondaría el 3%.
Operativos
El Consorcio Portuario Regional Mar del Plata comparte con Senasa las maniobras para retirar animales muertos. También dispuso un cerco perimetral amplio para que los visitantes del puerto puedan tener una vista panorámica de la Banquina Chica. El paseo turístico está habilitado, pero con más distancia de lo habitual. Más extrema es la situación en la denominada lobería, junto al espigón donde amarran los buques tanque que traen combustible. Allí está el grupo mayoritario y es donde también más muertes se han producido. En ese sector, que es parte de la Escollera Sur, el tránsito vehicular y peatonal está restringido.
Manuel Baldovino, titular de la delegación de Senasa en Mar del Plata, confirmó que los operativos de retiro y disposición final de cadáveres es constante. “Todos los días estamos retirando restos para su disposición final, con todos los cuidados”, explicó a LA NACIÓN.
Aquí y en Quequén se conformaron grupos de trabajo con personal de organismos públicos e instituciones involucradas en el tema. Además de Senasa participan los consorcios portuarios, Prefectura Naval Argentina (PNA), Áreas Municipales de Medio Ambiente, Defensa Civil, Bromatología, Salud e instituciones científicas de la región como la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Conicet y la Estación Hidrobiológica de Quequén. También la ONG Fundación Fauna Argentina, con amplia experiencia en el cuidado y manejo de lobos marinos.
El principal énfasis se ha puesto en la comunidad para que evite acercarse a los animales. En particular, los que recalan en espacios abiertos, como playas, que siguen habilitadas en su totalidad y sin mayores restricciones en ambos destinos.
Esta semana hubo algunos en sectores céntricos como Varese e incluso la Bristol. En estos casos, se dispone un vallado con sogas para asegurar distancia. La otra recomendación muy especial para la gente es evitar que las mascotas, en particular perros, se acerquen a estos lobos marinos muertos o en aparente agonía. Si bien no hay mayores antecedentes, lo que se busca es evitar cualquier chance de contaminación cruzada.