Errores, impasses y desprolijidades: la lista de polémicas de la canciller de Boric a menos de un año de asumir
SANTIAGO, Chile.- “Yo no voy a presentar mi renuncia”, dijo este martes la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, en medio de la polémica que generó la filtración de un audio en el que se le escucha criticar duramente al embajador de Argentina en Chile, Rafael Bielsa, y dar cuenta de la estrategia de la cancillería ante las críticas del diplomático argentino.
El hecho, que le costó el cargo a la directora de comunicaciones de la cartera, Lorena Díaz, fue cuestionado con fuerza tanto en la oposición como en el propio oficialismo, en donde ven con preocupación la serie de errores y desprolijidades que han ocurrido durante la gestión de la secretaria de Estado en solo 10 meses de gestión.
A juicio del excanciller durante el segundo mandato de Michelle Bachelet, Heraldo Muñoz, “la filtración es un enorme bochorno; una vergüenza. No recuerdo en democracia una cancillería y política exterior con tantos tropiezos y errores auto infligidos”.
“Lo lamento por el buen prestigio de nuestra diplomacia. Las críticas a una autoridad de la propia cancillería y al presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, no pasarán inadvertidas y crearán problemas, si no se adoptan medidas correctivas”, dijo a Emol, aunque destacó que “los comentarios impropios no afectarán la relación bilateral con Argentina”.
En la misma línea, el ex titular de Relaciones Exteriores del expresidente Sebastián Piñera Teodoro Ribera sostuvo que el episodio “es un hecho lamentable y sorprendente, porque es absolutamente inusual que se graben las conversaciones y las reuniones de un ministro con su equipo y más aún que esta termine siendo conocida por todos”.
“Yo creo que más grave que el tono coloquial o la forma en que se expresa, es el hecho que se filtren las conversaciones y que se expresen opiniones con liviandad, sobre todo en el asunto de la plataforma continental”, agregó el ex secretario de Estado en conversación con este medio.
Más severo fue su antecesor en el cargo, Roberto Ampuero, que a través de Twitter indicó que las “desprolijidades de la cancillería chilena son cada vez más insólitas, inexcusables y dañinas para la imagen de nuestro país. La filtración sobre Argentina es de amateurismo extremo”.
Tal vez lo +grave de filtración en Cancillería: contrapartes internacionales deducen que a ese nivel Chile no garantiza que queden en absoluta reserva las consultas y conversaciones que se necesite mantener en absoluta reserva. Grave para una Cancillería.
— Roberto Ampuero (@robertoampuero) January 25, 2023
En tanto, otros excancilleres que fueron parte de gobiernos de centroizquierda fueron más benevolentes, aunque no por ello críticos de la situación. Por ejemplo, el senador José Miguel Insulza, indicó a este medio que “no voy a dar opiniones sobre esto, porque este es un tema que la cancillería tendrá que resolver”.
“Yo lamento mucho las alusiones en contra del presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Jaime Quintana (PPD), porque él ha realizado un excelente trabajo. Creo que deben pedirle excusas y seguir adelante, espero que las cosas no vayan más allá y el senador se merece una excusa”, añadió el parlamentario del PS.
En el Congreso, también hubo reacciones en el mismo tenor. El senador Matías Walker (Demócratas) afirmó que “el nivel de amateurismo en la Cancillería que demuestran los audios filtrados es penoso; se suman a todos los errores en el trámite del CPTPP. Y confirman de paso que la decisión del consejo de ministros respecto a Dominga, ignorando fallo ambiental, fue absolutamente política”.
En tanto, el senador de la UDI, Iván Moreira, manifestó que el lenguaje de la reunión es “totalmente inapropiado. Cancillería queda muy mal parada con la filtración y a mí me parece que al final las declaraciones del embajador en Chile en Argentina, son de un niño de pecho, comparado con este tipo de audios que hemos escuchado”.
La lista de polémicas
La gestión de Urrejola ha estado marcada por al menos una decena de episodios en los que ha tenido que dar explicaciones. El primero de ellos se gestó el mismo día en el que el presidente Gabriel Boric asumió el mando, cuando hubo críticas del Gobierno al Rey Felipe VI de España por llegar supuestamente atrasado a la ceremonia.
Los reproches los lideró el propio jefe de Estado, quien desconocía que la demora del soberano al arribar a la sede del Congreso Nacional se debió a problemas de gestión de la nueva cancillería. La situación motivó una aclaración formal de la Casa Real y le valió al gobernante el apodo de “merluzo” en el país ibérico.
Semanas después llegaría el segundo problema: la nominación de embajadores. En la primera lista, Boric incluyó a la ex candidata presidencial del PS, Paula Narváez, y a la ex presidenta de la CUT y militante comunista, Bárbara Figueroa, provocando criticas por otorgar “premios de consuelo” a los partidos oficialistas.
El asunto de los representantes diplomáticos ha sido un dolor de cabeza para Urrejola. A esos cuestionamientos se sumaron las criticas por mantener la nominación del dirigente de RD, Sebastián Depolo, en Brasil, cuyo agreement no fue otorgado por el gobierno de Jair Bolsonaro. Ello mantuvo a la legación sin jefe por casi ocho meses.
También está el impasse que generó el embajador en España, Javier Velasco, quien emitió criticas en contra de quienes gobernaron el país en los últimos 30 años en Madrid, y que subió a redes sociales una fotografía en la que aparece en un auto oficial junto a su pareja descalza. Fue reconvenido por la ministra y tuvo que pedir disculpas.
El item embajadores también anota una complicación con China, luego de que la cancillería decidiera bajar, ante la sorpresa asiática, el nombre del abogado Andreas Pierotic como representante ante Pekín, debido a una serie de denuncias por maltrato laboral que surgieron desde la propia cartera.
La gestión de la secretaria de Estado también se vio complicada por el propio Boric en contra de EE.UU. en pleno suelo norteamericano, cuando emplazó al Gobierno de Joe Biden por no participar en una iniciativa de protección de los océanos, ignorando la presencia del ex vicepresidente John Kerry a unos metros de él en Los Ángeles.
Más reciente, la bitácora de tensiones incluye un cruce con Israel, luego de que el mandatario decidiera no recibir las cartas credenciales del embajador de ese país en Santiago, Gil Artzyeli, en protesta por la muerte de dos jóvenes palestinos en septiembre pasado. El hecho motivó una protesta desde Tel Aviv.
En el plano interno también suman reproches, como cuando el jefe de Estado decidió no respaldar la candidatura del abogado Claudio Grossman a la Corte Internacional de Justicia de La Haya para privilegiar la postulación de Chile al Consejo de DD.HH. de la ONU. La determinación fue severamente cuestionada por ex cancilleres.
Asimismo, la posición del Gobierno frente al Acuerdo Transpacífico TPP11 también implicó una avalancha de criticas en contra del subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, quien puso en duda el respaldo del Ejecutivo al tratado, abriendo incluso la posibilidad de que este fuera revisado por la sociedad civil.
Por Felipe Vargas