Un nuevo escándalo de corrupción con ramificaciones mafiosas genera un terremoto político en Italia

Contenedores y grúas cerca del emblemático faro de Lanterna en el puerto de Génova, en el norte de Italia. El presidente de la región italiana de Liguria, Giovanni Toti, y Paolo Emilio Signorini, jefe de la Autoridad Portuaria de Génova, fueron arrestados este jueves en una amplia investigación anticorrupción en la que otros funcionarios también fueron acusados de vínculos con la mafia. (Marco Bertorello / AFP)

ROMA.- Cuando falta un mes para las elecciones para renovar el Parlamento europeo, el 8 y 9 de junio, un terremoto político sacudió este martes a Italia, donde un nuevo escándalo de corrupción, con ramificaciones mafiosas, determinó el arresto no sólo de Giovanni Toti -presidente de la región Liguria, cuya capital es Génova-, sino también de diversos empresarios de renombre.

El presidente de la región italiana de Liguria, Giovanni, Toti fue arrestado en una amplia investigación anticorrupción en la que otros funcionarios también fueron acusados de vínculos con la mafia. (Miguel MEDINA / AFP)
El presidente de la región italiana de Liguria, Giovanni, Toti fue arrestado en una amplia investigación anticorrupción en la que otros funcionarios también fueron acusados de vínculos con la mafia. (Miguel MEDINA / AFP) - Créditos: @MIGUEL MEDINA

Experiodista de Mediaset y hasta hace unos años considerado un posible delfín del expremier y magnate Silvio Berlusconi, Toti fue arrestado en la localidad de San Remo, donde se encontraba por trabajo. Fue puesto bajo arresto domiciliario y quedó suspendido de su cargo. De 55 años, presidente de Liguria desde 2015 y de un partido de derecha, Toti fue acusado de estar al centro de un sistema de corrupción por el que recibía financiamiento electoral, es decir, coimas -aquí llamadas “tangenti”-, a cambio de favores como permisos, arreglos de trámites y concesiones.

En una jornada convulsionada, en la que la policía financiera realizó diversos allanamientos y en la que quedaron bajo secuestro preventivo más de 570.000 euros, resultado de delitos de corrupción, también fueron arrestadas otras ocho personas. Entre ellas, Paolo Emilio Signorini, expresidente de la autoridad portuaria de Génova y actual presidente de Iren, coloso de energía cuyas acciones se desplomaron, y Aldo Spinelli, conocido empresario portuario y expresidente de los clubes de fútbol Genoa y Livorno.

El jefe del puerto de Génova, Paolo Signorini, fue arrestado este jueves  en una amplia investigación anticorrupción en la que otros funcionarios también fueron acusados de vínculos con la mafia.(Photo by Miguel MEDINA / AFP)
El jefe del puerto de Génova, Paolo Signorini, fue arrestado este jueves en una amplia investigación anticorrupción en la que otros funcionarios también fueron acusados de vínculos con la mafia.(Photo by Miguel MEDINA / AFP) - Créditos: @MIGUEL MEDINA

Según la fiscalía de Génova, que realizó una maxi-investigación de 600 páginas que duró tres años, el grupo había puesto en marcha un sistema de favores-coimas que mantuvo en los últimos años a flote el gobierno político regional. Tanto es así que, como destacó el diario Corriere della Sera, en su ordenanza la fiscal Paola Faggiani pidió el arresto de Toti ante el “peligro” de que “en ocasión de las próximas elecciones, pudiera reiterar análogas conductas corruptivas”.

Toti, que militó en su pasado en Forza Italia -el partido del fallecido Berlusconi- y que últimamente está al frente de “Noi Moderati”, agrupación de derecha que sostiene a la coalición de la primera ministra, Giorgia Meloni, habría recibido una suma cercana a los 74.000 euros a cambio de favores varios. Entre ellos, “encontrar una solución” para transformar una playa de pública a privada; o agilizar los trámites para la renovación de la concesión de una terminal portuaria.

Según la orden judicial que pidió su arresto, Toti, por ejemplo, le habría pedido “una mano” a “diversos empresarios” para que lo ayudaran a recaudar fondos para poder costear al menos cuatro campañas electorales, en vista de las elecciones en la ciudad de Savona (octubre 2021); en la ciudad de Génova (junio de 2022); en los comicios nacionales (25 de septiembre 2022); y en los de las ciudades de Ventimiglia y Sarzana (mayo 2023).

Entre las escuchas realizadas para corroborar el sistema de corrupción, apareció una clave, del 15 de febrero de 2023 en la que, en vista de las elecciones, Toti le pide dinero a Aldo Spinelli a cambio de un favor para un trámite que necesitaba su hijo. “Mirá que le resolvimos el problema a tu hijo con el plano de la casa, ya puede construir, lo solucionamos esta mañana”, le avisa. “¿Cuándo me invitas a tu barco, así hablamos un poco, ahora que hay elecciones? Necesitamos una mano”, agrega.

“En algunos casos, era el mismo Toti quien explícitamente solicitaba el financiamiento, prometiendo al privado comportamientos o medidas a él favorables”, escribió la fiscal Faggiani.

En el marco de la maxi-investigación judicial, marcada por múltiples aristas seguidas por seis distintos fiscales y firmada por el procurador Nicola Piacente, también fue arrestado Matteo Cozzani, jefe de gabinete de Toti, que fue acusado de “intercambio político mafioso de votos”, es decir, de compra de sufragios.

En ocasión de las elecciones regionales de Liguria de septiembre de 2020 y como coordinador de la campaña electoral de Toti, junto a dos hermanos gemelos de origen siciliano, Italo Maurizio Testa y Arturo Angelo Testa, vinculados al clan Cammarata de Cosa Nostra (la mafia siciliana), Cozzani habría prometido, a cambio del voto, puestos de trabajo y viviendas.

Signorini, expresidente de la Autoridad portuaria de Génova y hasta ahora al frente del coloso energético Iren, en tanto, es acusado de haber recibido de Spinelli, a quien le concedió favores, 22 estadías de lujo en un hotel de Montecarlo. Se benefició de un total de 42 noches en el hotel París, que incluyeron, además, jugadas al casino y servicios extras en la habitación, entre otros masajes y tratamientos estéticos. Siempre a cambio de favores, Signorini recibió “una cartera Chanel, una pulsera Cartier de 7200 euros, en regalos destinados a terceros”, según trascendió.

En medio del vendaval, el ahora expresidente de Liguria, clamó su inocencia y dijo estar “tranquilísimo”. “Toti está sereno y está convencido de que va a poder explicar todo, ya que se trata de hechos que se encuadran en el ámbito de la legítima actividad de administración”, dijo su abogado, Stefano Savi, conocido letrado penalista de Génova. “La región seguirá trabajando en su ausencia, nadie habla de dimisiones sino de suspensión de la función y después veremos qué pasa”, agregó Savi, al subrayar que aun falta mucho para que se abra un proceso. Toti fue reemplazado por su vice, Alessandro Piana.

Como no podía ser de otra manera, el escándalo removió las aguas políticas siempre agitadas de Italia. Al margen de recordar que uno sólo es culpable después del tercer grado de condena judicial, el oficialismo de derecha cuestionó el timing de los arrestos por hechos que se remontan a años atrás, que dañan a la derecha justo en vísperas de las elecciones europeas. La oposición de centroizquierda, en cambio, que puso el grito en el cielo ante el escándalo, reclamó la renuncia de Toti y nuevas elecciones regionales en Liguria.