Con furia y fuego, El Matador clava de espada de poder en la leyenda del Bendecido para defender su corona

Con su espada de fuego ibérico, “El Matador’‘ realizó la mejor faena de su carrera en el octágono. Durante más de una década la barbilla de Max Hollowoy era vista como una fortaleza inconquistable ante la cual se habían estrellado decenas de rivales. Pero ya no más.

Con su espada de fuego ibérico, “El Matador’‘ realizó la mejor faena de su carrera en el octágono. Durante más de una década la barbilla de Max Holloway era vista como una fortaleza inconquistable ante la cual se habían estrellado decenas de rivales. Pero ya no más.

Ilia Topuria había prometido ser el primero en noquear al legendario Holloway y lo logró de manera impresionante al derribar al “Bendecido’’, en el tercer asalto de la pelea principal del evento UFC 308 que tuvo lugar en la Etihad Arena de Abu Dhabi.

“Vencer a una leyenda como Holloway es algo que ni siquiera puedo creer’’, comentó Topuria.

“Le he seguido toda su carrera y me ha inspirado mucho. Ha sido un gran ejemplo para mi generación. Ahora represento a la nueva generación y espero poder ser un pequeño ejemplo que él ha sido para mí, pero estoy muy agradecido de haber compartido la jaula con él’’.

Como había dicho en la promoción del combate, Topuria invitó a Holloway al centro del octágono con el icónico punto hacia abajo de la misma manera en que el hawaiano lo había hecho antes de noquear a Justin Gaethje para conquistar la faja BMF.

Pero de manera inteligente Holloway rechazó la oferta, agitando una capa roja imaginaria para burlarse de “El Matador’’ para dedicarse a lo que mejor sabe hacer: moverse por todo el octágono en busca de entradas y salidas en las cuales descargar sus combinaciones.

La pelea fue entretenida y ganaba en brutalidad a medida que avanzaban los minutos y los rounds donde se admiraban el poder de Topuria y el volumen de Holloway, pero donde esa potencia del campeón poco a poco iba minando la integridad del retador.

El final llegaría con un derechazo perfecto que obligó al campeón BMF a colocarse de espaldas a la valla, casi de manera idéntica a como Topuria había destronado en febrero al entonces rey de las 145 libras, el australiano Alexander Volkanovski.

Topuria presionó con golpes de izquierda a derecha a un Holloway con cada vez menos espacio de movimientos y sin los reflejos felinos de otros tiempos, hasta que cayó al suelo para recibir una ofensiva de ground and pound que obligó al árbitro a detener el combate.

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“Acaba de aterrizar un golpe y supongo que me dolió más de lo que pensaba’’, reconoció Holloway, a quien le quedaría una pelea grande por el BMF.

“Espero que este no sea el final y prometo volver más fuerte. Todavía no se ha dicho la última palabra’’.

Volkanovski, por cierto, entró en la jaula al final del encuentro y Topuria do a entender que su próxima cita sería una revancha contra el excampeón, aunque también se podía apreciar a Diego Lopes, quien fue designado el reemplazo en caso de que algún peleador no pudiera entrar a la jaula.

“Los quiero a los dos’’, agregó Topuria.

“Lo juro por Dios. Vamos a hacerlo de nuevo. Volkanovski lo merece. Defendió su título varias veces. Si alguien lo merece es él’’.