Cómo evitar saltarse la dieta y comer más saludable en Navidad sin renunciar al sabor
El invierno está llegando a toda Europa, y entre las celebraciones de fin de año y la cada vez menor cantidad de verduras frescas, puede resultar más difícil seguir la dieta y las pautas de nutrición. Sin embargo, dietistas y expertos en alimentación afirman que el invierno es un buen momento para experimentar con la comida, probar productos de temporada poco apreciados y cocinar una comida sana para los seres queridos.
"Abraza el frío, abraza el invierno y aprecia la abundancia", dice Kristen Rasmussen, dietista culinaria y chef que enseña en la Universidad de California Berkeley, en Estados Unidos. Aquí tiene algunos consejos de expertos en nutrición sobre cómo comer alimentos frescos en invierno.
Mezcle productos frescos, congelados, enlatados o secos
Sólo uno de cada diez europeos come las cinco raciones diarias recomendadas de fruta y verdura, según datos de Eurostat. Las frutas y verduras suelen estar disponibles todo el año, pero también es temporada alta para ciertos tipos de productos. Los cítricos son algunos de los que están frescos en invierno: limones, limas, naranjas y más.
En cuanto a las hortalizas de raíz, saque los boniatos y la calabaza de los postres de Halloween e introdúzcalos en comidas y aperitivos salados. Prueba también con chirivías, remolachas y rábanos. Y no se olvide de las verduras de invierno: Rasmussen recomienda incluir más miembros de la familia de las achicorias, como la achicoria, la escarola y la endibia.
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También puede probar distintos tipos de col rizada y las hojas de las hortalizas de raíz, como los rábanos. Si las opciones frescas son limitadas, los expertos dicen que las frutas y verduras enlatadas y congeladas siguen teniendo un gran valor nutritivo, siempre que no las cocines demasiado. Además, asegúrese de que no contengan mucha sal o grasa añadida.
Las frutas secas, como albaricoques, dátiles y pasas, y los frutos secos también son estupendos para incorporar a ensaladas, platos al horno y mucho más. "Sin duda, hay muchos beneficios nutricionales, incluso en los frutos secos", afirma Linda Van Horn, epidemióloga de nutrición clínica de la Universidad Northwestern.
Prepara una comida completa con un guiso, una sopa o una papilla
Las sopas, los guisos y las gachas de avena abarcan toda la historia y todas las culturas. Son una forma estupenda de preparar una comida completa. Además, se adaptan fácilmente a cualquier paladar, son fáciles de hacer y se pueden congelar. Además, se les puede echar de todo. "La ventaja es que todo queda contenido", explica Van Horn, que añade que los nutrientes que se escapan de los ingredientes durante la cocción se quedan en el caldo.
Estos acogedores platos son también una forma estupenda de probar diferentes alubias y legumbres, que Rasmussen calificó de "fuente de energía nutricional". Además, son asequibles, accesibles y una excelente fuente de proteínas vegetales y fibra, según Alicia Henson, dietista clínica pediátrica del Hospital Infantil Benioff de la Universidad de California en San Francisco.
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Las papillas son una forma estupenda de probar distintos cereales y se prestan como base para cualquier sabor cultural, desde el congee, una papilla de arroz, hasta el atole, una bebida caliente a base de masa, o la avena de la noche a la mañana. "Puede hacerlo salado o dulce, puede poner sobras por encima, limón o salsa macha, aceite de guindilla o un huevo", explica Rasmussen. "Hay tanta versatilidad".
Apuesta por hierbas y especias
Cuando se trata de sabor, deje que el romero, el tomillo, la nuez moscada y el anís estrellado brillen todo el invierno y no sólo para una comida navideña. Las especias y hierbas son una gran fuente de sabor y nutrición. Por ejemplo, la cúrcuma es conocida por sus beneficios antioxidantes y antiinflamatorios.
Según Rasmussen, algunas especias han sido más investigadas que otras. Pero los expertos coinciden en que merece la pena experimentar con ellas en las comidas. Anime los aperitivos y las bebidas con especias, desde los chiles ahumados hasta las llamadas especias "calentadoras", como el clavo, el jengibre y el comino.
Añadir especias aromáticas a los tés puede ser estupendo en invierno, tanto si ralla su propio jengibre en la taza como si introduce una bolsita de té, explica Susan Aaronson, directora de educación dietética de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan.
Las especias también son estupendas para añadir a las palomitas de maíz y otros aperitivos, y una forma de evitar el exceso de sal y grasas que suelen llevar las opciones precocinadas.
Cocina para los demás para nutrir la mente y el cuerpo
El invierno puede ser especialmente aislante para algunas personas, así que coma en temporada con amigos y familiares más allá de las fiestas. Según los expertos, comer productos de temporada puede ayudar a las personas a conectar con las fuentes de sus alimentos y el medio ambiente, así como a conocer otras culturas y enorgullecerse de la suya.
Desde hace casi una década, Aaronson y algunos amigos se reúnen en un "grupo de sopa", donde comparten y comen sopas "experimentales" que cada uno ha preparado durante el otoño y el invierno. "Es una forma divertida de socializar y probar cosas nuevas", explica.