Estoy feliz de ver a Jorge Soler donde está. Sabemos lo que hizo aquí. Manager de Miami elogia al slugger cubano

Skip Schumaker quiere que estos días pasen lo más rápidamente posible.

El manager de los Marlins sabe el problema que puede causar Jorge Soler en el medio de la alineación y teme que el slugger cubano haga estragos con su bate, de la misma manera en que lo hizo Marcell Ozuna en la serie anterior con los Bravos.

Schumaker le dio la bienvenida a su antiguo pelotero y lo hizo con una mezcla de alegría y preocupación, y aunque no puede decirlo de manera clara, el dirigente dejó entrever lo bueno que habría sido tener ese bate potente como parte del grupo del 2024.

“La producción es la producción’’, comentó Schumaker.

“Sabemos lo que hizo aquí. Estoy feliz por él, por el contrato que logró allá [en San Francisco] en un gran equipo. Significa mucho para nosotros. Esto feliz de verlo donde está y que luego se vaya dentro de tres días, porque es un gran bateador’’.

Soler quería quedarse con los peces, pero los mensajes de cariño nunca llegaron y el cubano, una pieza clave para que los Marlins asistieran la pasada temporada a los playoffs, llegó a un acuerdo por tres campañas y $42 millones con San Francisco.

De 32 años, Soler había declinado su opción de jugador de $9 millones con Miami y permanecíó en la agencia libre como uno de los peloteros más cotizados con su innegable poder como mercancía de cambio, pero él no albergaba muchas esperanzas de retorno.

“No, realmente no me sorprendió porque desde que se estaba acabando la temporada no había ningún tipo de conversación’’, expresó Soler sobre el tema de negociaciones con los Marlins.

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“Ellos sabían que yo quería quedarme, pero no, no se pudo’’.

Luego de un decepcionante 2022 plagado de lesiones, el toletero antillano tuvo un gran repunte en la pasada contienda con el club de Miami donde encabezó el casillero de jonrones del equipo (36) y fue convocado al primer Juego de Estrellas de su carrera.

Completó su despliegue ofensivo con 75 carreras remolcadas, 24 dobles y 124 imparables, además de exhibir un porcentaje de slugging de .512 y un OPS de .853 en 137 partidos, cifras que lo colocaron entre los nominados al Bate de Plata de la Liga Nacional.

Ante el silencio de los peces que hablaba sobre la realidad de las cosas, San Francisco, huérfano de un slugger nato en su alineación, emergió como la novena que valoró los buenos números en su más reciente campaña y le ofreció el abrigo que buscaba.

Soler traerá el necesario bateo de largo alcance para los Gigantes que en la pasada temporada compilaron el cuarto porcentaje de slugging más bajo en Grandes Ligas (.383) y su líder limpiando las bases, el primera base Wilmer Flores, disparó 23 cuadrangulares, en una nómina donde nadie más se apuntó más de 18 vuelacercas.

La franquicia de la Bahía no tiene un pelotero con 30 jonrones desde los tiempos de Barry Bonds en 2004.

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Con los Gigantes, Soler batea .228, con tres jonrones y cinco remolcadas en 16 partidos.

“Obviamente, no vamos a hacer lo mismo que Barry Bonds, pero mucha gente espera que yo dé los 30 jonrones’’, reconoció Soler. “Yo sigo enfocado en seleccionar buenos pitcheos y hacer buenas conexiones’’.

Pero Schumaker también echa de menos a Soler no solo por la potencia de su bate, sino por su personalidad alegre que siempre era recibida por el resto de los compañeros de equipo.

“Soler es uno de los peloteros preferidos míos’’, agregó Schumaker.

“La manera en que él impactaba ese clubhouse. Yo no hablo español, pero él era como una especie de puente con otros muchachos. Muchas veces me lo encontraba en mi oficina y hablábamos de cosas del clubhouse. Tenía muy buena relación con Jon Jay’’.