¿Por qué nos enfadamos al volante? Conductores sacan a relucir violencia vial en Miami
Cary Campria iba al volante de su Mini Cooper por West Flagler Street, conduciendo desde su trabajo en el downtown de Miami hasta su casa cerca de Doral. Pronto se dio cuenta que un camión de 18 ruedas intentaba invadir su carril.
En lugar de reducir la velocidad para que el camión pudiera ponerse delante de ella, aceleró para que el camión pudiera colocarse detrás.
No pensó nada de su maniobra hasta que su Mini y el camión se acercaron a un semáforo. El conductor se detuvo junto a ella a la derecha.
El hombre, dice la mujer, abrió la puerta de su camión, sacó el cuerpo y le gritó a Campria mientras agitaba los brazos.
El semáforo se puso en verde y Campria, sobresaltada, siguió conduciendo. Al cabo de un par de cuadras, otro semáforo en rojo volvió a poner a los conductores uno junto al otro. Esta vez el hombre salió de su camión y se dirigió al lado del conductor.
En una entrevista con Miami Herald, Campria dijo que no podía distinguir lo que el conductor estaba diciendo, pero su lenguaje corporal hablaba lo suficiente: “amenazante”.
“Estaba preocupada por mi seguridad”, dijo Campria, de 56 años. “No sabía si iba a golpearme el parabrisas la ventanilla o qué iba a hacer”.
La preocupación de Campria no está fuera de lugar, es frecuente en el sur de la Florida.
Cada vez más gente, liberada de las restricciones de la pandemia durante el último año, ha salido a las calles y carreteras. Si a esto le añadimos las frustrantes obras en las carreteras, las retenciones, los atascos, los accidentes, las averías que bloquean el paso y la prisa por volver a la oficina, tenemos la receta perfecta para la furia al volante.
Luego están los conductores armados. La venta de armas se disparó en plena pandemia. Los estadounidenses compraron más de 40 millones de armas en 2020 y 2021, “los dos años de mayores ventas registrados”, según The Trace. Cinco millones de esos clientes compraron su primera arma de fuego.
Sintiéndose insegura durante el encuentro en mayo, Campria, quien había respondido a una consulta de Miami Herald en la que se pedía a los lectores que compartieran sus experiencias en las carreteras del sur de la Florida, dijo que hubiera deseado llevar su arma en ese momento. De haberlo hecho, “al menos lo habría amenazado”, dijo. “No tenía ningún derecho a acercarse a mi vehículo de esa manera y actuar todo enfadado y amenazante”.
Pero, si alguien saca un arma y el otro conductor le avisa a la policía, lo normal es que detengan a quien blande el arma, de acuerdo con el abogado David Katz, del bufete Firearm Firm en la zona central de la Florida. “Bien o mal, casi siempre el propietario del arma termina arrestado”.
También podría ser acusado de exhibición indebida de un arma de fuego. Es un delito menor y se castiga con hasta un año de cárcel y hasta $1,000 de multa.
Dependiendo de cómo se haya exhibido el arma, podría ser acusado de asalto con agravantes con un arma mortal, castigado con hasta cinco años de cárcel y hasta $5,000 de multa.
Y, lo que es peor, un enfrentamiento de palabras y gestos puede volverse violento o mortal.
Cuando el semáforo volvió a ponerse en verde, Campria arrancó a toda velocidad en su Mini Cooper y tomó una ruta distinta para volver a casa y perder al hombre.
Del enfrentamiento a la tragedia
Los enfrentamientos repentinos en la carretera pueden volverse trágicos. Una maestra de preescolar del Condado Broward llamada Ana Estévez, de 23 años, murió por disparos en abril en un carril de la I-95 en dirección sur, entre los bulevares Sunrise y Broward, mientras volvía a casa de vacaciones.
Las peleas en las carreteras de la Florida van desde insultos gritados desde las ventanillas de los autos hasta encuentros aterradores como el ocurrido en abril en una zona escolar de Key Largo, en que un hombre fue detenido por disparar a las ruedas del auto de otro conductor.
A mediados de agosto, una pareja de Miami que conducía una camioneta Ford cerca del punto de la milla 26, alrededor de Big Pine Key, en los Cayo, chocó contra una camioneta Chevrolet.
Cuando ambos autos se detuvieron, el hombre del Ford empezó a pelearse con el conductor del Chevrolet, según la Policía del Condado Monroe. La esposa del hombre se unió a la pelea, sacando una pistola del calibre .380 mientras llamaba simultáneamente al 911. El operador del 911 la oyó amenazar con un arma de fuego al conductor del Chevy, de 38 años y originario de Marathon. El conductor también oyó el chasquido del arma cuando se apretó repetidamente el gatillo, pero el arma no se disparó.
“Este fue un desafortunado choque que debería haberse resuelto pacíficamente”, le dijo el jefe de Policía del Condado Monroe, Rick Ramsay, al Miami Herald. “En lugar de eso, tenemos gente en la cárcel enfrentados a graves cargos legales”.
También a finales de agosto, un hombre que conducía a dos niños cortó el paso a otro automovilista en Sheridan Street, cerca de la intersección de Pine Island Road en Pembroke Pines. A su vez, ese otro conductor abrió fuego contra el auto, dijo la Policía. Nadie resultó herido y quin disparó fue capturado a pocas cuadras de distancia. Un policía del Condado Broward se encontraba por casualidad en la carretera y vio el tiroteo.
En julio, un conductor que estaba en medio de un cruce en Cocoa embistió a varios autos y entonces salió de su todoterreno Chevrolet Tahoe y empezó a atacar a otros vehículos con una llave de cambiar neumáticos, según un agente de la Policía de Brevard. El conductor enfrentó a cargos que incluyeron agresión con agravantes a un agente de la ley
Y la Policía de Miami-Dade dijo que un tiroteo en septiembre entre tres personas en un todoterreno y dos en la calle en la zona de NW 18 Avenue y 64 Street, en el vecindario Gladeview de Miami, fue provocado por la furia al volante. Tres hombres fueron trasladados a Jackson Memorial con heridas de bala y arrestados. Dos de ellos enfrentan cargos de intento de asesinato.
¿Qué tan común es la violencia vial en la Florida?
El Departamento de Seguridad Vial y Vehículos Motorizados de la Florida (FLHSMV) y las fuerzas policiales locales no desglosan específicamente la “violencia vial” en los reportes ni mantienen estadísticas sobre infracciones específicas de furia al volante. Las detenciones o los cargos suelen figurar como conducción temeraria o como agresión específica en caso de que se produzca violencia o un tiroteo. Cuando la violencia vial se intensifica en un ataque físico o el uso de un arma mortal, los cargos pueden elevarse a asalto u homicidio.
En 2018 hubo 410 choques fatales y 483 muertes en la Florida que involucraron furia al volante o conducción agresiva, según el Sistema de Informes de Análisis de Fatalidades (FARS) de la Administración Nacional de Seguridad de en las Carreteras (NHTSA). En 2021 hubo 608 choques y 692 víctimas mortales. Eso es un aumento de 48% en choques y de 43% en fatalidades.
Entre 2018 y 2022, hubo 240 incidentes de furia al volante relacionados con armas de fuego en la Florida, de acuerdo con Gun Violence Archive, una organización sin fines de lucro con sede en Kentucky que contabiliza los tiroteos en tiempo casi real y rastrea los incidentes en los que alguien en un auto maneja un arma de manera amenazante o dispara contra un conductor o pasajero en otro automóvil.
El estado también se clasificó entre los tres primeros con casos de tiroteos relacionados con violencia vial en la carretera en el periodo 2017-2021, según Gun Violence Archive, informó The Trace.
Texas ocupó el primer lugar con 467 incidentes relacionados con armas de fuego. La Florida ocupó el segundo lugar con 304 y California el tercero con 179.
La violencia vial puede provocar una conducción agresiva
No todos los conductores agresivos causan violencia vial y no todos los conductores que causan violencia vial conducen agresivamente.
Los Estatutos de la Florida de 2023 definen la conducción agresiva como “cometer dos o más de los siguientes actos simultáneamente o en sucesión”:
▪ Exceder la velocidad indicada.
▪ Cambiar de carril de forma insegura o indebida.
▪ Seguir demasiado de cerca a otro auto.
▪ No ceder el paso.
▪ Adelantar indebidamente.
▪ No respetar los dispositivos de control y señalización del tráfico.
Aunque la ley no especifica los cargos por conducción agresiva, las conductas en sí pueden acarrearle una multa, como el exceso de velocidad o saltarse un semáforo en rojo.
Cómo el comportamiento alimenta la violencia vial
¿A qué se debe la violencia vial?
Gregory D. Webster, catedrático de Psicología de la Universidad de la Florida (UF) y director en funciones del Programa de Psicología Social de la escuela de Gainesville, tiene una teoría.
“Creo que tiene que ver con la frustración y la obstaculización de objetivos”, dijo Webster en una entrevista telefónica con el Miami Herald.
“Una de las razones por las que hacemos esto más en la carretera que en la calle es que es muy raro que nuestro avance se vea realmente impedido”, dijo. “Cuando caminamos, casi siempre hay una forma de evitar algo, ¿verdad? Estar sentado en el tráfico es más parecido a la frustración que sentimos cuando estamos en la fila para algo y tememos no poder comprar”.
También hay una “sensación de invencibilidad en un auto”, dijo Webster. Uno está rodeado por más de 4,000 libras de acero y cristal templado por los cuatro costados.
Ese aislamiento social puede alimentar la bravuconería y las malas decisiones. Algunos pueden conjeturar “Estoy a salvo en mi auto, así que puedo maldecirlo y no va a poder pegarme”, dijo Webster.
El mismo tipo de comportamiento define a sitios de redes sociales como X y Facebook, en donde desde la comodidad de tu casa se puede golpear a desconocidos con opiniones y luego salir corriendo.
“Se compara la distancia social electrónica con la distancia de amortiguación que se consigue en el auto, pero creo que ahí está el mismo fenómeno”, dijo Webster.
Según un estudio hecho por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y publicado en Journal of Experimental Social Psychology en 2017, la investigación encontró que los conductores con armas en sus autos son más agresivos que los que no llevan armas. El estudio entre 2,770 conductores identificó descubrió que los que llevaban un arma mientras conducían tenían una propensión significativamente mayor a hacer gestos obscenos a otros conductores (23% comparado con 16%), seguir muy de cerca el auto que va adelante (14% en comparación con el 8%), o ambos (6.3% comparado con 2.8%), incluso después de controlar muchos otros factores relacionados con la conducción agresiva, como el género, la edad, la urbanización, la región censal y la frecuencia de conducción.
Frank Farley, profesor de Psicología de la Universidad Temple de Filadelfia, le dijo a Los Angeles Times que la época de la pandemia también provocó “un cambio psicológico radical”. Calificó la conducción temeraria de “una forma de rebelión” y apodó a este comportamiento “brote de excitación”.
“Has estado encerrado y tienes restricciones que te irritan”, dijo Farley. “Así que, si puedes tener un brote de emoción, quieres aprovecharlo”.
Historias de violencia vial en las calles de Miami
Jeremy Sapienza, de 43 años, que se desplaza por Miami en bicicleta, puede hablarles de sus experiencias. Dijo que los conductores de Miami no son precisamente los más pacientes con los ciclistas.
Sapienza ha vivido muchas situaciones desagradables cuando pedalea entre los autos y los todoterrenos.
“Ahora me pitan todo el tiempo, me gritan o me cortan el paso sin motivo”, dijo Sapienza. “Me rodean para llegar al siguiente semáforo en rojo sin motivo. Como si nos fuéramos a volver a ver en un segundo”.
Sapienza vive en Miami Beach y va y viene en bicicleta del trabajo a Wynwood, a casa de amigos y a hacer recados. Dijo que recorre unas 60 millas a la semana.
Enfrentándose cada día a la posibilidad de encuentros horribles, Sapienza dijo que tampoco es el más paciente con los conductores.
Un día en abril pasado estaba parado en el carril izquierdo de 17 Street esperando para girar a Lenox Avenue, cerca de Temple Beth Shmuel-Cuban Hebrew Congregation. Sacó el brazo izquierdo para señalizar el giro cuando un conductor de un Tesla, que iba a unas 20 millas por hora, pasó por su lado izquierdo, casi golpeándolo en su brazo.
Lívido e imaginando una lesión grave como mínimo, Sapienza se acercó a toda velocidad al auto, que se había detenido ante el semáforo en rojo. Le gritó al conductor que bajara la ventanilla.
Al ver que el conductor no accedía, Sapienza pensó en tomar el spray de pimienta que llevaba atado al manillar y saturar la puerta del Tesla.
“Ni siquiera podía ver a la persona que estaba adentro, [pero] estaba intentando que bajara la ventanilla para poder preguntarle ‘¿Qué p**o?”, dijo Sapienza.
“Pero yo estaba en plan ‘Está bien, vamos a calmarnos’ y luego me fui, pero seguía enfadado porque no había ninguna razón. La gente se pone al volante y no tiene paciencia”.
En otro incidente ocurrido en marzo en 17 Street, Sapienza estuvo a punto de ser atropellado por una mujer en un Mercedes que intentaba hacer un giro de tres puntos mientras intentaba estacionarse. Sapienza frenó tan bruscamente para evitar el choque que se cayó de la moto.
Después, Sapienza dijo que la mujer se sentó en su coche y le miró con expresión inexpresiva: “¿Qué? ¿Cuál es el problema?”.
Le hizo un gesto para que bajara la ventanilla y ella dijo que no lo había visto.
“El problema es que no estás mirando”, dijo Sapienza a la mujer. “Estás dando vueltas con el auto sin prestar atención a quién puede venir. Si no lo hubiera hecho, podría haber sido un auto”.
Sapienza fue atropellado por un auto en 2021. El accidente lo dejó con una clavícula fracturada y tuvieron que operarlo.
“Estoy más enfadado por cómo se comportan los autos en general desde mi accidente”, dijo Sapienza.
Cómo evitar la violencia vial
Webster, profesor de UF, tiene algunos consejos para controlar la violencia vial, tanto para la víctima como para el agresor.
▪ Aléjese de la situación. “Si está en el extremo receptor de la ira de carretera, por lo general lo mejor es simplemente ignorar o alejarse”, dijo Webster, o marcharse para calmar la situación, pues devolver los gritos solo alimenta la agresividad.
▪ ¿Lo persiguen? No conduzca hasta casa, sino que intente ir a una estación de Policóa o llame a las autoridades sin es posible.
▪ ¿Se siente el agresor? “Piense en algún momento en el que haya podido ser el receptor de eso y cómo lo hizo sentir para no perpetuarlo, pero tenga en cuenta el panorama general: ¿tocar el claxon, gritarle a alguien, darle la espalda o incluso apuntarle con un arma a otra persona lo va a ayudar a llegar a tiempo a su destino?”.
Cómo pierden la compostura los conductores
Isabel Betancourt, que respondió a la pregunta del Miami Herald, desearía haber seguido ese consejo.
A principios de junio, Betancourt, de 40 años, se dirigía a Pembroke Pines por la I-95 en plena hora pico e intentaba incorporarse a la izquierda desde el carril más a la derecha, pero una mujer en un todoterreno no le dejó espacio para incorporarse y Betancourt sintió que su rueda derecha mordía la grava del arcén de la autopista.
Betancourt dijo que debido a la hora pico los autos circulaban a toda velocidad, por lo que se sintió frustrada por la “insensatez” y el “derecho” de la mujer, que no la dejaba incorporarse, ni delante ni detrás de ella.
Betancourt perdió la compostura y bajó la ventanilla. Según Betancourt, se insultaron mutuamente, cada una intentando superar a la otra.
“Se convirtió en una competición tóxica sobre quién podía insultar peor a quién”, dijo Betancourt. “Me da vergüenza repetirlo ahora con la cabeza fría, pero puedo decir que en ese momento tenía tanta rabia dentro y sentía tanta agresividad que casi no veía bien. Es casi como si tuviera la vista nublada y todo estuviera desenfocado excepto esa persona que me había enfadado”.
Betancourt desconoce la psicología de dónde surge esa rabia sin sentido. Lo único que sabe es que surge y puede sacar lo peor de personas que, por lo demás, son racionales.
“Me gusta ser educada con los cajeros, abrir la puerta a los desconocidos y tener cortesía”, dijo Betancourt. “Pero luego, al volante y en los atascos de Miami, todos nos convertimos en personas hostiles y volátiles”.
“Pero hay algo que se desencadena, algo hostil y furioso en todos nosotros”, dijo, “que nos volvemos tan agresivos unos con otros por cosas realmente tontas, tontas, tontas”.