Golfo de México, el mar al que Trump quiere cambiar de nombre
CIUDAD DE MÉXICO, enero 7 (EL UNIVERSAL).- Desde el siglo XVI, el Golfo de México ha sido un punto estratégico y cultural. Su nombre, que proviene de la ciudad indígena de México, ha resistido el paso de los siglos y los cambios de poder colonial. Ahora, esta denominación enfrenta un cuestionamiento desde Estados Unidos, impulsado por Donald Trump, quien propone renombrarlo bajo la premisa de que su país "hace la mayor parte del trabajo".
El debate sobre el nombre del golfo no es nuevo. En 2012, un legislador de Misisipi sugirió llamarlo "Golfo de América" para el tramo que bordea las playas del estado. Aunque estas propuestas no prosperaron, resurgieron con la retórica nacionalista de Trump, quien también anunció en su conferencia de prensa nuevos proyectos de explotación petrolera en la región.
El nombre "Golfo de México" tiene raíces profundas, documentadas en mapas históricos de los siglos XVI y XVII. Durante la época colonial, España lo incluyó como parte del Virreinato de Nueva España. Otros nombres como "Mare de Nort" o "Golfo de Nueva España" también aparecieron en mapas antiguos, pero ninguno logró la permanencia de su denominación actual, esto acuerdo con el libro de "Historia de la conquista de México" de Antonio de Solís.
Américo Vespucio, en 1497, fue el primer europeo en navegar sus aguas, aunque sin bautizarlo. Más tarde, exploradores como Juan de Grijalva y Hernán Cortés consolidaron la influencia española en la región, dejando un legado que se reflejó en los mapas de la época. Por ejemplo, el mapa de Ortelius de 1584 y el de De Bry de 1591 ya utilizaban el término "Golfo de México", vinculándolo a su riqueza natural y estratégica.
Más allá de su rica historia, el Golfo de México es vital para la economía y la ecología de América. Alberga una de las reservas petroleras más importantes del mundo y su biodiversidad lo convierte en un ecosistema único. Sin embargo, este nuevo intento de renombrarlo plantea preguntas sobre soberanía cultural y respeto histórico.
Trump justifica su propuesta argumentando que Estados Unidos invierte más recursos en la región, pero esto ignora los siglos de historia compartida con México y otros países del Caribe. Además, según la Organización Hidrográfica Internacional (OHI) señalan que podría alterar acuerdos internacionales y políticas ambientales vinculadas al golfo.