Gisèle Pelicot: "Confío en nuestra capacidad para buscar juntos un futuro en el que hombres y mujeres por igual puedan vivir en armonía"

Gisèle Pelicot hablando ante los medios.
Gisèle Pelicot hablando ante los medios.

"Pienso en las víctimas no reconocidas, cuyas historias permanecen a menudo en la sombra. Quiero que sepan que compartimos el mismo combate".

Rodeada por su familia y abogados, con la voz firme aunque cargada de emoción, Gisèle Pelicot, la mujer que se ha convertido en un icono de la lucha contra la violencia sexual, quiso recordar este jueves a esas otras mujeres en su primera declaración pública tras conocerse la sentencia del caso.

Ante decenas de periodistas que la esperaban a las puertas del tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, Pelicot manifestó su "profunda gratitud" a todos aquellos que la han apoyado durante este duro proceso.

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Momentos antes, su exmarido, Dominique Pelicot, había sido condenado a la pena máxima de 20 años de cárcel por drogarla y violarla durante una década y reclutar a decenas de hombres para que abusaran de ella mientras estaba inconsciente, entre otros delitos.

Además del exesposo, los otros 50 hombres acusados en este histórico proceso han sido declarados culpables, en su mayoría de violación agravada, y condenados a penas de entre 3 y 15 años de prisión.

"Hoy me dirijo a ustedes con una profunda emoción", dijo Gisèle Pelicot. "Este juicio ha sido una prueba muy difícil y, en este momento, pienso ante todo en mis tres hijos, David, Caroline y Florian", continuó.

Sus tres hijos, que la han acompañado en todo momento durante el proceso, estaban hoy también presentes en la sala de audiencias del tribunal.

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La mujer también habló de sus nietos "porque ellos son el futuro y porque también ha sido por ellos que he librado esta batalla, así como por mis nueras".

Además de por las violaciones a su esposa, Dominique Pelicot fue condenado por tomar imágenes indecentes de su hija Caroline y sus dos nueras Céline y Aurore, así como por violar a la mujer de otro condenado.

"Pienso también en todas las demás familias afectadas por esta tragedia", recordó Gisèle Pelicot.

Muchos de los 50 hombres condenados junto a su exmarido, que van desde los 27 a los 74 años y trabajaban en todo tipo de profesiones, tienen familias e hijos. Hasta que se destapó el caso, todos llevaban aparentemente vidas comunes y anónimas, lo que les ha valido el apelativo de Monsieur-tout-le-monde ("Señor Cualquiera") por la prensa francesa.

Gisèle Pelicot quiso mostrar su agradecimiento a todas las personas que le han apoyado en este proceso y que le "han dado fuerzas para aguantar", entre ellos las asociaciones de víctimas, sus abogados o los periodistas que "han dado un tratamiento fiel y digno" a la información.

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"Cuando abrí las puertas de este juicio el 2 de septiembre del año pasado, quise que la sociedad pudiera apropiarse de los debates que tuvieron lugar. Nunca me arrepentí de esa decisión", afirmó Pelicot ante los periodistas.

La prensa pudo seguir el juicio diariamente porque Gisèle tomó la decisión de renunciar a su anonimato para que pudieran abrirse las puertas del tribunal, lo que ha dado al caso una mayor dimensión y ha generado un importante debate en la sociedad francesa y más allá del país sobre qué significa ser víctima.

Dos mujeres portan pancartas en las que dan las gracias a Gisèle Pelicot.
Muchas personas esperaron a Gisèle Pelicot a las puertas del tribunal para manifestarle su apoyo.

"Ahora confío en nuestra capacidad para alcanzar colectivamente un futuro en el que todos, mujeres y hombres por igual, puedan vivir en armonía, con respeto y comprensión mutuo", afirmó Gisèle Pelicot.

Gisèle, de 72 años, se ha convertido en un símbolo en Francia por el coraje que ha demostrado durante todo el proceso, acudiendo casi cada día a la sala de audiencias, primero escudada tras sus lentes de sol y más adelante quitándoselas, demostrando que ella no tenía nada de lo que avergonzarse.

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Preguntada por los periodistas por las condenas que los acusados han recibido hoy, Gisèle Pelicot dijo: "Respeto al tribunal y el veredicto".

Una multitud de personas la esperaban este jueves a las puertas del tribunal de Aviñón, y han aplaudido y vitoreado a Gisèle Pelicot cuando abandonó el edificio.

De 2011 a 2020, Dominique Pelicot suministró a su esposa tranquilizantes y somníferos sin que ella lo supiera, los trituró y los añadió a su comida y bebida, lo que le provocó perdidas de memoria y desmayos.

El ahora exmarido solo fue descubierto cuando un guardia de seguridad lo denunció a la policía por hacer fotografías bajo las faldas de las mujeres en un supermercado.

Hasta entonces, ella no era consciente de los horrores que su marido estaba cometiendo. "Pensaba que éramos una pareja unida", declaró una vez ante el tribunal.

Sin embargo, Dominique Pelicot frecuentaba una página web, ahora prohibida, para invitar a hombres de la zona a su casa para que mantuvieran relaciones sexuales con ella mientras estaba en estado inconsciente.

"Me sacrificaron en el altar del vicio", declaró Gisèle Pelicot al principio del juicio.

Pero a medida que el juicio fue avanzando, ella consiguió que "la vergüenza cambiara de lado", como se comentó en varias oportunidades en estos tres meses, y efectivamente pasara a los violadores y abusadores.

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