Empresa en Japón despide a su presidente por acoso sexual

TOKIO (AP) — El jefe de una empresa de energía renovable en Japón fue despedido por acoso sexual, informaron ambas compañías el miércoles, mientras el movimiento #MeToo crece en el país.

Japan Renewable Energy Corp., subsidiaria de Eneos Holdings, la principal refinadora del país, indicó en un comunicado que despidió al presidente Shigeru Yasu después de que una investigación interna confirmó acoso sexual durante un evento social en diciembre. La empresa inició la investigación después de un informante reportó el caso.

JRE ofreció una “profunda disculpa” a la víctima y los accionistas, destacando que un acto así “no es aceptable”.

Yasu es el tercer ejecutivo del grupo Eneos que es despedido por acoso sexual en dos años. A finales del año pasado, Takeshi Saito, entonces presidente de Eneos Holdings, fue destituido por embriagarse y abrazar a una mujer. En 2022, el presidente Tsutomu Sugimori renunció después de acosar sexualmente a una mujer que atendía a clientes en un restaurante.

El comunicado del miércoles señaló que la empresa recuerda constantemente a los empleados “la importancia de los derechos humanos y del cumplimiento de las normas” a través de capacitaciones que ofrece la empresa y otros medios, pero que revisará el contenido de los programas educativos y estudiará medidas más efectivas.

El cambio se está produciendo lentamente en Japón, que constantemente ocupa el último lugar en las encuestas internacionales sobre igualdad de género y donde las denuncias de conducta sexual inapropiada a menudo se minimizan. Las víctimas tienden a enfrentar críticas por hablar.

El mes pasado, el ex primer ministro Taro Aso fue criticado por comentarios considerados insultantes y sexistas sobre la apariencia y la edad de la canciller. Aso, de 83 años, llamó “obasan” a la ministra de Asuntos Exteriores, Yoko Kamikawa, término utilizado habitualmente para burlarse de las mujeres de mediana edad o mayores.

Kamikawa restó importancia al comentario y dijo que ella sólo se enfoca en su deber como la principal diplomática de Japón. Su tibia reacción llevó a algunos expertos a lamentar que en el país todavía se espera que incluso las mujeres en puestos de alto nivel no hablen.

Posteriormente, Aso se disculpó y se retractó del comentario.