España cierra la campaña con los socialistas confiados en frenar a derecha y ultraderecha

Madrid, 7 jun (EFE).- La campaña para las elecciones europeas concluye este viernes en España con los socialistas liderados por Pedro Sánchez confiados en frenar a la derecha y la ultraderecha, tras haber estado marcada por la citación judicial a la esposa del presidente del Gobierno español.

Sánchez llamó a ganar a una derecha "más que mala" y expresó sus "buenas vibraciones" ante la cita con las urnas del domingo, mientras que el líder de la oposición, el conservador Alberto Núñez Feijóo, advirtió en esta última jornada de que "el proyecto de los socialistas "se está desmoronando" por las "sospechas de corrupción".

España elige a 61 de los 720 diputados del Parlamento Europeo -es el cuarto país con mayor representación- en una votación a la que concurren 34 candidaturas, muchas de ellas sin apenas opciones ante los principales partidos, y que llega menos de un año después de las últimas elecciones generales en el país.

Frenar el "avance reaccionario"

"Estamos preparados para ganar y es lo que vamos a hacer el próximo 9 de junio", dijo el líder socialista en un mitin en Madrid, en el que subrayó que "no hay una ultraderecha buena o mala", sino "una derecha peor que mala".

Ante el "avance reaccionario" del conservador Partido Popular (PP) con Vox, formación de extrema derecha con la que los conservadores gobiernan en ayuntamientos y gobiernos regionales en España, el partido socialista PSOE espera una remontada respecto a las generales de julio del año pasado.

"Se huele la remontada", aseguró junto a Sánchez la cabeza de lista del PSOE para las europeas, Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica en el Gobierno español.

Los conservadores fueron los más votados en aquellos comicios nacionales, pero Núñez Feijóo no logró los apoyos parlamentarios que sí consiguió Sánchez para gobernar.

La campaña en España ha estado enfocada en buena medida como si fuera una segunda vuelta de las elecciones nacionales, más que en cuestiones de ámbito europeo salvo por los mensajes desde la izquierda para frenar el avance de la extrema derecha en Europa.

Además de que las elecciones europeas son las sextas en prácticamente un año en España tras comicios municipales, generales y regionales, los más recientes en País Vasco y Cataluña.

Pese a un posible "hastío" de los electores, la formación de izquierda Sumar, socio de coalición gubernamental con el PSOE, llamó a apoyar a su partido para "darle una lección democrática a la derecha, derrotarlos".

"No hay segunda vuelta" para la derecha, afirmó la líder de Sumar, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno español y ministra de Trabajo.

Denuncias de corrupción

"El proyecto Pedro Sánchez se está desmoronando", al liderar el "Gobierno con más sospechas de corrupción de toda la UE", fue el mensaje, en cambio, del líder conservador, en un mitin en Barcelona.

Uno de los asuntos que ha centrado la campaña de las europeas en España es la citación a declarar ante un juez, para el próximo 5 de julio, de Begoña Gómez, esposa de Sánchez, en un caso que investiga si hubo delitos como tráfico de influencias en contratos públicos y en el que también interviene la Fiscalía Europea por si afectaran a fondos europeos.

Tanto el Gobierno como el PSOE consideran que el anuncio de la citación el pasado martes interfiere en la recta final de las elecciones.

Mientas que los conservadores buscan movilizar al electorado para propinar un revés electoral a Sánchez aglutinando el voto en su candidatura que encabeza la exministra Dolors Montserrat.

"Cualquier voto que no sea al PP servirá de maquillaje del resultado del PSOE, no caigamos en la trampa de dividir", aseveró el líder conservador.

Las encuestas en España sitúan por delante al PP en intención de voto, seguido del PSOE, al contrario de lo que ocurrió en las anteriores europeas de 2019, y después Vox, Sumar y a mayor distancia formaciones nacionalistas e independentistas.

Aunque como en otros países europeos, puede ser determinante la participación, que en España estuvo por debajo del 50 por ciento en otras ocasiones y solo la superó en 2019 al coincidir con elecciones locales y regionales. EFE

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