¡Lo que los floridanos harían con los $15 millones que DeSantis despilfarró en inmigración! | Opinión

Es hora de revelar el presupuesto en ciudades y condados de la Florida. Lo que está en juego sobre la forma en que se gastan los fondos del gobierno no pudiera ser más importante.

Por un lado, mientras que el gobernador Ron DeSantis pregona en la campaña presidencial que somos “el estado No. 1 en el país” en categorías como educación —donde definitivamente no lo somos— la Florida si se encuentra en la cima de una clasificación indeseable.

Aunque la tasa de inflación a nivel nacional ha descendido drásticamente, la Florida tiene la más alta del país, con costos de vida que aumentan más del doble del promedio nacional. Tampa y Miami lideran las tasas de inflación con un 7.3% y un 6.9%, respectivamente.

Pero, por la forma en que DeSantis ha gastado nuestro dinero para hacer campaña por la nominación republicana, usted no se imaginaría esto.

A pesar de contar con fondos de campaña saludables para un candidato tambaleante, pero aún en contienda (culpe a la ausencia de mejores opciones), DeSantis usó el dinero de los contribuyentes –$15.2 millones en seis meses– para montar una guerra de inmigración que es esencialmente un ardid de campaña.

Afirmando “proteger a los floridanos contra los peligrosos impactos de la crisis fronteriza de Biden”, DeSantis incluso recurrió a un fondo de emergencia, según revela una revisión de los registros del Herald, para erigirse zar de la inmigración.

Todo por avivar los prejuicios de electores republicanos blancos.

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Zar de inmigración

Aunque los vuelos de inmigrantes de Texas a estados azules fueron su farsa más infame, DeSantis también gastó considerables cantidades de dinero en escenificar su propia seguridad fronteriza y ahuyentar a los indocumentados de la Florida firmando una ley draconiana, la SB 1718, que castiga severamente a aquellas personas que ayuden a los inmigrantes indocumentados de cualquier forma: ni siquiera los familiares están exentos.

Ahora que está siendo desafiada en los tribunales por una coalición de grupos de derechos civiles, la defensa de posibles infracciones se convertirá también en un costoso gasto financiado por los contribuyentes.

Escasez de trabajadores en Florida

Nada de lo que ha hecho DeSantis ha dado resultados positivos, pero sí muchos negativos, como la escasez de trabajadores inmigrantes en la Florida.

Y nos está afectando a todos.

En ciudades como la mía, Miami Lakes, gobernada por republicanos, las multitudes de trabajadores de mantenimiento de césped se han reducido a un goteo. Las empresas legales se han quedado sin trabajadores. Los indocumentados solo se quedan con clientes que ya saben que no los van a entregar.

Todos competimos por los pocos operadores que quedan con personal suficiente para hacer frente a un trabajo que ya va con retraso debido a las fuertes lluvias y a las temperaturas récord. Las listas de contactos de los vecinos se han convertido en el nuevo oro.

Podría llamarse nuestro Verano de la Desesperación 2023 patrocinado por DeSantis.

Aquí estoy portando las cicatrices de su guerra contra los inmigrantes: Seis picaduras de garrapata en mi pierna izquierda, dos en la derecha por rastrillar hojas en el patio trasero donde los gatos callejeros vagan de noche. Y estuve a punto de sufrir un golpe de calor después de que el trabajador al que intenté contratar me dejara plantada cinco veces y me puse yo a domar mi jardín bajo una temperatura que se sentía de 100 grados.

Gracias, gobernador DeSantis.

Peor aún que la escasez de mano de obra, pronto vienen nuevos impuestos locales para pagar necesidades como la mitigación de inundaciones, la modernización de parques y la mejora de los servicios de transporte público.

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Dinero mejor gastado

Esto es lo que los $15.2 millones que DeSantis gastó en inmigración podían habernos comprado, según los presupuestos propuestos de la ciudad y el condado que examiné:

▪ Más viviendas temporales para las personas sin hogar de la Florida, un problema estatal en las grandes ciudades.

▪ Asistencia para inquilinos y propietarios de viviendas en Miami-Dade, donde la alcaldesa Daniella Levine Cava está “ampliando nuestra Oficina de Defensa de la Vivienda, para conectar a más personas con servicios críticos” en el marco de un plan de gastos récord de su presupuesto de $11,000 millones.

Un proyecto de mejora del drenaje en Jacksonville para construir una estación de bombeo en el histórico San Marco, donde las lluvias y las mareas altas normales provocan el tipo de inundaciones que paralizan las actividades cotidianas. La nueva alcaldesa Donna Deegan presupuestó $3 millones más de lo que gastó DeSantis en iniciativas de inmigración. No tienen que preocuparse porque el Departamento de Protección Medioambiental de la administración Biden financiará la mitigación de inundaciones.

▪ Un proyecto de mejora de carreteras de $20 millones en el Condado Hillsborough que los floridanos también pueden agradecérselo a Joe Biden. En el aspecto cultural asignaciones presupuestarias, el condado destina $2 millones para el proyectado African-American Cultural Center, más necesario que nunca en un estado empeñado en blanquear la historia afroamericana.

La lista de necesidades es interminable, pero ninguna es mayor que nuestra necesidad de aliviar las tarifas de seguros más altas del país.

En eso también somos el Número Uno, gobernador.

Todas esas cosas que los floridanos necesitan son cosas insignificantes para DeSantis, que tiene planes más grandes para él y su primera dama. Sus donadores son lo primero y sus electores conservadores, usualmente tacaños, no tienen ningún problema en botar buen dinero en proyectos de inmigración inútiles.

Mientras tanto, estamos atascados cortando el césped, podando nuestros árboles, embolsando hojas, y observando los huracanes, rezando para que no necesitemos fondos de emergencia como con el huracán Ian.

Pero, tomando prestada la frase al Dr. Seuss: ¡oh, los lugares a los que irá DeSantis!

Santiago
Santiago