Granjas de abulón azul, alternativa sustentable para las cooperativas y el mar

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La Sociedad Cooperativa Pesquera Progreso, al noroeste de México, inició su granja de engorda de abulón azul como un negocio que resultó ser ampliamente sostenible.

La acuacultura disminuye la presión sobre el abulón silvestre y ayuda a repoblar esta especie que se encuentra en peligro de extinción.

Cuando a la cooperativa, ubicada en La Bocana, Baja California Sur, le dieron una concesión para extraer abulón azul mediante buceo en 1987 fueron condicionados a emprender un programa para producir semillas de abulón y repoblar el mar, pero con el tiempo se dieron cuenta de que esta técnica era útil para desarrollar su granja de engorda, que crearon en 2014.

Desde entonces explotó un nuevo sector de abulones de talla medallón que generan ganancias todo el año, a diferencia del abulón salvaje que sólo se cosecha durante una cierta temporada.

Fue así que descubrieron que el abulón azul tiene una alta tolerancia a la manipulación por ser costero y puede ser exportado vivo, a diferencia del silvestre, por esto ingresaron a un mercado altamente rentable en China.

“En el 2021 fue cuando nosotros comenzamos a exportar a China abulón de cultivo, y con mayor precio que el abulón silvestre, ahorita por ejemplo está alrededor de 95 dólares el kilo de abulón vivo a China. Entonces en el 2021 primero se entró al mercado con 42 dólares, para el 2022 fue aumentando a 72 ó 75 me parece, ya para el 2023 ya le llegamos a los 95 dólares el kilo”, señaló Juan Domingo Aguilar, oceanólogo por la Universidad Autónoma de Baja California y coordinador del departamento acuícola y de pesquería de la Cooperativa Progreso.

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Para Aguilar no está claro si el precio del producto sea a causa de que los mercados en China consideran que la granja es una práctica responsable para el medio ambiente o, simplemente, por el tamaño y la novedad de su producto.

Hoy la cooperativa tiene capacidad instalada para cosechar 10 toneladas de abulón azul en los estanques al año, pero este 2024 pretenden aumentar a 12.

Aguilar comenta que la producción de abulón está migrando del buceo a las granjas en tierra y, probablemente, en el futuro ya no buceen, porque está seguro de que la acuacultura es una actividad que promete ser el futuro de la producción de alimentos marinos.

Ventajas ante el abulón silvestre

La extinción del abulón se relaciona con su alta sensibilidad ante los cambio de temperatura derivado de los fenómenos climáticos y la reducción de las algas gigantes de las que se alimenta, lo cual también lo pone en desventaja frente a las granjas donde se puede controlar la temperatura de los estanques y se les alimenta.

Pescadores en la colecta de abulón
Pescadores en la colecta de abulón silvestre para comercializar. Fuente: Cooperativa Pesquera Progreso

Por ejemplo, en el 2017, se presentó una marea roja que asfixió al abulón amarillo y azul, por lo que desde entonces los pescadores no han podido colectar esta especie en su modalidad silvestre. Sin embargo, recién en 2024 les autorizaron una cuota para extraer cinco toneladas de abulón amarillo y dos de azul desde febrero hasta agosto que dura la temporada.

“La marea roja creó unas hipoxias (falta de oxígeno) en el fondo del mar y como el abulón es una especie que no se puede desplazar rápidamente, se queda y se asfixia. Desde entonces no pudimos trabajar el abulón hasta que se recuperaran las poblaciones. Ahorita la que más se recuperó fue el amarillo, de hecho el 2024, es el primer año desde el 2017, que trabajamos abulón”, señaló Aguilar.

Con la hipoxia, los modelos indican que las poblaciones de abulón amarillo se recuperarán al estado de los arrecifes naturales dentro de 12 años, mientras que para abulón azul, faltan 25 años.

pescadores colecta abulón silvestre
Pescadores en la colecta de abulón silvestre para comercializar. Fuente: Cooperativa Pesquera Progreso

Sin embargo, estas proyecciones contemplan la medida de pescar la cuota autorizada, pero probablemente esta brecha se acorte con las labores de repoblamiento que emprende la cooperativa, por lo que asegura que está fuera de peligro.

“Tenemos la capacidad para volver a restaurar una población. La unidad que tenemos ha sido exitosa y con un par de abulones se pueden hacer un montón. Entonces, nosotros seguimos repoblando el mar. Al año más o menos echamos 100 millones de larvas en etapa de fijación, que es cuando ya se empiezan a pegar a las piedritas. Y vamos a sembrar 100 mil abulones de medio centímetro al mar ya en estos días. Nosotros seguimos echándole al mar y le vamos a seguir echando y si por algún motivo vuelve a llegar otra hipoxia de estas, pues nosotros ahí tenemos ya a salvo en estanques muchos reproductores para volver a restaurar poblaciones”, señaló.

Una cooperativa resiliente

Cuando se planteó el proyecto de la granja a los más de 100 socios de la cooperativa, hubo quienes no estaban de acuerdo, les resultaba inconcebible que un pescador pasara de estar en el mar a estar en la tierra limpiando estanques, cuenta Aguilar.

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Pero en la cooperativa Progreso hay lugar para todos, para quienes quieren capturar langosta y pulpo; bucear abulón silvestre o pulpo; pescar escama con piola y anzuelo o con redes; y quienes prefieren las granjas.

semilla abulón azul
Semilla de abulón azul listas para sembrar al mar y para la granja de engorda. Fuente: Cooperativa Pesquera Progreso

Incluso tienen un proyecto de ecoturismo llamado Bocana Adventures. La granja es sólo una de muchas actividades que realizan, que los diversifica y la convierte en una cooperativa resiliente.

“Nosotros tenemos varios productos como el jurel bonito ahumado, natural o en escabeche. Se trabajan diferentes presentaciones de pescado, tenemos un complejo ecoturístico que se llama Bocana Adventure; tenemos una granja de ostión y la granja de abulón. La empresa siempre se hace grande porque a veces, con la langosta no se tiene para pagar todos los salarios que se necesita para cubrir todo. Entonces, a fuerza, tenemos que pescar. Tiene que estar trabajando el pescador todo el año”, señaló Aguilar.

 

* Este artículo fue originalmente publicado en Causa Natura Media.