Geraldine Bazán no hace drama por haters

CIUDAD DE MÉXICO, enero 28 (EL UNIVERSAL).- Geraldine Bazán ve como fortuna y un privilegio que la gente la escuche y haga lo que ella hace. Ser una persona pública e influencer, asegura, significa para ella una gran responsabilidad para lo que se ha mentalizado.

"Hay mucha gente que me sigue, muchas mujeres, hombres, también adolescentes. Si puedo inspirar a alguien de forma positiva, aunque sea a una persona, será algo increíble. Para mí es un gran regalo, entonces me parece que sí es una responsabilidad", comparte en entrevista la actriz, quien ayer se despidió de la telenovela Corona de lágrimas 2, que terminó transmisiones por el canal Las Estrellas.

En cuanto a los haters que a la par de sus seguidores surgen en redes sociales —en Instagram la siguen más de 5 millones de usuarios— Bazán señala que tienen la importancia que cada uno les dé: "para mí, la verdad es que es inexistente".

La actriz considera que atraviesa por un buen momento, sin embargo, en el plano personal prefiere no ahondar en temas como los relacionados con su exesposo Gabriel Soto (con quien tiene dos hijas) y una supuesta separación de su actual pareja, Irina Baeva. Prefiere no meterse en asuntos que ya forman parte de su pasado.

"Estoy en el mejor momento de mi vida. Cada etapa de la vida hay que disfrutarla y hay que aprender", comparte.

La actriz está enfocada en sus admiradores, con quienes le gusta interactuar y considera como parte de su familia y a quienes procura responder cuando le mandan un mensaje privado en redes sociales.

"Hemos hecho una comunidad muy bonita, son parte de la familia porque también me encanta compartir cosas de mi vida, cosas positivas en redes sociales y creo que es una forma de acercarte a la gente que te sigue y además en un clic llegas al mundo entero".

En "Corona de lágrimas 2", melodrama del productor José Alberto Castro, Bazán interpretó a Olga, una mujer que padece bipolaridad; además compartió pantalla con actores como Victoria Ruffo, Ernesto Laguardia y Alejandro Nones.

Ahora que ha concluido la telenovela, reflexiona sobre este tipo de producciones, que considera, han tenido una evolución a lo largo de los años.

"Definitivamente ha cambiado muchísimo, hay más apertura de temas, también de cómo se tratan. De entrada se habla de homosexualidad, de drogas, también se habla de problemas mentales, de muchas otras cosas que antes era un tabú y no se hablaba", detalla.

"Ha ido evolucionando y definitivamente es porque el público está pidiendo otro tipo de contenidos y de temas", concluye la actriz.