Tras enfrentar tragedia, graduada latina sigue motivándose y cuidando de los demás

De alguna manera, mientras tiene dos empleos, dirige la coreografía de su grupo de danza folclórica, asiste a las reuniones del Latino Club, mantiene buenas calificaciones y es una hija cariñosa, Camila Lemus todavía encuentra la energía para seguir adelante.

“Cuando estoy trabajando y llego tarde del trabajo y no quiero hacer mis tareas escolares o simplemente estoy cansada”, dijo Lemus, “pienso en cómo mi padre llegaba a casa después de trabajar todo el día sin apenas ganar dinero”.

Después de enfrentar frecuentes mudanzas y desafíos tras la muerte de su padre cuando ella estaba en la escuela primaria, esta alumna de último año a punto de graduarse de Clovis North High School ha encontrado una manera de mantenerse positiva y tener una visión esperanzadora de la vida.

“Nunca vi a mi padre llegar a casa enfadado”, dijo. “Siempre tuvo la actitud más positiva e incluso cuando sabía que no íbamos a tener suficiente para la renta ese mes, nunca llegó a casa enfadado”.

Con esa misma motivación inspirada por la memoria de su padre, Lemus es una graduada de la clase de 2024 de Clovis North High School y celebró sus logros el martes por la noche.

El padre de Camila Lemus, José Luis Lemus, conoció a su madre, María Lemus, en Los Ángeles después de que emigraron de México como adultos jóvenes. Se casaron y tuvieron cinco hijos y Camila, que ahora tiene 17 años, es la cuarta.

En 2016, cuando Camila tenía nueve años, dijo María, asistieron a una reunión con amigos como solían hacer. Ella se había ido con un par de asistentes a la tienda y mientras no estaba, su esposo se desmayó de repente.

“Unos amigos llamaron a una ambulancia y lo llevaron al hospital”, cuenta María en español. “Me dijeron que se había caído y se había abierto la cabeza, pero que estaba bien. Cuando llegué al hospital, los médicos me dijeron lo contrario”.

Tras perder a José Luis por un inesperado ataque al corazón, María tuvo que hacerse cargo de sus hijos. Como madre soltera de cinco hijos, la familia Lemus tuvo que mudarse un par de veces en el área metropolitana de Los Ángeles y al norte del valle, para finalmente aterrizar en Fresno cuando Camila comenzó su segundo año de preparatoria en Clovis North.

Lemus no esperaba enfrentar un gran choque cultural al asistir a la escuela en la zona de Fresno-Clovis, después de todo, más del 50% de la población de Fresno se identifica como hispana a nivel de la ciudad y del condado, y los estudiante hispanos conforman el 40% del Distrito Escolar Unificado de Clovis.

Para su sorpresa, no había ningún club de estudiantes latinos ni ningún grupo folclórico cuando asistió por primera vez al Club Rush de Clovis North, un acto escolar en el que todos los clubes de estudiantes se reúnen para compartir sus intereses e invitar a los estudiantes a asistir a sus reuniones.

Esperaba que las cosas cambiaran en su penúltimo año. Pero no fue así.

“Finalmente, en mi último año, oí un susurro”, dice Lemus. Entonces se apresuró a hablar con su consejero, pidiéndole que le dijera si otros estudiantes estaban planeando formar el club para que ella pudiera participar.

“Si sigues esperando a que alguien haga algo”, dijo Lemus, “no va a suceder”.

Así que se puso manos a la obra. No solo se convirtió en parte de los estudiantes fundadores del Clovis North Latino Club, sino que también fue elegida vicepresidenta del club por sus compañeros. Al mismo tiempo, Lemus también fue coreógrafa de sus compañeros y miembro fundador de Las Caballeras del Norte, el nuevo grupo de baile folclórico de la escuela.

Los clubes de estudiantes en Clovis Unified deben tener un asesor de la facultad de su escuela. En el caso del Latino Club de Clovis North, una consejera, Jennifer Goulart, se convirtió en la consejera fundadora del grupo y vio crecer a Lemus a lo largo de su último año. Aunque Goulart trabajó con Lemus durante su último año en Clovis North, la estudiante ahora graduada causó un impacto en la consejera.

“Ella es uno de los estudiantes de último año más trabajadores que he conocido”, dijo Goulart de Lemus. “Ella tiene algo especial”.

Goulart recuerda con cariño al Latino Club cuyos miembros se ofrecían como voluntarios para leer libros en español para niños en la biblioteca local, y a Lemus acercándose a ella, preguntándole si podía repartir pequeñas golosinas como caramelos y lápices. Goulart pensó en un principio que la biblioteca se los había proporcionado, hasta que Lemus le dijo que los había comprado con su propio dinero y que había organizado la sorpresa la noche anterior porque quería que los niños y las familias tuvieran algo bonito que llevarse.

“Sé que su vida no le ha sido entregada en bandeja de plata”, dijo Goulart, “sin embargo, se levanta cada día y elige trabajar duro para superarse y nunca pone excusas o una razón de por qué no puede hacer algo”.

La madre y los hermanos de Lemus también reconocen sus logros. Su hermana mayor, que vive en San Diego, encargó una medalla con una foto de su abuela y su padre para que Lemus la llevara durante su ceremonia de graduación, conmemorando la pérdida de miembros de la familia, pero también su apoyo siempre presente.

Al reflexionar sobre su experiencia en la preparatoria, Lemus dijo que le hubiera gustado centrarse más en la selección de sus clases para obtener el reconocimiento del Sello Estatal de Alfabetización Bilingüe, un sello dorado en el diploma o el expediente académico de un estudiante que ha alcanzado un alto nivel de competencia en el habla, la lectura y la escritura de uno o más idiomas además del inglés.

Ella habla inglés y español con fluidez, pero le hubiera gustado recibir el premio. Sin embargo, dijo que no se arrepiente de nada –ni de haber trabajado, ni de haber participado en clubes de estudiantes, ni de sus clases cursadas– y sí obtuvo el Sello de Mérito del Estado Dorado, concedido a los estudiantes de preparatoria que se gradúan y que demostraron un dominio hábil del plan de estudios en al menos seis asignaturas.

Camila Lemus (centro) sonríe mientras está de pie con sus compañeros de clase después de recibir su diploma y graduarse de Clovis North High School, la noche del martes 4 de junio de 2024. La joven de 17 años tenía dos empleos mientras estudiaba a tiempo completo y era miembro fundador del Latino Club de la escuela y del grupo de baile folclórico Las Caballeras del Norte.

Lemus fue también una estudiante de doble inscripción, lo que significa que tomó clases que le dieron créditos en el Clovis Community College, al que asistirá en el otoño. Ella planea completar sus requisitos generales a nivel local, antes de solicitar la transferencia a otras escuelas –San Diego State University es su opción preferida– para continuar sus estudios para convertirse en médico, especializada en obstetricia y ginecología.

Goulart compartió que Lemus, como exalumna, continuará siendo voluntaria con Las Caballeras del Norte, como coreógrafa del grupo. En cuanto al futuro de Lemus, Goulart dijo que el carácter, la dedicación y el cuidado de Lemus por las personas que la rodean se alinean totalmente para que se convierta en una gran doctora.

“Ella dedica su tiempo a servir a los demás y eso llega muy lejos. Me causó una gran impresión”, dijo Goulart. “Cualquier cosa que los adultos de su vida puedan hacer para reforzar ese carácter en ella, quiero decir que algún día hará algo grande por todos nosotros”.

Ojo: En el condado de Fresno, el 23.4% de todos los habitentes tienen un título universitario, según el Censo de Estados Unidos.